Restaurante

Aqui los padres o quienes te esperen pueden tomar algo.
Tambien se hacen cenas en ciertas fiestas.

Luego de que viniera de hacer unas compras con mi mamá decidimos pasar por el Club a comer algo. Nos sentamos en la mesa, dejamos las cosas y fuimos a elegir nuestra comida
-Comiendo y hablando con mi mamá sobre la yegua que me dieron-

vi a Jess sentada y me acerque a hablar con ella.
que tal te va todo? - le pregunte

Vaya, me tengo que ir Heleen, mañana seguimos hablando ^^

Antes de marcharme, me di una vuelta por el restaurante pues tenia algo de hambre. Pague una ensalada y me sente en una mesa vacia a comer.

Observé la hora, había pasado gran parte del día en el club y no había comido absolutamente nada en todo el día. Entré en el restaurante, sin observar ninguna de las mesas y me senté en una mesa mientras pensaba que pedir.

Mire a Ethan, sumamente extranada Pero feliz de verle.
-Chist! Ethan!-llame desde mi asiento con una sonrisa

Sentí que alguien me llamaba, me voltee y observé a Layla. ¿Eso iba enserio?
¿Acaso era una casualidad que nos encontráramos en todos lados? Me reí y me levanté acercándome a su mesa, luego me senté en la silla que estaba enfrente a la suya, no sin antes dirigirle una mirada, esperando su consentimiento.
-¡Hola, Layla! Nos encontramos en todos lados, ¿eh?-mascullé con gracia, riéndome suavemente luego.

-aja-murmure.-Bueno...provecho-me rei y comi algo de la ensalada con el tenedor.-Gustas?-invite, una vez que mastique mi bocado.

Miré su ensalada. Hmmm, no se veía nada mal.
-Claro, gracias-contesté sonriendo, busqué al mozo con la mirada mientras tomaba el tenedor, posando mis ojos verdes en los de Lay.

Me aparte. Un poco para hacerle espacio, pero me mantuve a la distancia adecuada.
-Ya te he dicho mucho sobre mi-me queje.-Tu turno, dime algo sobre ti-sonrei y apoye mi codo sobre el borde de la mesa, mirandolo con discrecion.

-Mmmm, ¿qué quieres saber?-pregunté comiendo un poco.
-Sinceramente, no sé que puedo contarte que sea al menos un poco interesante. Mi vida es realmente aburrida-exclamé con gracia. Había tantos temas que podríamos tocar, ¿cómo iba a saber yo qué le interesaba saber a Lay sobre mí?

Lo mire con mis ojos escondidos detras de mis pestañas largas.
-Pues no se. En tu casa tienes mascota?-mire la ensalada, ya ibamos por la mitad.

-Sí, tengo un perro-contesté con una sonrisa. Pensé que más podía contarle sobre mí.
-Bueno, a ver que más te puedo contar...estoy comenzando a estudiar veterinaria; me encantan los animales, obviamente, y el saber que podría ayudarlos de una u otra manera me alegra. Hace poco estoy en esta ciudad, por lo que conozco a muy pocas personas, soy algo como el antisocial del pueblo-me reí de mi propia definición y pinché un poco más de ensalada, llevándomela a la boca y comiéndola. Observé a Layla, directamente a los ojos, tranquilamente, pues el contacto visual tan directo no me intimidaba, a decir verdad.

-No pareces antisocial. Me caes bien-sonrei y finalmente gire la cabeza para verlo a los ojos. Le sostuve la mirada sin desviarla, con un brillo particular sobre ellos.

Su mirada seguía sin intimidarme ni incomodarme de ninguna manera, por lo que se la sostuve.
-No lo soy. Bah, o no me considero antisocial, solo no he tenido la oportunidad de conocer a muchas personas-dije, casi excusándome.
-Tú también me caes bien, muy bien a decir verdad-anuncié ladeando la cabeza y sonriéndole, por un instante una loca idea descabellada se me cruzó por la mente, pero traté de alejarla, aunque me fue realmente difícil hacerlo.

-Aqui en el club socializaras bastante, ya lo veras- me rei, sin despegar mi mirada sobre la suya. Recorde el estribillo de la cancion que me habian dedicado sobre el lecho de muerte, pero no me incomodo en absoluto.

Me acerqué un poco a ella, casi sin quererlo, fue una reacción espontánea del cuerpo. Fueron apenas unos centímetros, pero aún así la notaba considerablemente más cerca. Continué con mi mirada fija en sus ojos. Confuso como estaba todo era considerablemente más difícil, sin saber qué hacer, sin saber si dejarme llevar o controlarme.

Note su acercamiento, pero aun asi me sentia extrañamente comoda y relajada, manteniendole la mirada fija y tranquila, con una sonrisa natural y feliz.
Algo me empujo, involuntariamente, hacia el. Nos separaba una minima distancia, pero no me incomodo en lo absoluto.

Me acerqué aún más, prácticamente sentía su respiración encima de mi rostro.
Pasee mi mirada entre sus ojos y las facciones de su rostro, aniñadas, angelicales. Tomé una bocanada de aire, si quería arrepentirse de algo era el momento, puesto que después no pensaba detenerme. Pero no, nada pasó, ninguno se movió. Me acerqué aún más a ella, rozando mis labios con los suyos. Esperaba una respuesta, afirmativa o negativa, pero respuesta al fin. Incluso que me empujase resultaría lo suficientemente bueno como para lograr meterme en la cabeza que debía controlarme. Pero así como estábamos, me era más que difícil.

Aquello simplemente no me lo esperaba, en realidad. Le respondi con cuidado y cautela para no ser malinterpretada, pero lo bese a fin de cuentas. Me gustaba mucho.
Cerre los ojos, mientras venia a mi mene la reganina que me pondrian si llegaba tarde a casa, pero no dije nada. No iba a interrumpir, y menos con algun pretexto de ese tipo

Dios santo, ¿qué estaba haciendo? "Aléjate, aléjate".
Finalmente mi cuerpo reaccionó y logré alejarme, imponiendo unos centímetros de distancia entre ambos. ¿Había arruinado todo? ¿Qué pasaría luego de éso? Me maldije mil y una vez por haberme dejado llevar por un impulso, pese a que su beso había sido el mejor que había tenido la suerte de experimentar en un largo periodo de tiempo. La observé un tanto confundido, con el ceño fruncido mientras buscaba las palabras correctas. -Discúlpame, Layla-mascullé con un hilo de voz, bajé la mirada y la clavé en el plato vacío e la ensalada, como tratando de despejar la mente. Había una sola verdad.
¿Me arrepentía de haberlo hecho? En lo más absoluto.

Me mordi el labio con fuerza, medio jadeando.
-No pasa...nada-susurre mirando al plato de la ensalada. Vacio. Que pena. Reflexione acerca de lo que habia hcho, pero no me arrepenti.