Reí mentalmente ante lo del árabe:
-Habrá que entrenar más...-Le dije en tono humorísitico y juguetón mientras yo también me tumbaba, no esque tuviese sueño, o que estuviese cansado, si no que me aburría estar de pie.
Miraba la hierba aburrido, en cuanto oí que si había novedades, levanté la cabeza de inmediato:
-¿Si? ¡Cuentame!-Sugería a Indi, pese a que ella ya empezaba a contarlas...
Escuchaba atentamente con una sonrisa, en cuanto oí que tenía dueña, me alegré, pero, al instante me dí cuenta de que no todo sería, a partir de ese momento lo mejor.
Por fuera, sonreía, por dentro, sentía como mi alma iba perdiendo, por momentos, pequeños fragmentos de lo que era hasta ese momento, la completa libertad.
Cómo el pan cuando le van sacando la miga, parece que la conserva, pero solo quedan los restos.
Con una sonrisa me levanté.Con pasos torpes, me separaba un poco:
-¡Se lo diré a mamá!-Exclamé con una sonrisa fingida.