Boxes del establo

Luego de ensillarla le dí un terrón de azúcar para premiarla por su buen comportamiento. Monté en ella y la dirigí hacia el picadero exterior de salto, ya que hacía un buen día para practicar.

Luego del extenuante entrenamiento de salto que habíamos llevado a cabo con Sombra la llevé a vacunar junto con Pampa, cuando volvimos dejé a Pampa en el box y le quité el equipo a Sombra. Le di una ducha con agua templada, masajeándole las patas para que no se sintiera adolorida luego de haber saltado tanto. Estaba bastante cansada; pero no en exceso. La cepillé, limpié sus cascos y comprobé sus herraduras, cepillé su crin y cola y le preparé una ración especial debido a tanto trabajo. La dejé en su box, con lecho nuevo -igual que los boxes de Irak y Pampa- y me retiré con paso lento, esperando sinceramente que nos fuera bien en los concursos.

Después de dejar a Linda en casa, me fui hacia los boxes.
Al llegar lo recorrí entero con la mirada, pensando que cada día se iba haciendo más como mi casa, me sentía bien al estar allí con los animales a los que más amaba.
Saludé a varios caballos que se asomaron al verme y estuve repartiendo varias zanahorias a algunos que parecían hambrientos.
-chicos, luego volveré.-dije con una sonrisa y me marché a seguir conociendo toda la hípica.

Llegué a los boxes junto a Zicab, cogí un ramal y lo até a uno de los boxes. Busqué un box vacío y encontré uno gracias a la ayuda de uno de los mozos.
Le puse comida y agua y le cambié el lecho. Después fui a por Zicab.
-Vamos pequeño, te he encontrado un box para tí, ya está todo listo.-le dije mientras soltaba el ramal y lo llevaba hacia el box.
Cerré la puerta y me fui a buscar mi cajita con los cepillos y todo lo necesario para el caballo y lo llevé a su box. Lo dejé en una esquina y cogí el cepillo.
Tenía el pelo muy áspero por la sal que tenía el viento de la playa y después de pasarle el cepillo se quedó reluciente. Después me fui a la cola y se la repetí la misma acción hasta que no tuviera ni un enredo y brillara. Después lo dejé en su box, tranquilo, para que se familiarizara con su box y sus vecinos (xD)

Yo , muy contento , relinchaba , que bueno era que te cepillaran . Me encantaba aquella chica , era muy buena y simpática , le estaba cogiendo mucho aprecio . Cuando se marchó , un poco triste , empecé a comer , tenia bastante hambre y sed .

Fui al box de Afri a limpiárselo, y de paso limpiarlo y prepararlo a él para el concurso que sería el día siguiente. Le puse unas vendas, le masajeé las patas y le di agua y comida limpios para que estuviera en forma para concursar. Al terminar fui con Montse e hice lo mismo pero sin vendas, pues ella no concursaría. No nos habíamos preparado.
Me quedé dando unas vueltas por los boxes, acariciando ocasionalmente a Afri y perdiéndome entre la multitud de caballos en aquellos establos.

Estaba hace bastante en los boxes cuidando de los caballos y preparándolos para los concursos. Vi que Layla llegó a los boxes, por lo que me acerqué a ella con paso ágil y me puse detrás de ella, abrazándola por detrás. — Hola, hace mucho no te veía —susurré en su oído.

Aquella voz me hizo sonreír, sin asustarme por más repentina que hubiera sido su llegada. Giré rápido la cabeza y lo besé, a manera de saludo.
-¿Cómo estás?-pregunté, con una sincera y alegre sonrisa siempre presente.

—Muy bien. ¿Tú?—pregunté con una sonrisa, depositando un suave beso en las comisuras de sus labios. Me quedé observándola, feliz de haberla encontrado allí por fin, después de unos cuantos días sin hablar.

-Feliz de tenerte aquí-susurré. Mi pulso aceleró al notar su mirada sobre mí, por lo que intenté llevar la conversación por otros rumbos.-¿Cómo vas con Sombra? El concurso es mañana-recordé, concentrándome más en tranquilizarme que en otra cosa.

—Lo sé—dije con una sonrisa, apoyándome en la pared de los boxes y ladeando un poco la cabeza. —Vamos bastante bien, ha aprendido muchísimas cosas en realmente poco tiempo. Los oxer los salta sin problemas al igual que las rías; nunca pensé que llegaríamos a lograr todo eso al comprarla—mascullé con una sonrisa imborrable, mientras pensaba todo lo que habíamos hecho en este tiempo.

-Aprende rápido, como su padre-reí, mirando de reojo a Afri.-Espero que mañana todo salga bien...-murmuré, recordando cuando me había caído de la silla. Por fortuna, no fue en el concurso. Incliné mi cabeza hacia atrás, sin nada más para decir.

La noté un tanto preocupada, por lo que alcé una ceja. —Lo estará, tranquila. ¿Qué podría pasar?—pregunté, esperando que al menos me contara aquello que de alguna manera le preocupaba. ¿Acaso habría tenido un accidente o algo por el estilo?

Sonreí con expresión remilgada, extendiendo la palma de mi mano y mostrando la fina línea rosada, aquella cicatriz que me había hecho al caer de mi poni. Ésa herida cruzaba toda mi palma, y en mi muñeca eran visibles un par de rasguños, con cicatrices que apenas se desvanecían.
-Caerse de una silla tiene sus consecuencias-alcé una ceja.

Puse una mueca al ver su cicatriz, pensando como habría caído y de qué caballo para hacerse tal herida. —¿Te caíste?—pregunté, una pregunta realmente idiota, por lo que pensé una más concreta para formular. —¿Cuándo te caíste?

-Hace...hará un par de meses, ya. Creo que tú me viste con férula, ¿no?-aquellos tiempos, que apenas habían pasado, me parecían tan lejanos ya que me costaba un poco recordar. El ver a Montse durmiendo apaciblemente en su box me refrescó un poco la memoria, por lo que recordé con exactitud cómo había sido.-Fue un descuido mío, bastante estúpido...no me puse bien el estribo y caí rodando-fruncí el ceño.

Llegué a los establos deseando ver a Zicab. Cuando lo ví, lo saludé
-Qué pasa pequeño? Cómo estás?-Le dije mientras le acariciaba el cuello.
-Creo que te vendría bien un buen cepillado no? jajaja, ahora vuelvo..-dije mientras me iba a buscar el cepillo.
Volví y lo cepillé a conciencia, hasta que brillara y quedara limpio, le desenrredé la crin y la cola y cogí el ramal para sacarlo del box. Cambié el lecho y lo volví a dejar en el box. Le puse comida y agua fresca y unas zanahorias en el suelo, para que se las comiera cuando quisiera.

—Sí, creo que sí. Pero no tenía idea de que había sido por eso...—comenté, quedándome pensativo, recordando aquél momento. Sí, recordaba que la había visto con la férula. ¡Cuántas cosas habría dado por haber estado momentos antes! Para cuidarla y ayudarla en todo lo que fuera necesario. —Tranquila, ahora no pasará nada de eso. Verás que te irá genial en el concurso. Nos irá.
Parte de éste deporte se basa de las caídas, lo importante es saber levantarse y seguir, y tú lo hiciste.

Me sentía renovado y lleno de energía luego de un descanzo y una buena comida. Terminé por beber toda mi agua. No restaban los nervios apesar del duro entrenamiento con Layla para el concurso, siempre los había.
Esperé pacientemente, pero claramente entusiasmado a mi dueña.

-Lo sé...-sonreí a medias, escuchando el relincho algo ansioso de Afri. Hoy era el concurso, según había oído decir.-Bueno, suerte con Sombra...nos veremos luego-me despedí con algo de pesar, pero con nervios quemándome por dentro por el concurso, ya tan cerca que casi podía tocarlo. Di un par de pasos hacia delante hasta que tuve a Ethan lo suficientemente cerca como para abrazarlo, y así lo hice. Después de eso, fui a mi casa para arreglarme, que traía una ropa muy inadecuada como para presentarme a concursar, sabiendo que la imágen también tomaba una buena parte en la calificación.
-Adiós Ethan-me despedí y salí por la puerta, amplia y ancha.

Miré la hora, ya era bastante tarde y faltaba poco para el concurso. Le dirigí una mirada a Sombra, lucía casi tan nerviosa como yo. Me despedí de Layla y me fui también a mi casa para prepararme y para preparar a Sombra con tiempo.

Saqué a Afri de su box, con su equipo ya listo para ponérselo. Coloqué primero el sudadero, de un azul intenso pero alegre, para después ponerle en orden el petral, la silla, la brida y la martingala. Lo ajusté todo bien, acomodando bien la cincha y ajustándole bien la brida, pero sin que le apretara; colocándole un filete suave para que no le lastimara.
-Listo-sonreí de oreja a oreja, le masajeé las patas para que las tuviera relajadas y lo conduje a la pista del concurso.

Seguí a Layla al trote, no eran tanto nervios, más bien mucho entusiasmo, puesto que no era laprimera vez que concursaba. Sabía que serí divertido y no podía esperar más por ello.

Llegué a los boxes luego de haberme bañado y preparado. Tenía puesto un pantalón blanco, botas negras que parecían estar recién compradas luego de haberle sacado lustre. Un saco rojo encima de una camisa blanca debajo de éste y guantes también blancos. Tenía el casco en la mano y lo dejé cerca de el box de Sombra, me acerqué a éste y acaricié a mi yegua. —Preciosa, hoy es el concurso. ¿Estás lista?—pregunté sacándola del box. Tenía su equipo cerca, realmente limpio, por lo que comencé a colocárselo. Antes de hacerlo le hice unas coletas trenzadas debido a que tenía la crin bastante larga y podía llegar a molestarle. La acaricié y la ensillé con rapidez.

¿Concurso? ¿Era hoy? Las patas comenzaron a hormiguearme, pero me mantuve quieta mientras me ensillaba. Estaba lista, habíamos practicado lo suficiente, al menos desde mi punto de vista, y el era lo suficentemente buen jinete como para llegarme a controlar en caso de que mi lado salvaje aflorara; aunque realmente no lo quisiera así.