No entendía que estaba pasando. De un momento a otro nos encontrábamos en una situación totalmente extraña.
Minutos atrás habíamos estado jugando con agua como dos niños pequeños, y ahora, estábamos besándonos. ¿Qué diablos me pasaba? Prácticamente no me podía mover, quizás por los nervios o la tensión del momento. Quería alejarme, a pesar de que Miranda era una chica preciosa y que el beso no era algo que me desgradara, ¡pero aquello no estaba bien! En cuanto mis articulaciones respondieron, me alejé lentamente y me quedé observándola, perplejo. -¿Qué ha sido eso?- mascullé, observándola confundido. No me había molestado, en todo caso, la molestia iba dirigida hacia mí, por ser tan débil, tan...estúpido. Ella era preciosa, realmente, pero no podía.
Minutos atrás habíamos estado jugando con agua como dos niños pequeños, y ahora, estábamos besándonos. ¿Qué diablos me pasaba? Prácticamente no me podía mover, quizás por los nervios o la tensión del momento. Quería alejarme, a pesar de que Miranda era una chica preciosa y que el beso no era algo que me desgradara, ¡pero aquello no estaba bien! En cuanto mis articulaciones respondieron, me alejé lentamente y me quedé observándola, perplejo. -¿Qué ha sido eso?- mascullé, observándola confundido. No me había molestado, en todo caso, la molestia iba dirigida hacia mí, por ser tan débil, tan...estúpido. Ella era preciosa, realmente, pero no podía.