BIENVENIDOS A LA CASA DE LIZZIE.
›UBICADA EN UNA ZONA BASTANTE CÉNTRICA | HEREDADA DE SU PADRE‹
Más de uno se ha preguntado cómo consiguió aquella lujosa casa una jovencita como Lizzie. La respuesta es más sencilla de lo que todos esperan: fue heredada gracias a su padre en cuanto éste murió. La muchacha se crió en aquella casa desde su nacimiento junto a su hermano y sus padres. Cuando cumplió los quince se fue a otra ciudad junto a su tía, ya que las cosas en aquél ambiente no andaban demasiado bien. Poco tiempo después su hermano mayor también se fue, por lo tanto, sus padres quedaron viviendo solos en la ciudad. Toda la familia seguía viéndose con asiduidad, sin embargo no era como antes.
Pasados unos años, Vince, el padre de Lizzie, murió. El hombre tenía problemas cardiovasculares desde hacía ya bastante tiempo debido a su sedentario y despreocupado modo de vida y toda una vida llena de excesos acabó pasándole factura. En cuanto él falleció, su madre decidió que ya era tiempo de abandonar aquella casa, pues realmente le traía muchos recuerdos de su fallecido esposo. Sin embargo, la simple idea de deshacerse de ella le rompía el corazón, considerando que Vince se había encargado personalmente de construirla para su familia. Por lo tanto, acudió a la salida más fácil: pedirle a uno de sus hijos que volviese a la ciudad para, e ésta manera, poder dejar la casa.
Charlie, hermano de Lizzie, se negó rotundamente debido a que ya tenía su familia formada en la ciudad en la que estaba actualmente y todos estaban lo suficientemente bien como para no querer trasladarse. Y sólo quedó Lizzie, quien también estaba muy bien, pero aún no había atisbo de tener algo que realmente hiciese que se aferrase a el lugar donde vivía. Por lo tanto, la muchacha aceptó la petición de su madre y acabó mudándose nuevamente a la casa en la que había vivido desde un primer momento. Buenos y malos recuerdos. Frío y calor. Ying y yang. Todo era una mezcla de sentimientos extraños, encontrados. Por un lado el sentir el calor de un hogar nuevamente, el ver todas sus pertenencias, su antigua habitación... Todo. Por otro lado, sentir la falta de sus padres y su hermano de forma mucho más profunda que antes. Pese a que lleva poco tiempo en la ciudad y en la casa, poco a poco se va habituando, retomando sus viejas costumbres.
__________________________________________________________________________________
La casa está compuesta por cuatro dormitorios. Los tres principales, de los padres de Lizzie, de su hermano y de ella respectivamente se encuentran en el segundo piso. La cuarta habitación, desocupada la mayor parte del tiempo es para invitados y se encuentra en la primer planta de la casa. La habitación de Lizzie es bastante espaciosa, sin embargo no en exceso. Está equipada con lo indispensable, está muy bien iluminada y es muy alegre.
La cocina es quizás la parte de la casa en la que más está Lizzie cuando está allí. Le encanta cocinar y heredó de su madre el talento culinario natural de cualquier ama de casa: tiene realmente muy buena mano y muchísima paciencia para elaborar cualquier tipo de receta. Con el tiempo ha aprendido nuevas y diversas comidas con las que le gusta sorprender a sus invitados cada vez que recibe visitas en casa.
El living tampoco es la gran cosa, en parte porque Elizabeth re-decoró gran parte de la casa, quitando la excesiva cantidad de muebles lujosos que sus padres se habían encargado de colocar en cada rincón que quedase libre. Ahora el lugar es mucho más sencillo, aunque no deja de ser acogedor. Ahora, además, tiene un toque más moderno.
El baño cuenta con ducha y bañera, además de inodoro obviamente y una mesada con el correspondiente lavamanos. El baño es bastante extenso, quizás demasiado considerando el uso que se le da. A ella no le desagrada, sin embargo está pensando en re-decorarlo en cualquier momento.
Pasados unos años, Vince, el padre de Lizzie, murió. El hombre tenía problemas cardiovasculares desde hacía ya bastante tiempo debido a su sedentario y despreocupado modo de vida y toda una vida llena de excesos acabó pasándole factura. En cuanto él falleció, su madre decidió que ya era tiempo de abandonar aquella casa, pues realmente le traía muchos recuerdos de su fallecido esposo. Sin embargo, la simple idea de deshacerse de ella le rompía el corazón, considerando que Vince se había encargado personalmente de construirla para su familia. Por lo tanto, acudió a la salida más fácil: pedirle a uno de sus hijos que volviese a la ciudad para, e ésta manera, poder dejar la casa.
Charlie, hermano de Lizzie, se negó rotundamente debido a que ya tenía su familia formada en la ciudad en la que estaba actualmente y todos estaban lo suficientemente bien como para no querer trasladarse. Y sólo quedó Lizzie, quien también estaba muy bien, pero aún no había atisbo de tener algo que realmente hiciese que se aferrase a el lugar donde vivía. Por lo tanto, la muchacha aceptó la petición de su madre y acabó mudándose nuevamente a la casa en la que había vivido desde un primer momento. Buenos y malos recuerdos. Frío y calor. Ying y yang. Todo era una mezcla de sentimientos extraños, encontrados. Por un lado el sentir el calor de un hogar nuevamente, el ver todas sus pertenencias, su antigua habitación... Todo. Por otro lado, sentir la falta de sus padres y su hermano de forma mucho más profunda que antes. Pese a que lleva poco tiempo en la ciudad y en la casa, poco a poco se va habituando, retomando sus viejas costumbres.
__________________________________________________________________________________
La casa está compuesta por cuatro dormitorios. Los tres principales, de los padres de Lizzie, de su hermano y de ella respectivamente se encuentran en el segundo piso. La cuarta habitación, desocupada la mayor parte del tiempo es para invitados y se encuentra en la primer planta de la casa. La habitación de Lizzie es bastante espaciosa, sin embargo no en exceso. Está equipada con lo indispensable, está muy bien iluminada y es muy alegre.
La cocina es quizás la parte de la casa en la que más está Lizzie cuando está allí. Le encanta cocinar y heredó de su madre el talento culinario natural de cualquier ama de casa: tiene realmente muy buena mano y muchísima paciencia para elaborar cualquier tipo de receta. Con el tiempo ha aprendido nuevas y diversas comidas con las que le gusta sorprender a sus invitados cada vez que recibe visitas en casa.
El living tampoco es la gran cosa, en parte porque Elizabeth re-decoró gran parte de la casa, quitando la excesiva cantidad de muebles lujosos que sus padres se habían encargado de colocar en cada rincón que quedase libre. Ahora el lugar es mucho más sencillo, aunque no deja de ser acogedor. Ahora, además, tiene un toque más moderno.
El baño cuenta con ducha y bañera, además de inodoro obviamente y una mesada con el correspondiente lavamanos. El baño es bastante extenso, quizás demasiado considerando el uso que se le da. A ella no le desagrada, sin embargo está pensando en re-decorarlo en cualquier momento.