Picadero de entrenamiento.

-Muy bien-la felicité nuevamente, luego le solté un poco más de cuerda.
Esperaba que no se entusiasmara mucho a la hora de galopar, sino, fijo acababa en el suelo, conociendo la energía de los potros.
-Bien, galope, Sombra-pedí finalmente, esbozando una sonrisa y aguardando que comprendiese mi orden. Dejaría que se desfogase bastante, que gastase energías en la cuerda para que a la hora de montarla las cosas fuesen más calmas.

Alfin había llegado la hora, sonreí para mis adentros y comencé a galopar con las patas bien abiertas, mi cabeza hacia delante y orejas hacia atrás, me sentía ya bien y libre

La mantuve al galope un rato para que liberara al menos un poco de la energía que tenía contenida.
-So, chica-me coloqué unos pasos más adelante, reteniéndola así y esperando que disminuyese progresivamente la velocidad. En cuanto lo hizo me acerqué, con paso lento y tranquilo. Le di unas caricias cariñosas y le ofrecí una trocito de manzana para recompensarla. Luego de eso me acerqué con el equipo, las bridas, silla y protectores y comencé a colocárselo con cuidado. El bocado seguía siendo un filete suave, por lo que me otorgaba mayor seguridad en el sentido de cuidar su boca. Comencé a colocarle todo, acariciándola.

Lo miré de reojo mientras comia la manzana, que queria hacer? Refusé y lo mire atentamente y a la montura

-Tranquila Sombra, iremos de a poco-le acaricié para que se tranquilizara.
Me acerqué a ella con la brida en la mano, primero acariciándola y luego intentando ponerle la brida con mucha suavidad, esperando que la aceptase. Sólo era cuestión de costumbre y seguramente la aceptaría luego de que viese que no era tan malo.

Tire un poco la cabeza hacia atras, pero finalmente cedí y me deje poner la brida

Le dí unas palmadas amistosas en modo de felicitación y agradecimiento a la vez.
Le terminé de colocar la silla y le apreté la cincha, luego la guié unos pasos para que se acostumbrara a estar con el equipo puesto. Estaba pensando si tendría que ponerle peso progresivamente, ya que ayer cuando había subido me había dado la impresión de que no estaba preparada para tanto peso de golpe, más aún considerando que algunos potros solían tener problemas con el equilibrio cuando se los montaba. Pero sinceramente no creía que fuese necesario, siempre y cuando lo hiciese con cuidado no veía mayores inconvenientes.

Ya me pude acostumbrar, luego de unos minutos a la silla y brida, los pasos al principios fueron muy cansados, pero luego senti que podia caminar rapidamente, lo miré y toque con mi osico su pecho

-Bueno, a ver que tal. Si te parece demasiado peso comenzaremos gradualmente-me subí despacio, primero apoyando un pie en el estribo y esperando. Luego, apoyé mi pecho además de uno de mis pies, para finalmente volver a subir y acomodarme bien encima de la silla. Coloqué ambos pies en los estribos y sostuve las riendas con tranquilidad, pero demostrando a la misma vez firmeza en mis órdenes. -Bien, chica, bien- la felicité al no ver reacciones malas de su parte, acariciando su cuello.

Movi un poco mis musculos en el lugar, en realidad, me parecía raro tener algo sobre mi, pero, ya casi todo aqui era raro, ladeé la cabeza un poco y lo miré

-A ver, intentemos avanzar. Al paso, Sombra-le pedí, rozándole apenas con mis talones.
Estaba realmente feliz, por fin sentía que habíamos avanzado bastante, mucho. Cada vez veía más cerca el futuro, en el cual ambos pudiésemos entablar una relación de verdadera confianza más allá del montarla o no, pues eso sinceramente eran detalles menores. Quería lograr conocerla bien y que ella me conociese a mí, que se confiase completamente.

Movi mis patas con cautela de no caerme, me sentía rara teniendo a alguien encima, pero era divertido, comencé a caminar lentamente y a dar vueltas en circulos

-¡Muy bien!-me reí y le solté un poco las riendas para que no se sintiera agobiada y dejé que hiciera lo que quisiera, siempre y cuando no se pasara de revoluciones ya que podría llegar a ser peligroso tanto para mí como para ella.
Bueno, estaba claro que sería más peligroso para mí, por razones obvias.

Al ver que tenia las riendas flojas empecé a galopar lentamente, con gracia y cabeza en alto, al principio había pensado que no tenia razón hacer que un humano se suba arriba de un caballo, pero ahora realmente si, y era gracioso ver como coincidíamos en los pasos y moviéndonos como uno solo

Traté de alivianarme, poniéndome en suspensión, tenía un andar realmente cómodo y lleno de gracia.
Sentía que haber tenido paciencia con ella había servido de algo, y se lo debía en parte a Layla.
Recordaba claramente como ayer, ambas se habían conectado sin necesidad de decir nada. Solté un suspiro complacido, sonriendo ampliamente, acompañando el galope tan elegante de Sombra sin problemas, habituándome a sus aires con facilidad.

Cerre un momento mis ojos, me sentia aliviada, empecé a mover mi cola con gracia, luego de unos momentos me pare y lo mire atentamente, haber que hacia

Desmonté y me acerqué a ella, la abracé por el cuello y la miré, sonriente.
-Lo hiciste de maravilla hoy, Sombra. Eres una yegua espectacular-la acaricié cariñosamente y le ofrecí un terrón de azúcar como recompensa, acompañado de caricias. Había hecho un gran esfuerzo y valoraba aquellos detalles. -Ahora tenemos tres opciones. Seguir practicando, ir al prado, o ir a entrenar salto. ¿Qué quieres hacer?-pregunté, luego me reí, pues era bastante ilógico el estar preguntándole a ella, pero bueno, sabía que de alguna forma de comunicaría su decisión.

Golpeé tres veces la tierra, tenia ganas de ver como saltar, y aprender, estaba con energias aun

Me di cuenta de que era aún más inteligente de lo que pensaba. Me reí y asentí con la cabeza.
-¿Saltar, eh? Bien, vamos-me monté en ella nuevamente, con calma y sumo cuidado y fuimos al picadero de salto.

llegue con gitana y le di un poco de cuerda

Gitana le temblaba las patas al caminar aun no sabia que tramaba Llena.

le enseñe un latigo a gitana y lo rompi por la mitad selo eche delante con intencion de que lo pisoteara

Gitana se levanto en sus patas traseras relinchando furiosamente-Aleja esa cosa de mi!!!

dije tienes que vencer tu miedo patealo pisotealo el te hico sufrir pues haora le toca a el

Corrio hasta el latigo y con sus patas delanteras lo golpeo hasta que la tierra enterro el latigo