Prado norte

Wild: (la controlo de aki xD)

Luego de un tiempo me desperte, me encontraba sola, me levanté y me dirigí a los boxes

Llegué al paso al prado , decidí darme unas vueltecitas a un galope muy elegante aunque aquel prado pidiera a gritos que descansaran en el . Galopé elegantemente entre miles de flores llamadas lavandas , que desprendian un grato aroma . Después de galopar un poco , decidí saltar un par de troncos que habia por allí , mas tarde me detube a descansar debajo de un arbol con la tranquilidad absoluta de aquel lugar .

Llegué corriendo, buscando a Zicab. Suspiré aliviada al verlo allí. Resultaba precioso y elegante verlo entre las lavandas, casii de foto de estudio (xD). Me acerqué corriendo a él.

Ví a la humana llegar , yo tenia la cabeza entre las lavandas y la levanté haciendo un gesto de potrillo . Cuando vi en su rostro preocupación me levanté y me acerqué a ella , indicandole que no pasaba nada , que estaba bien .

Lo acaricié por toda la cara y el cuello, ya más tranquila y con una leve sonrisa.

-Me has asustado eh!-le dije, acariciándole

Le sonreí y relinché moviendo la cabeza , me puse de lado a ella moviendo la cabeza hacia mi dorso . Queria que subiera en mí .

Me agarré a sus crines y me monté sobre Zicab. Estuvimos galopando un poco hasta que llegó la hora de volver. Me fui con el a los boxes, montada en Zicab.

Apenas llegamos con Kevin, respiré hondo y sonreí. El aire del prado se colmaba de los bellos aromas de las flores que lo adornaban, sin mencionar que aquel lugar siempre se encontraba en paz y tranquilidad, sin perder su toque mágico y divertido.
- ¿Te gusta, Kevin? -pregunté, jugando con la mirada, posándola en sus ojos y luego en paisaje, para luego volver a mirarlo, curiosa.

Llegué junto con Mishaal al prado. Desmonté de Mishaal y le acaricié.
-Quédate aquí, pastando tranquila.- Murmuré.
Me di media vuelta y comenzé a caminar sin rumbo, aspirando el bello aroma de las flores, escuchando a los pájaros cantar y dejando que el sol calentara mi piel, y que el viento con sus suaves caricias la enfriara.

-Si, es bastante bonito-admití, mirando a mi alrededor. Me maravilló la cantidad de arboles ahi, respirando aquel aire fresco y puro, con las abejas revoloteando alrededor y los campos inmensos repletos de flores que emabanan aromas deliciosos.
Apenas habia hablado me di cuenta de que habia ahi otra chica, la pude reconocer por su voz. Maia al parecer nos habia seguido, pero por que? Me quede con la pregunta en la cabeza mientras miraba mudo de asombro el bello paisaje a nuestro alrededor.
-Sin duda este lugar es enorme-comente.

Divisé a lo lejos a Kevin y Nahiara, por lo que me corrí un poco, me di media vuelta y comenzé a caminar en lado contrario. Claro que tenía interés de qué estaban hablando, pero no me parecía correcto entrometerme así nada más, apenas y podía decir algo.

Seguí caminando tranquilamente.

Note que Maia se alejaba con su yegua, una arabe preciosa negra. Al parecer este lugar estaba repleto de caballos y yeguas preciosos, sin duda entrenados y bien entrenados para competir a lo grande.
-Bonita yegua-comente para Maia, puesto que estaba bastante silencioso estaba seguro que lograria escucharme.

Escuché aquel comentario de Kevin. Levanté una mano y saludé.
-Gracias- Dije.

Seguí caminando como si nada hubiera pasado aunque ciertamente me sentía tensa e inquieta. ¿Por qué sería? Ciertamente no tenía ni la más mínima idea, pero le resté importancia. Cuando finalmente me cansé de caminar, me tiré en el pasto y entrecerré mis ojos.

Pensé en decir algo mas, pero ya nada quedaba para la ocasion. Me limite a seguir con la mirada a Mishaal y a su dueña.
Tambien me dedique a contemplar la grande variedad de arboles que habia por ahi a nuestro alrededor, todos parecidos pero diferentes entre si.

Me desperté y me estiré bostezando.
-Hm... Me quedé dormida...- Murmuré entre bostezos. Me levanté y acaricié a Mishaal. Me monté en ella y comenzé a recorrer el lugar. En cierto punto, comenzé a tener frío pero le resté importancia y seguí como si nada hubiera pasado. Finalmente comenzé a sentirme mal y paré a Mishaal y apoyé mi cabeza, suavemente, en el cuello de Mishaal. "Hm ¿Qué pasa? Me siento fatal" pensé mientas retomaba el trote. Me dirigí a los establos y ví a Kevin y a Nahiara, les saludé mostrando la mejor cara posible. Cuando me alejé bastante, me toqué la frente sin dejar de trotar hacia los establos.

Noté que Maia tenía una cara algo rara, incluso enrojecida y no era normal. Me acerque a ella con curiosidad, algo la hacia ir mas lento de lo normal y por eso pude alcanzarla rapido.
-¿Te sientes bien?-pregunte, ligeramente preocupado por ella.

Sonreí falsamente y respondí su pregunta.
-Sí, no te preocupes, estoy bien- Dije. Al terminar aquel "bien" me tambaleé un poco y me caí de Mishaal en el suelo y me golpeé la cabeza.
-Auch..- Dije levantándome con dificultad y agarrandome la cabeza.

Le ofrecí la mano para que recuperara el equilibrio mientras tanto.
-Pues no parece que estés bien, de verdad-murmuré entre dientes con la mandibula apretada.-Creo que ir al hospital no seria mala idea-sugeri.

Agradecí su amabilidad y pude recuperar el equilibrio. Me monté de nuevo en Mishaal.
-No te preocupes, realmente estoy bien no es para ir al hospital- Dije sonriendo. Comenzé a avanzar con Mishaal, un trote lento y tranquilo.

-No parece-susurré en voz baja, pero le resté importancia. Me di media vuelta cuando la vi desaparecer por completo, esperando que de verdad estuviera bien.

Me quedé esperando, admirándo el bello paisaje, el clima perfecto. No logré entender bien lo que le ocurría a Maia, ya que estaba colgada en mis pensamientos, por lo que miré como se iba con aire dudoso.
- ¿Qué le ocurre a Maia? -pregunté a Kevin, un poco preocupada.

-Parece ser que tiene una fiebre o algo así. Fue directo a su casa-me encogí de hombros.-Realmente aquí hay lugares y caballos bastante bellos-afirmé. No me cansaba de decirlo pues era verdad.
Alterné mi mirada entre las flores y los ojos radiantes de Nahiara.

Llegué al prado. La brisa era calma y se respiraba aire puro. Ví a dos humanos parados allí e hice una sonrisa pícara. Me acerqué silenciosamente y empujé a Nahiara y me reí.
"Hm, lo siento, es verdad que se dice "Hola" cuando los humanos se saludan" pensé.

Miré por detrás mío a ala preciosa yegua árabe que acababa de empujarme. Primero me asusté un poco, puesto que estaba distraída, pero al reconocer a la preciosa Cybele. Reí un poco y acaricié su carita con suavidad y cariño.
- Hola, bonita -saludé, a diferencia de ella, y reí- ¿qué haces sola por aquí? -.