Prado norte

Me reí de mi mismo, viendo que resultaba casi imposible que me entendieran. Minutos más tarde, al poder comprobar que la humana y el chico no conseguían entenderme, a punto de rendirme escuché la respuesta a mis supuestas preguntas. Jake. Ya poseía el nombre del chico. Sopesé el nombre... sabiendo que sería un diminutivo... que yo ya conocía. Me alegré por ello. Pensé y pensé... hasta que por fin... segundos más tarde me acorde de que Jake era el diminutivo de Jacob. Esbocé una sonrisa satisfecha, asintiendo con la cabeza después de que la humana pronunciara en nombre del joven, Jacob.
Reí por lo bajo, ahora, señalándola a ella.

Asentí con la cabeza ante la respuesta de Taloubet, observando a su dueño.
- Parece un buen chico -observé, con gesto levemente despreocupado pero con una gran sonrisa en mi rostro. Esperé pacientemente a que los humanos develaran sus nombres, tratando de hacerles entender que era lo que tanto Talou como yo intentabamos comunicarles. Vaya que era difícil ser un caballo a la hora de interactuar con humanos... Muy complicado. Esperé, hasta que la chica dijo el nombre de él, Jake. Acabé concluyendo en mi mente que posiblemente fuese un diminutivo de su nombre. Me acerqué a Ana y le dí un toque a ella con mi morro, tratando de que se diese cuenta de que queríamos escuchar su nombre.

No pude evitar soltar una risa ante aquella reacción de parte de Taloubet; sin tener tampoco ni la más mínima idea de que pretendía con aquello. Al final Sea acabó haciéndolo también, a lo que me plantee más seriamente que de verdad pretendían algo. -No tengo ni idea- mascullé, paseado mi mirada entre ambos equinos con cierta confusión visible en la mirada. Yo tampoco es que fuese un genio en eso de la comunicación para con los caballos. Me manejaba más bien con los temas básicos, pero ante aquellas señas que Sea y Talou hacían me quedaba en blanco. Traté de arriesgar, comenzando con lo más básico. ¿Querrían saber algo sobre nosotros? ¿Nuestros nombres, quizás?
-No sé si es ésto lo que quieren, pero más vale intentar, ¿o no? Es mejor que quedarse de brazos cruzados- acepté, soltando una risa.
-Comencemos con cosas básicas. Me llamo Jacob; Jake. Ella es Ana, Ani o Anita para los amigos- la presenté, soltando una risa ante aquello, ya que en realidad yo no era nadie para hablar por ella. -O también la rubia guapa para los desconocidos- bromee, pese a que no dudaba que fuese así realmente. Volví a reírme, negando con la cabeza, esperando que no se lo tomase de mala manera.

Vi que Sea también se apuntaba a éso de señalarnos con el morro. Reí algo impresionada y extrañada ante aquello. No sabía qué querían. No los entendía. Las acciones de ambos sementales me confundían. Ojalá pudiesen hablar... Todo resultaría más fácil. Jake no tardó en hablar. Escuché sus palabras, esbozando una sonrisa, sin perder de vista cada acción que llevasen a cabo los dos equinos. Me limité a asentir ante las respuestas de Jake. Quizá él tenía razón. Quizá los equinos sólo querían saber algo sobre nosotros. Ante lo último que dijo Jacob, me carcajeé, negando con la cabeza posteriormente. -¿Ah, sí?-reí, llevándome las manos al estómago, el cual me dolía ya de tanto reír. -Me lo tomaré como un cumplido; señor estúpidamente gracioso, simpático y asquerosamente atractivo.-le seguí la broma, repitiendo las mismas palabras que él había dicho cuando estuvo en mi casa. Reí después, negando con la cabeza. Siempre que estaba con él nunca dejaba de reír, pues siempre estábamos gastándonos bromas mutuamente y discutiendo por cosas estúpidas que daban lugar a aquellas risas de las que nunca me cansaría.

-...para los desconocidos y seguramente también para los conocidos. Debe tener una larga lista de conquistas y pretendientes- bromee, simulando hablar con los caballos y siguiendo aquella última frase que había quedado incompleta a mí parecer. Se produjo un momento de silencio hasta que ella habló, a lo que me reí levemente. -Sí, tómalo como un cumplido; porque lo es- aseguré, esbozando una sonrisa traviesa. Definitivamente no era la mejor forma de expresar aquello, pero entre broma y broma la verdad se asoma, ¿o no? -La diferencia es que nadie piensa eso de mí. En cambio, no dudo que más de uno de ésta hípica te conozca con ese apodo- me reí, pese a que era más que cierto. Hice una pausa, negando levemente con la cabeza. Claro que si no conociese a Ana posiblemente yo también formara en mi mente aquél nombre provisorio para la chica, al menos mientras no supiese su nombre. No podía negar que tenía mucho de cierto...

Escuché la continuación de la frase que anteriormente había dicho Jake. Reí y negué con la cabeza. -Me temo que en éso te equivocas...-respondí, dejando claro cualquier posible duda ante aquella respuesta. Y no era para nada mentira. Era una verdad como una tumba. Reí nuevamente al escuchar lo siguiente que dijo. -Entonces, tendré que agradecértelo.-dije, mirándole a los ojos, esbozando una sonrisa divertida. -Yo sí pienso éso de tí; así que ya hay alguien que sí lo piensa.-le dije, riendo después. -Además, dudo ser la única que piense éso...-añadí, asintiendo con la cabeza, como si supiera a ciencia cierta aquello; y, en parte, no lo dudaba. Reí nuevamente, sin imaginarme dónde terminaría ésta conversación que en un principio era para presentarnos a los caballos.

-¿En qué me equivoco?- pregunté, con cierto tono desafiante. Su personalidad era sin lugar a dudas el sueño de todo chico, pese a lo bella que debía admitir que era, su personalidad siempre dispuesta a bromear y reírse un poco era lo que más me gustaba de Ana. Le dediqué una amplia sonrisa, paseando ahora mi mirada entre ambos caballos, tratando de despejar un poco mi mente. -No tienes nada que agradecer- aseguré, desviando ahora mi mirada hacia ella, sosteniéndole la mirada no sin cierta dificultad, aparentando una tranquilidad con la que no contaba. Me reí y asentí con la cabeza. -Bueno, lo tomaré como un cumplido también- terminé cediendo, encogiéndome ligeramente de hombros. -La primera, única y seguramente última...- susurré, haciendo una mueca con gesto bromista.

-En éso de los pretendientes; en éso es en lo que te equivocas.-respondí, riendo por lo bajo. Intentando que aquella respuesta no pareciese una broma, en lo más mínimo, pues aquello que acababa de decir era totalmente cierto. A su siguiente respuesta ante mi agradecimiento, me limité a regalarle una dulce sonrisa a Jake, clavando mis expresivos ojos celestes en los de Jake; aquellos oscuros y profundos ojos que me podría pasar horas observando, quizá con algo de incomodidad, pero sin retirar mi mirada de ellos. Se hizo nuevamente un silencio que no era para nada incómodo, sino todo lo contrario, un silencio que se podía entender como un descanso a tantas risas. Las risas que Jake conseguía sacarme, algo que me gustaba bastante de él, de su personalidad. Era serio cuando había que estarlo y simpático y bromista cuando era conveniente, normalmente, la mayoría del tiempo. En muy poco tiempo, Jacob se había convertido en una de las personas que más me importaban, que más apreciaba; se había convertido en mi mejor amigo, algo que no se consigue todos los días, y mucho menos en tan poco tiempo. Aquello me parecía extraño, me encantaba cómo era Jake; bromista, simpático, gracioso... No podía negarlo, me caía genial. Pero, ¿por qué confiaba tanto en él? ¿Por qué trataba de aprovechar al máximo el tiempo que estaba a su lado? Miles y miles de preguntas y sólo una respuesta. Una respuesta que no me creía; que no quería que fuese cierta, ¿o sí? De nuevo, Jake habló, sacándome de mis pensamientos, despejando mi mente por unos momentos, algo que me alegró, en cierto modo. -Lo es.-le respondí al comentario que hizo sobre que se lo tomaría como un cumplido. Reí ante lo siguiente que dijo, algo asombrada. -¿Por qué dices eso?-inquirí, mostrando una gran curiosidad. Acaricié el cuello de Sea y miré la hora. -Mmm..me había propuesto ir a entrenar un rato con Sea, creo que debo irme si no quiero entrenar de noche.-dije, haciendo una mueca y encogiéndome de hombros. En ese momento, volví a mirar a Jake y al semental de salto. -¿Vienen?-les invité. -Así me darán una opinión de cómo lo hacemos.-añadí, tratando de que la idea resultase algo golosa y así Jake aceptase acompañarnos.

Sonreí complacido, asintiendo con la cabeza en cuanto Jake se presentó y presentó a su compañera.
- Justamente eso era lo que queríamos -solté una risa muy leve luego de ésto, esbozando posteriormente una sonrisa. Me quedé observando el lugar, recibiendo caricias de parte de Ana y disfrutando de ellas al máximo, dandole un toque con mi morro a modo de agradecimiento. Parecían estar pasandoselo en grande, divirtiendose mucho realmente. Y además, parecían congeniar de una manera especial- ¿qué hay entre estos dos? -le pregunté a Taloubet con una mirada pícara, riendome levemente luego. Pasó poco tiempo hasta que oí las palabras entrenamiento, seguido de mi nombre, o al menos un diminutivo de este. - ¡¡Si!! ¡Vamos a entrenar! -exclamé con entusiasmo, haciendo una levada y soltando un relincho de júbilo expresando así mi entusiasmo ante la idea.

-No sé... Me resulta raro que no tengas una larga fila de chicos a tus pies. ¿O es que directamente ninguno vale la pena?- consulté, con cierta nueva curiosidad sobre las relaciones de Ana. Estaba confirmado que efectivamente no tenía novio, o al menos podía asegurarlo según lo que llegaba a conocerla por el momento. Sin embargo, había surgido en mi interior un interés repentino sobre quién podía estar detrás de Anita, o sobre quién pudiese llegar a gustarle a ella. Me obligué a mí mismo a tragarme aquella curiosidad, seguro de que en caso de lanzar a avalancha de preguntas que circulaban en mi mente quedaría en clara evidencia. ¿Evidencia de qué? Ni siquiera yo sabía exactamente a qué me refería, que era aquello que quería ocultar. Me quedé algo confundido por el momento, intentando no hacer demasiado caso a mis pensamientos, manteniéndome ausente por aquellos instantes. Adjudiqué inmediatamente aquella reacción de mi parte ante la situación sentimental de Ana a que era mi amiga y por lo tanto, un instinto protector había nacido para con ella. Sí, debía ser eso. Esbocé una sonrisa, producto de que me había quedado serio mientras reflexionaba, observando nuevamente a la chica con la misma atención que antes, luego de haber resuelto aparentemente aquél nuevo drama que surgía en mi mente. Su pregunta me tomó por sorpresa, a lo que me encogí ligeramente de hombros. -No sé... Es lo que pienso- mascullé, haciendo una pausa, esperando que la charla siguiese sin darle mayor relevancia a aquél tema. Las palabras de Ana me hicieron sonnreír más ampliamente, riéndome al ver la reacción del semental. -Creo que alguien está más que feliz de ir a entrenar- comenté, riéndome nuevamente posteriormente. -Claro que vamos- luego de decir eso desvié mi mirada hacia Taloubet, dándole algunas caricias. -Será divertido verlos correr- aseguré, con verdadero entusiasmo ante la simple idea de ver a ambos entrenar en aquella disciplina tan interesante y complicada a la vez.

-Pues que no te resulte tan raro, no hay ninguno,-dije, negando con la cabeza. -O, al menos, éso creo.-añadí, encogiéndome ligeramente de hombros. Realmente, aquello no podía saberlo a ciencia cierta, pues no tenía el poder de indagar y leer las mentes de los demás. Y, aunque podría hacerme una idea sobre qué pensaban, justo en aquel momento no podía hacerme una idea. Noté la gran curiosidad de Jake por todo aquello, aunque le resté importancia; no me molestaba en absoluto que me preguntase todo aquello, realmente, no me importaba, siempre es bueno saber cosas sobre los demás y así conocerlos mejor, ¿o no? Claro que yo también tenía una gran serie de preguntas para questionarle a Jacob sobre aquel tema, pero opté por dejar a un lado toda aquella curiosidad que había surgido en mi interior por querer saber más y más sobre él. Lo cierto era que no sabía muy bien por qué aquella curiosidad. Tras aquel tiempo de silencio y posible reflexión de ambos, Jacob volvió a hablar. -Pues no pienses éso, estoy más que segura de que hay millones de chicas que se arrodillarían a tus pies con sólo ver una simple sonrisa tuya; y más segura estoy de que ya más de un millón lo ha hecho.-dije, riendo por lo bajo después, a pesar de que aquello era totalmente cierto. No me parecería raro, en lo más mínimo; sino al contrario, incluso me parecería algo normal, y un gran motivo para reír hasta más no poder. La reacción de Seabiscuit tras escuchar la palabra entrenamiento, me hizo apartar mi mirada de Jake, mirando ahora al semental. -Sí... Creo que alguien tiene muchas ganas de correr un poco.-bromee, riendo después, comenzando a caminar hacia la valla que delimitaba aquel prado. Le coloqué el equipo a Sea nuevamente y monté, no sin dificultad, debido a la gran altura del semental Pura Sangre. Esperé a que Jacob hiciese lo mismo con Talou, observándolos a ambos con una sonrisa.

-Me lo puedes repetir mil veces, pero me seguirá sonando raro. Muy raro de hecho- aseguré, con el ceño levemente fruncido ante aquello. Ante lo siguiente que dijo me reí, negando con la cabeza. -Eso ya me dice todo- aseguré. Cuántos deberían estar detrás de ella y Ana sin reparar en aquél pequeño detalle. Esbocé una sonrisa. Un nuevo silencio inundó el lugar, a lo que aproveché para centrar mi atención en Taloubet, dándole algunas caricias amistosas en su cuello, recorriendo toda la extensión de éste. -Bueno, no deberías estar tan segura- respondí a sus palabras, esbozando una sonrisa más que burlona. Nada más alejado de la realidad. Y en parte lo entendía, vaya que sí: seguramente no resultase ser la mejor pareja que una chica pudiese desear, ya que eso de ir todos los días a cenar fuera o simplemente al cine no iba conmigo. Sí algún que otro día o para festejar algo, pero no era algo que me gustase hacer diariamente. Y eso no era algo que a todas las chicas les gustase, precisamente. Me fijé en el Pura Sangre y en su entusiasmo por ir a correr, a lo que reí levemente.
-Será mejor no hacerlo esperar- aseguré, llamando a Talou y yendo junto a Ana hacia la valla en la que había dejado su equipo. Se lo coloqué con rapidez, montando en cuestión de segundos luego. Me reí al verla a Ana, ya que Sea era realmente alto y era más que obvio que le costaría subirse. -Bien, vamos- dije finalmente, dándole un toque muy leve a Talou, dirigiéndonos hacia el hipódromo.

El hermoso y extenso claro parecía estar siempre igual de tranquilo y pacífico. Dejé a las yeguas libres para que hicieran a su gusto lo que quisieran. Mientras tanto, me senté sobre la hierba, saqué mi cuaderno de dibujo y comencé a garabatear sobre la hoja blanca, de tanto en tanto, observando a las dos preciosas yeguas.

nahiara nos solto al principio me movi lentamente desconfiada luego empece a galopar lo mas rapido que podia galopaba y galopaba parecia de carreras...sentia que mis patas no podian correr mas pero yo sabia que mas rapido podia ir en el camino me encontre con un tronco que salte sin problemas y segui corriendo y corriendo hasta no poder maas

El prado era mas que hermoso no me contuve a seguir observándolo quería sentirlo, sentir la hierva entre mis cascos y la brisa hondeando mis crines y cola así que empecé a galopar, la luz caía perfectamente en mi piel; aquí el calor disminuía notablemente es por eso que me sentía tan cómoda, no se parecía en nada a los boxes, ahí dentro me sofocaba mas acá me sentía libre.

Las dos yeguas habían comenzado a correr y aquello era todo un espectáculo. Comencé a retratarlas cuidadosamente, aunque era algo difícil a causa de que se movían, pero aún así podía hacerlo. El brillo del pelaje negro con la luz del sol hacía que me sorprendiera sin importar cuantas veces las viera...
- Vaya espectáculo... -reí por lo bajo y seguí dibujando.

entonces galope y galope y galope y corria y corria ....pero en un momento me detuve ¿donde estaba? es decir cuando ese pensamiento fue interrumpido en que habia saltado una valla al parecer era la valla que marcaba el limite del prado... donde estaba y si nunca volvia..

Levanté la cabeza una vez terminé de dibujar, observando a Shadi correr por el prado pero no a Soñada.
- Demonios... ¿a dónde fue? -no lograba verla, esto estaba mal. No podía permitir que desaparecieran más caballos. Corrí desesperada por el prado, angustiada. Aquello volvía a recordarme a Wild y Torn, en mi mayor duda: ¿estarían a salvo?
Miré a Shadi, dudaba que se alejara pero por las dudas no me fui muy lejos.
- ¡¡Soñada!! -grité, llamándola con todas mis fuerzas.

Yo me quede estatica a lo muy lejos podia escuchar una voz familiar,pero eso fue interrumpido al escuchar un ruido en la hierba...¿eso era un animal? era muy, largo era verde como el pasto pero mas oscuro tenia una lengua larga y una cabeza pequeña..yo no parecia caerle bien pues me atacaba... me pare de manos estuvo a punto de morderme cuando vi esos grandes colmillo sali galopando ...

Me había dejado llevar por la emoción y olvide a Nahiara y a Soñada, pronto escuche la voz de la joven, estaba llamando a Soñada, estaba muy desconcertada no sabia lo que había pasado así que di media vuelta galopando hacia Nahiara algo angustiada.

Me dirigi galopando lo mas rapido que podia hacia la voz cada vez la es la escuchaba mas cerca....

Vi como Shadi se acercaba, por alguna razón me sentí bien en ese instante, acompañada.
- Hay, preciosa -acaricié con ternura su morro, deslizando mi mano suavemente hasta su frente- Soñada acaba de irse demasiado lejos, no sé donde se ha metido, pero tenemos que encontrarla, ¿puedes ayudarme a buscarla? -pregunté con inquietud, preocupada por la otra yegua.

galope galope senti que mi corazon iba a estallar.. pero por mas que galopaba en direccion de la voz la deje de oir y no sabia donde yo estaba...

Comencé a caminar hacia un extremo del prado, gritando a todo pulmón el nombre de la yegua que acababa de desaparecer.
- ¿Dónde se habrá metido? -me preguntaba sin lograr verla a la distancia. Continué gritando, esperando que volviera al oír su nombre.

ahora si lo oía aun mas cerca pero,esta vez muy cerca entonces trote ligeramente hacia esa dirección cuando,si era la valla que marcaba el límite entonces la salte sin problemas y galope muy lentamente hasta sentir la voz ya a pocos metros...