Abrí los ojos al cabo de un par de minutos, pues no solía dormir bastante en lugares ajenos a mi casa. Al ver a Ethan me asusté un poco, pero después me tranquilicé y me incorporé con rapidez. Aún estaba algo somnolienta, por lo que me froté los ojos y divisé el recado. Lo tomé con aire inocente y lo doblé, introduciéndolo a mi morral con agilidad. Me lo quité y lo dejé a un lado de mí, para después ponerme de pie y estirar un poco las piernas.
A Ethan le dediqué una sonrisa, pensando en qué decirle...pero nada. Confiaba en que el tuviese algún tema para sacar.
A Ethan le dediqué una sonrisa, pensando en qué decirle...pero nada. Confiaba en que el tuviese algún tema para sacar.