En cuanto le vi avanzar la seguí, haciendo de mi trote uno recogido pero amplio a la vez, trazando círculos con mis patas como aquellos humanos que había visto en unos aparatos de dos ruedas, moviendo unas cosas planas que hacía que las ruedas debajo giraran...creía haberles oído decir que aquello era una ¿bicicleta? Relinché por lo bajo y en poco tiempo la pasé, pues en cada paso que daba iba pegando pequeños saltos que me daban un impulso extra hacia delante, después aceleré el paso conteniendo mis mejores energías para el final.
-¿Hasta dónde?-giré la cabeza para verla, pues ya estaba delante de ella. Miré su trote ligero y elegante embobado un rato, pero después regresé mi cabeza a su posición inicial, algo nervioso.