Sonreí satisfecha ya que Amaranto al fin me había permitido acercarme sin resistirse tanto. Luego se alejo un poco para pastar y casi con un impulso me acerque a él para acariciar su lomo y luego darle un par de palmaditas.- Después de todo no soy tan mala ¿no crees?- susurre mientras que con mis manos desenredaba suavemente su crin mientras que de vez en cuando observaba a Bucefalo.
Clup Hipico