Me senti genial en aquel lugar, corriendo lo que podia, porque sabia que en ningun momento tendria que frenar.
Oí correr detrás de mi a Ghali, y bajé el ritmo un poco para esperarla.
Frené de pronto y me puse a oler -¿Que es eso? ¡Huele a sal y algas!
Trote hasta el algua, y meti mis patas en el agua de las olas que rompian junto a la orilla, era otro sitio inmenso para nadar, asi que paso a paso me meti en el agua hasta las rodillas, salí de nuevo y me revolque en la arena humeda como un potro que le han dado avena, muy feliz. Galope por la orilla del agua como si no hubiera mañana, hasta no poder mas, entonces me recoste a la orilla del agua, donde el agua no llegaba aun.