Me reí un tanto ante sus palabras.
-¿Me permites un consejo de igual a igual?- consulté, alzando una ceja y observando la postura de Miranda encima de la silla. Se notaba que tenía buen asiento, por lo que deduje que llevaba bastante montando. -Aumenta el contacto con tus piernas, así podrás ir más segura y lo controlarás mejor- eso solía hacer yo cada vez que me tocaba un caballo asustadizo o nervioso, y a pesar de que yo no era nadie para ir dando consejos, me pareció que si podía ayudarla sería genial. -Ya sabes, cualquier cosa que notes avísame, quizás la presencia de otro caballo lo ponga un tanto nervioso, es mejor prevenir aunque de las caídas se aprende...- poco podía hacer yo para ayudarla, sin mencionar que controlaba muy bien la situación, sin embargo, quizás sí pudiese actuar respecto a la cercanía o el ritmo de Sombra.