Casa de Anita y Llena.

• Historia:

Ésta gran casa fue un regalo que los padres de Anita le hicieron cuando ella llegó al club. Su padre era jefe de una empresa que, por suerte, tenía muy buenos ingresos y le iba muy bien, así que pudo permitirse el comprar ésta casa y regalársela a su hija. La casa es grande, pero bastante acogedora, como le gusta a Anita, y como se aseguró su padre de que fuese. Su madre fue la que decoró toda la casa, tanto su interior como el exterior, mientras que su padre la diseñó al completo.

• Descripción de la

casa:
La casa está muy cerca de la costa, practicamente, si te asomas por la ventana de los dormitorios de la casa, puedes ver el mar, la arena, los caballos de la hípica paseando...
La casa es grande y acogedora, con muy buenas vistas, tiene dos plantas, abajo está el salón, muy grande y espacioso, con una chimenea, la tele, varios muebles y un sofá.
La cocina también es grande, muy iluminada con la luz del sol, horno, microondas y todo tipo de electrodomésticos, una mesa donde comer, con sus sillas, tiene una puerta que da a un porche cerrado con cristales, el cuál tiene su mesa con sus sillas y con vistas a la playa (el porche cerrado da a la parte lateral de la casa.
Hay dos baños, uno en la planta de arriba, con ducha, lavabo y todo lo necesario para el aseo diario, y el de abajo, que es un baño que carece de ducha. En el de abajo, hay también una puerta que da a otra pequeña habitación donde se encuentra un pequeño lavadero. También tiene un pequeño tendal por si está lloviendo fuera.
Tiene cinco habitaciones en la parte de arriba, una de ellas para las visitas. Las habitaciones son grandes y espaciosas, con una cama grande y un vestidor en cada una. También tiene varias estanterías.
También hay un gran estudio, con unas enormes estanterías llenas de libros, la mayoría sobre caballos, una mesa de cristal, con su lámpara, archivadores para papeles, un ordenador con su impresora, un par de cajones para guardar objetos, y lapiceros. En resumen, en el estudio se encuentra todo lo necesario para los estudios de Anita.
Tiene un garaje donde se puede guardar todo tipo de herramientas u objetos que no se vayan a utilizar por ahora y, obviamente, tiene espacio más que suficiente para guardar en su interior un auto.
La parte exterior de la casa es todo jardín. En la parte delantera hay un pequeño camino de arena con piedras alrededor por donde se puede pasar desde la entrada al jardín hasta la entrada al interior de la casa. Tiene dos lámparas, una a cada lado, para alumbrar el camino por la noche.
En la parte de detrás de la casa hay un porche descubierto con una mesita baja y con sillas en las que relajarse, hay una enorme piscina climatizada, unas tumbonas donde tomar el sol y una sombrilla.

Fotos:
-Cocina:

Spoiler:

-Parte trasera:

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-Ducha:

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-Porche descubierto:

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-Habitación: (la cama es más alta xD)

Spoiler:

Llego junto a Llena y los perros a casa, busco la llave y abro la puerta.
-Vamos chicos, éste es vuestro nuevo hogar- dije a los perros invitándolos a entrar.
-Vamos Llena, espero que te guste, te enseñaré toda la casa- dije sonriendo

vale me gustara no te preocupes

Sonreí al escuchar aquello.
-mira, éste es el salón, y aquella la cocina- dije dirigiéndome hacia la puerta de la cocina-quieres tomar algo?

si gracias

Sonreí mientras abría el frigorífico y cogía una botella de coca-cola, iba a un mueble y cogía dos vasos y llenaba uno.
-qué quieres tomar?

cocacola gracias

Sonreí mientras llenaba el otro vaso y se lo llevaba
-Aquí tienes- dije mientras bebía de mi vaso

Después de haber estado con Sahara , decidí ir a visitar a anita . Caminaba feliz hasta su casa . Llegué a la puerta y toqué el timbre , DIN DON! (XD)

Escuché el timbre y fui a abrir la puerta.
Al abrir vi a Bella
-Bella! qué sorpresa! que tal estás?- pregunté sonriendo e invitándola a entrar

- Hola!! - le dije feliz - Yo bien y tu? - jeje reí . Pasé curiosa al interior de la casa y le dije -Waw , menuda casita , es preciosa- Dije maravillada .

-jeje yo estoy muy bien jeje te gusta? jaja es como la casa de mis sueños-dije feliz
apareció de repente mi perrita Linda con la correa en la boca, en señal de que qería pasear.
-Bella, te apetece que saquemos a pasear a nuestras mascotas?

Al ver a aquella perrita pensé , que monadaa . - Claro que me apetecé y seguro que a Collie también , enseguida vuelvo , voy a buscarla - Dije contenta .

-Vale- dije contenta, -Te esperaré- dije mientras cogía el collar de Linda y se lo ponía

Llegué con Collie . Y saludé denuevo a Anita . Collie vió a Linda y empezó a mover la cola . Era el primer perro que veia desde que estaba conmigo . La solté para que la oliera y la volví a coger . Miré a Linda y a Anita y le dije - Tienes una perra preciosa jeje , salimos al parque? -

Saludé a Bella y miré a Collie, parecía que se llevaba vien con mi Linda, Linda también se puso a olisquearla moviendo el rabo. Yo acaricié a Collie
-Hola Collie!-dije sonriendo
-jeje Bella, tu perra es una ricura también-Venga, vamos al parque!-dije sonriendo

- Si , vamos! - Dije , Collie ladró asintiendo .

Llegamos cansadas después de un largo paseo junto a Bella y Collie. Le quité la correa y Linda se fue a saludar a Colmillo Blanco.
Le puse su comedero y su bebedero en la cocina y su camita en el en mi habitación, junto a mi cama. Yo me tiré en el sofá agotada y me puse a leer un libro sobre caballos.
Pasada una hora, decidí irme a dormir a mi habitación. Me despedí de Linda y la dejé en su camita.
-Hasta mañana pequeña, mañana saldremos a correr un poco a la playa y después iremos a ver los establos.-dije mientras la acariciaba y apagaba las luces de la lámpara.

Me levanté al día siguiente, con la luz del sol que entraba por la ventana y los ladridos de Linda avisándome que ya era de día. Yo la saludé y le tiré uno de sus juguetes para que me dejara dormir un ratito más, pero no me dió tiempo a mucho.
Me levanté y me di una ducha, me recogí una coleta (cola de caballo) y me puse unas mallas para ir a los establos. Cogí la correa de Linda y salimos a dar un paseo por la playa.

Llegué a casa agotada por el entrnamiento, pero aún tenía que sacar a pasear a Linda. La saludé y me fui a coger la correa, le la enganché al collar y salí a pasearla un rato.

Volví con Linda del paseo. Le quité la correa y le eché un poco de pienso y agua limpia. La dejé comiendo y me subí a mi habitación. Estaba muy cansada y tenía sueño. No tardé en dormirme.

Llegué a casa y saludé a Linda. Ella se subío con sus patas encima mía, muy contenta. Yo la bajé y la acaricié. Cogí su correa y la saqué a pasear.

Llegué a casa, después de muchos días sin entrar en ella debido a la acampada. Linda me recibió con un enorme salto que casi me tira al suelo. Vi que estaba bien alimentada, por lo que me alegré de que fuera una perra lista y supiera dónde estaba la bolsa de pienso. Me pasé un rato acariciándola hasta que se calmó un poco. Recordé que hacía tiempo que no la bañaba, por lo que una sonrisita se dibujó en mi cara. -¿Ensuciamos un poco?-le pregunté juguetona, mientras corría subiendo las escaleras hacia el baño, para conseguir meter a Linda en él y bañarla, algo que era realmente imposible. Siempre me lo pasaba genial cuando me tocaba bañarla, a pesar de que siempre terminaba empapada, agotada y ensuciando toda la casa hasta conseguir secar su denso pelaje. Comencé a mojarla por el lomo, empapándola bien de agua, algo que también me pasó a mi, ya que, como sabía desde el principio, ella se sacudió y todo el agua pasó a mi pelo, cara y ropa. La parte del champú fue una auténtica batalla, el conseguir que Linda no se comiera el bote de champú no fue nada fácil (xD). Aparentemente, no se sabía quién estaba duchando a quién, ya que, tanto Linda como yo, estábamos totalmente empapadas de agua. Cuando le quité el champú, aclarándola con abundante agua, cogí una toalla para impedir que se sacudiera de nuevo y me empapara de arriba a abajo. La sequé un poco y cogí el secador. Aquello fue un momento de risoterapia, ya que ver a Linda intentando "morder" el aire que expulsaba el secador, inevitablemente te hacía reír a carcajadas. Finalmente, tras un rato secándola, la dejé salir, ya totalmente limpia, para que correteara un poco. Ahora la que tenía que darse una buena ducha era yo, a pesar de que la ducha ya me la había dado Linda anteriormente. Cuando terminé, me tiré en la cama y me quedé dormida en cuestión de segundos. Hacía tiempo que no dormía en aquella cama tan blandita y el cansancio de todo el día se había apoderado de mí rápidamente.

Reí ante las palabras de Jake. -Oh, ¿De verdad? ¿Siempre tienes la razón? Créeme que puedo seguir diciéndote que acabará afectándote el que no confíes en mí, y no me cansaré, te lo aseguro.-amenacé en broma, riendo después. Realmente, aquello era algo que me caracterizaba, el ser muy testaruda.
Esbocé una sonrisa divertida al oír lo que dijo Jacob. -Claro que es muchísimo mejor dormir acompañado, mucho mejor que dormir solo.-respondí, riendo por lo bajo. Era algo totalmente cierto, aunque, normalmente, si dormías con alguien con el que compartías una gran amistad, lo que menos hacías era dormir.
Durante el camino ninguno dijo nada, quizá para recuperarnos de tantas risas y bromas; las que no habían cesado desde que Jake y yo nos encontramos en los establos. Sonreí y miré hacia una de las viviendas que había en la calle por la que íbamos. -Ya hemos llegado, ésta es mi casa.- sonreí, adelantándome a Jake y sacando de mi bolsillo una llave. Abrí la puerta de la casa e invité a Jacob a que entrase delante de mí. Tras atravesar el jardín, volví a abrir la puerta que daba al interior de la vivienda y volví a invitar a Jake a que entrase. Cuando él entró, entré yo y cerré la puerta tras de mí, dándole un suave empujoncito, sin que apenas hiciese ruído. -Estás en tu casa. Acomódate.-dije, acariciando suavemente el interruptor de la luz, haciendo que el salón quedase totalmente iluminado. Paseé mi mirada por toda la sala. Todo estaba perfecto.
Instantes más tarde, Linda apareció, moviendo su cola, saludándome. Pasé mi mano entre sus orejas y acaricié su cuello, sonriendo. -Hola preciosa.-dije, dejando que ella se acercase a Jake, olisqueándole curiosa. -Ella es Linda.-dije, mirándo a Jake esbozando una sonrisa torcida.

-Ya admitiste que siempre tengo razón. Siempre. Ahora ya no hay vuelta atrás, y créeme, por cabezota no me gana nadie- le aseguré, soltando una risa burlona, aunque seguro de mis palabras. Podría estar horas discutiendo algo, aunque no tuviese razón, horas antes de que la otra persona acabase cansada de tanto ida y vuelta ya acabase dándole la razón. Esperé un poco mientras seguíamos caminando. Al final había resultado que, evidentemente, no quedaba tan cerca como había creído. Suspiré, de todas formas me haría bien caminar, considerando que hacía muchísimo no visitaba un gimnasio y mucho menos hacía ejercicio por mi propia cuenta. Claro que nunca había sido propenso a hacer ejercicio para mantener un buen aspecto físico, más bien lo hacía por hobbie, para mantenerme ocupado. -Bueno, si tu amiga no quiere dormir conmigo ya podremos dormir nosotros juntos- bromee, riéndome luego para dejar en claro que se trataba de ni más ni menos que una broma. Claro que no me molestaría dormir con Anita... Pero quizás no fuese el modo más adecuado de hacérselo saber. Seguimos caminando. Agradecí el estar todavía en forma, porque no imaginaba que bochornoso habría sido el llegar prácticamente sin aire a la casa de Anita. -Oh, ¡al fin! Ya me estaba preguntando donde vivías- exclamé cuando ella mencionó las palabras mágicas; "ya hemos llegado". Esperé a que abriese la puerta mientras le echaba un vistazo a la casa y al barrio de Anita. Tenía muy buena pinta. Ingresé a la vivienda en cuanto Anita me lo indicó, observando todo, hasta el más mínimo detalle. Dijo las palabras que tendría que haberse ahorrado, estás en tu casa. Esbocé una sonrisa torcida y asentí con la cabeza como única respuesta. Vi que luego un perro apareció en mi campo de visión, supe que era una perra en cuanto Anita la llamó. Linda. Le venía perfecto, ciertamente. -Hola Linda- saludé, estirando mi mano para acariciar a la perra. -Qué buen nombre elegiste- le dije a Anita, mientras seguía escaneando su casa.