Me dirigí al galope, resoplando a cada zancada, concentrando y tratando de resguardar la energía. Layla ya sabía como seguirme, por lo que no me preocupaba demasiado.
Salté las verticales, algo a lo loco pero bien sobrado, ligero y flexible.
Salté las verticales, algo a lo loco pero bien sobrado, ligero y flexible.