Boxes del establo

Sonreí a Pablo justo antes de que le respondiera, al intentar hacerlo pude ver como su caballo salía con gracia al galope del establo . Continué callada observando la situación , pero al final comenté - Pablo...¿ Tu caballo acaba de salir corriendo? - Pregunté algo impresionada ante aquello mientras dirigía mi mirada hacía la puerta de los establos .
Quedé inmóvil pues no conocía al caballo y todo había sucedido muy rápido .

Vi sorprendido como se acababa de ir Taboluet y no sabía muy bien que decir.
-Creo que le dejaré un poco suelto, iré con Ixchel -dije sonriendo, aunque lo sucedido me había dejado atónito. Me acerqué a la cuadra de Ixchel y la acaricie. - Hola guapa -dije mientras entraba en su cuadra - siento haberte tenido tan descuidada estos días -dije arrepentido mientras la acariciaba - ¿ quieres salir?

Llegué con algo de dificultad, fue necesario transportarme en taxi hasta el club, las muletas fueron de mucha ayuda. Fui al box de Wild, mirándola fijamente, con los ojos humedecidos y una ancha sonrisa. Entré con dificultad y la abracé.
- Preciosa... me tenías muy preocupada -me quejé, riendo y llorando a la vez, pero estaba aliviada de verla mejor- menudo susto nos dimos allí en la pista, ¿verdad? - deshice el abrazo, mirándola a los ojos y secándome las lágrimas- cielos, y ¿como te sientes, te duele, necesitas algo? -pregunté, examinando un poco sus patas.

Todo paró cuando sentí la dulce voz de Nahiara.. Me tranquilicé y dejé de relinchar, allí estaba..
Me acerqué lentamente a su cuerpo y rodeé su cintura con mi cuello, abrazándola suavemente -No..¿Como estás tú?- Susurré suavemente, aunque sabía que no me entendería..
Examiné de reojo todo su cuerpo buscando sus heridas, las olí y agaché la cabeza -Lo siento..-

Acaricié su cabeza con dulzura, pasando mi mano hasta su cuello.
- Pequeña... no es tu culpa -aseguré en voz baja, pero sincera- es la mía, si hubiese echo ver tus herraduras antes, nada de esto hubiera pasado... -admití, en tono de lamento, sin dejar de mimarla- supongo que soy yo la que debe disculparse -bromeé- lo siento mucho, Wild... -susurré, sacando una golosina- el vet no dijo nada sobre tu dieta, por lo tanto, puedes comerla tranquila -comenté en broma.

Miro a Pablo directamente a los ojos-Bueno te perdono, espero que no se vuelva a repetir-agito la cabeza
-No sabes lo horrible que es estar encerrada...asi que, Pablo, no perdamos más tiempo por favor.
Necesito descargar algo de energia ¡Estoy sobrecargada!

Al llegar a los boxes junto con Chip, Edward y Pik, dejé a mi precioso caballo fuera mientras le rellenaba el comedero y bebedero, dejando el lecho pues estaba limpio aún. Me acerqué a él y le limpié la pequeña herida que tenía en el lomo, colocándole luego una pequeña venda que la cubría por completo. Lo acaricié, cepillándolo. -Ya estás- le sonreí, dejándolo en su box, dándole algunas golosinas y despidiéndome de él con muchos mimos y caricias. -Te voy a extrañar- aseguré, yendo junto a Ed.

Dejé con mucha delicadeza a Pik fuera de su box mientras le ponía comida y bebida. Lo acaricié amistoso mientras lo cepillaba con su permiso previo pues no quería incomodarle. - Te has portado muy bien - Admití sonriente - Luego vuelvo, ¿vale? - Le dije cariñoso ingresando en su box junto a él.
Lo acaricié mirándole a los ojos con una amplia sonrisa mientras lo acariciaba.
Me acerqué a Carol después de despedirme de Pik - En fin...¿Vamos, señorita? - Pregunté cogiéndola de la mano.

-Vamos- respondí, sonriente, mientras tomaba su mano y me comenzaba a caminar fuera de los boxes, con paso animado, dejando que él me guiara hacia donde quisiera ir, siguiéndolo en todo momento ya que no conocía el camino.

Mire contento a Ixchel y rápidamente la ensille tras darle un rápido cepillado.
-Venga vamos, no perdamos tiempo - dije entusiasta mientras subía a Ixchel y miraba a Cariba.

Bien ¿a donde vamos Pablo?-le pregunto

- ¿ Que os parece una ruta por el paseo costero? - pregunté mientras mis ojos iban mirando a Ixchel, Cariba y Cybele - Me han dicho que es un bonito lugar, con unas hermosas vistas y tengo curiosidad - dije sonriendo

Lanzo un fuerte relincho de alegria-¡Perfecto! ¡vamonos!

-Venga vamos - dije mientras dirigía a Ixchel hacia alli y con una sonrisa pícara miraba a Cariba para que me siguiera .

Mastiqué suavemente la zanahoria (era zanahoriaxD?) y la disfruté.
Miré las cosas que tenía Nahi bajo sus axilas y las empecé a olfatear con curiosidad -Que será?- Pregunté para mi misma en un suave relincho y las mordisqueé un poco.

Llegue a los boxes después de mi largo paseo, para poder tranquilizarme un poco. Observé a una chica que estaba sola y decidí a hablarle. No la había visto demasiado por los boxes, y no había hablado nunca antes con ella por lo que supuse que no llevaría mucho tiempo aquí y al principio puede parecerte un poco solo la estancia en el club. -Hola -dije sonriendo mientras me colocaba delante de ella - Soy Yaiza, encantada -sonreí

Ho..Hola,encantada soy Amanda-Dije con una sonrisa.Era la primera vez que veía a esa chica,parecía simpática,aunque por su aspecto,debía de pasarle algo malo.

-Encantada de conocerte Amanda -dije con una sonrisa para tapar mi pena. - ¿Quieres hacer algo? -dije para intentar sacar conversación y hacerme mas su amiga

Yo también le sonreí.
-Mmmm,y si vamos al centro comercial?-Le dije después de mucho pensar.

Sonreí y dije : - SI claro, es una estupenda idea - dije entusiasta mientras me dirigía al centro comercial con ella

Reí y la quité con cariño.
- No, preciosa, que esto me ayuda a mantenerme de pié -solté, divertida- tranquila bonita... -acaricié su cabeza con ternura- ¿qué dices? ¿salimos un rato a pasaear? ¿o nos quedamos aqui charlando un rato, asi no forzamos nuestras heridas?-bromeé, pero ciertamente no sabía cuan importantes eran las suyas.

Miré de reojo las cosas bajo las axilas de Nahi nuevamente y luego alcé la mirada ante la pregunta, relinché contenta y pegué mi lomo a la puerta del box y la miré .
-Pero.. Puedes montar ¿Verdad?- Relinché sabiendo que no me entendería de todos modos..

Reí y fui en busca de algo con lo cual hacer pié y poder montar, pues mi preciosa yegua era bastante alta.
- Quieta, eh -pedí, riendo y subí, algo lento y con dificultad, dejando tiradas las muletas a un lado del box- eso sí, despacio, si tienes ganas de correr un poco me avisas así me bajo, ¿ok? -dije en tono bromista, pero hablaba en serio- de igual manera, no te esfuerces demasiado, preciosa... -comenté acariciando su cuello.

Relinché contenta meneando la cola de lado a lado.
Cuando terminó de acomodarse salí a paso ligero a caminar por afuera de los boxes (aún comentamos aquí).
Dí unas vueltas suaves y miré cada tanto a Nahi.

Acaricié el lomo de la yegua, que estaba a la altura de mi mano, su anca y el cuello cuando lograba estirarme un poco.
- Bueno bonita, tú decides a donde vamos hoy -reí levemente, dejando que mi preciosa pura sangre me llevase.