La playa

Me bajé con rapidez de Alidar al ver a Linaje irse tan deprisa. Tomé a Hick y le pedí que volvieramos a los boxes, preocupada.

Mire a Criba y sonrei y dije:
-Volvemos? -dije mirandola a los ojos

Luna :

Mire a Gitana - yo ayudare a buscarlas...- dije mirandola - debo regresar a los boxes...le pedire ayuda a Wild - dije saliendo trote y luego a galope hacia los boxes

- Si! será mejor que volvamos - Dije un poco triste puesto que no queria que aquel momento acabara . Había sido el parto de mi yegua y queria ver a la hermosa potrilla que habia tenido . Sonreí con atención a Pablo y suspiré mirando a sus preciosos ojos que eran una de las cosas que mas me atrían de él .

Continuación del roleo con Maris:

Al oír las palabras de Maris, volví en mí, ya que me encontraba perdida en su mirada.
-Oh..mm..sii, tienes razón, creo que es mejor que salgamos del agua si no queremos coger un buen resfriado..-dije bromista mientras me daba media vuelta y me iba caminando hacia la orilla, junto a Maris.
-¿Qué te apetece hacer ahora?-pregunté pensando en alguna idea, pero mi mente no respondía. "¿Qué te pasa?" Me pregunté a mi misma, sacudiendo la cabeza.

Caminé a su lado, levantando bien mis patas debido a que varias olas rompían allí cerca. Al llegar a la orilla me sacudí, y luego me quedé observando el horizonte con una sonrisa fija. Escuché a Tormenta, por lo que dirigí instantáneamente mi mirada hacia ella. - No sé... -dije lentamente, haciendo una pequeña pausa- lo que tú quieras para mí está bien -esbocé una sonrisa, me estaba planteando decirle aquello que sentía a Tormenta, que no lograba explicar, pero que estaba presente cada vez que la veía.

La mire y la cogí de la mano, sonreí y la acerque hacia mi cogiéndola luego por la cintura abrazándola.
-Te quiero..... -dije susurrándole al oído

Sonreí contenta y le miré - Yo te quiero a ti mucho más!! - Le susurré al oído aunque quisiera gritarlo a los cuatro vientos . Le abracé y le besé contenta . Estar con el me hacia muy feliz .

La mire a sus ojos y sonrei.
-Venga vamos -dije cojiendola de la mano

- Si , vamos! - Dije caminando junto a él .

Me monte en Ixchel y mire a Cariba:
-¿Subes? -dije mirandola

Sonreí y asentí - Si no es molestia ... Supongo que sí - Dije mientras subia y me agarraba a Pablo .

Sonrei y me riji con Ixchel y Cariba hacia los boxes

-Uff...no se me ocurre nadaa..-dije algo agobiada, intentando que mi mente volviera a fiuncionar como antes. Me puse a hacer un pequeño agujero en la arena con mi pata, para no distraerme mirando a Maris y, mientras, pensar algo que hacer, aunque ya era algo imposible, superior a mi.-¿Te apetece ir al bosque un rato?-Pregunté tras haberme pasado unos segundos pensando.

Asentí con la cabeza, entusiasmado.

- Claro -sonreí levemente y observé a la preciosa yegua que me acompañaba. Luego, tomé algo de valor, tragué saliva y me dispuse a hablar, a decirle todo aquello que sentía- Tormenta... Tengo que decirte algo -titubee, con nerviosismo- tú... tú me gustas mucho -dije entrecortadamente, algo temeroso. Antes de poder recibir respuesta, Anita vino a buscarme junto con Llena, diciendo algo de una acampada. Me llevó nuevamente a los boxes, y la seguí con algo de pesar al no haber podido recibir respuesta.

Al oír atentamente sus palabras, una alegría inmensa recorrió mi cuerpo en cuestión de segundos. Al ver a Llena y a Anita, volví mis orejas hacia ellas, pero no dejé de mirar a Maris, con una gran sonrisa, aún si creerme lo que acababa de oír. -Tú también me gustas mucho a mí.-dije, mientras Llena me ataba el ramal, dudando si Maris habría oido mi respuesta.

Me fui junto a Llena a los boxes, esperando volver a ver de nuevo a Maris...

Me decidí por quedarme alli, cerca dela orilla, jugueteando con la olas.

Llegué corriendo a la playa luego de haber revisado lugares cercanos a la Hípica con esperanzas de encontrar a mi caballo, sin éxito. Finalmente, lo encontré en la playa, donde pude respirar hondo finalmente luego de haber revisado tantos lugares. Me acerqué a él y me abracé a su cuello con fuerza, dándole múltiples besos en la frente. - Nunca me vuelvas a asustar de ésta manera, Chip, por favor -pedí.

Llegué corriendo detrás de Caroline sin embargo me paré enseguida al observar la escena tan bonita que formaban Caroline y su caballo.
Una sonrisa surgió sin dudarlo en mi rostro.
Me mantuve medio alejado dándoles distancia y observando la belleza de Caroline a la luz del sol poniéndose.

Devolví el abrazo a mi amiga, con arrepentimiento.
- Perdón, no creí que fuera a causar problemas un paseo por la playa -me quejé, pero disculpándome- no volveré a irme sin que me des permiso -prometí, dandole toquecitos con el morro.

Solté una risita, ahora mucho más tranquila. Sin embargo, seguí abrazando al hermoso caballo, hasta que fui desprendiéndome suavemente de él hasta posar mi mano en su cuello, acariciándolo con cariño. - Ya, no importa. También fue mi culpa, creo que te dejé demasiado tiempo sólo, prometo que no volverá a pasar nunca -aseguré, dándole un besito en la frente y colocándole la cabezada que había traído conmigo- ¿qué te parece si hacemos algo juntos? Ya sea entrenar o pasear, lo que tú prefieras -prometí, yendo hacia Ed.

Relinché, caminando detrás de ella, mientras le daba toquecitos cariñosos por la espalda con mi morro.
- Quiero pasear... -dije, mirando con entusiasmo el bello paisaje. Quería remediar lo de hoy, por lo que me puse frente a ambos humanos y les ofrecí mi lomo. No estaba seguro, no confiaba en Edward, pero si al 100% de Caroline, por lo que supuse que todo estaría bien entonces.

Notaba todavía algo desconfiado a Chip respecto a Edwad, por lo que lo acaricié, diciéndole que no había porque mantener aquella postura, argumentando que podía confiar en Ed al igual que lo hacía conmigo, sin embargo no lo pensaba forzar a nada. - ¿Qué te parece si antes vamos a los boxes? Necesitas una buena cepillada, tienes mucha arena -mascullé entre risas, viendo la cantidad de arena que se había quedado adherida en su pelaje y sus crines. Monté, ofreciéndole a Edward un lugar detrás de mí y pidiéndole a Chip que avanzara una vez que él subió. Me acomodé encima del bellísimo semental mientras nos dirigíamos a los boxes.

Apenas los sentí acomodados sobre mi lomo, comencé a andar. A pesar de que me molestaba un poco, sólo hice una mueca cuando sentí el peso de Edward sobre mi lomo, pero lo dejé pasar.

Caminé en un absoluto silencio pues quería estar a solas y a la vez explorar.
Alcé mi mirada hacía el majestuoso horizonte. Era hermoso.
Suspiré pensativo y me senté a continuación debajo que una palmera que daba una sombra enorme. Continué pensativo y observando todo con curiosidad.