Apenas podía moverme en aquel remolque... las patas me ardían, tenía que moverlas pero no podía. Estaba muy nervioso y el viaje había sido muy largo.
Apenas sentí el motor parar me puse alerta, en cuanto abrieron la puerta comencé a relinchar fuertemente. El hombre que trató de bajarme no podía desatar la cabezada que me dejaba inmóvil en el veículo.
Fue corriendo, mientras pedía ayuda para sacarme, aprobeché que el bozal estaba viejo y con apenas algo de fuerza lo rompí y salí galopando lejos hacía afuera.
Paré en seco, como lo hacía en concursos y prácticas, pero nadie me momtaba, sino que no lograba ver bien... las luz del sol hacía arder mis ojos, ya que estube mucho tiempo en aquel oscuro remolque.
El hombre quedó inmóvil, pero su compañero lo llamó para volver al vehículo diciéndole que ya había avisado que "el grandote ése"(supongo que por musculatura, porque mi raza no se destaca por una gran altura) había llegado... tan sólo se fueron dejándome sólo en aquel lugar, totalmente desconocido para mí... me fuí debajo de un bonito arbol que hacía buena sombra y esperé allí un rato mientras pastaba.
Me heché a descanzar un largo tiempo.
Al despertar ni de noche se había hecho a si que, ya cansado de esperar, galope corto acia el cotado de la pista y me salté la división. Fuí en busca de algo que hacer, o mejor ahún, alguien que me ayudase a orientarme, ya que, definitivamente no estaba en rancho, con mis amigos junto a los típicos yuyos de mi lugar... ¿Por qué nadie venía por mí? Estaba seguro que los hombres que me trajeron habían dicho que ya estaba avisada mi llegada.