La Gran Pradera

Otra persona mas había llegado al prado. La mire de reojo y seguí mi camino, galopando esta vez. Solte un fuerte coz en el aire, refunfuñando.
Voltié para volver hacia donde estaba Ethan, y logre ver de frente como se alejaba aquella muchacha y vi a la nueva chica, quedando atónito, no podía ser, no era posible si ella se había marchado, mi antigua dueña. Quede tieso mirandola fijamente.

Seguí caminando, algo dudosa. Posé mi mirada en el chico, luego en la chica y nuevamente en el precioso caballo, que tanto se parecía a Pampa. Estuve lo bastante cerca como tener a buena vista cada detalle del animal, y sin duda era él, lograría reconocerlo donde fuera.
- ¿Pampa...? -susurré con voz suave y dulce, con una sonrisa incontenible ante aquel encuentro- bonito, ¿me recuerdas? -le pregunté, dando sólo un paso hacia él, lentamente para no espantarlo- Soy Katy, pequeño... -solté, sin dejar de sonreír, algo nerviosa.

No di señal alguna de respuesta. No estaba seguro si realmente era esto real. Caminé lento e inseguro hacie ella, quedando relativamente cerca, lograba oír su palpitar nervioso.
- ¿Katy? es posible? -preguntaba, sabiendo que no entendería. La miré a los ojos, reconocía su voz, su bella mirada, su divertida sonrisa. Sabía que era ella, pero no lo creía. Solté un relincho leve, y puse mi cabeza sobre su hombro.

Respondí a su gesto sujetando su cabeza con una mano y acariciándole el cuello con la otra, como solía hacer siempre. Reí 'nerviosa', con los ojos un tanto humedecidos.
- Me recuerdas, ¿verdad, Pampita? -pregunté, segura de que era una respuesta afirmativa.

era ella, no había ni una minima duda. Me quede en esa posición, relajado y feliz, aunque me sentia extraño, habia pasado tanto tiempo ya...

Me alegre tanto que se acordara, me relajé por completo, tanto que casi caigo, al temblarme las rodillas por el peso del caballo.
- Tienes dueño y todo, ¿verdad? -sonreí, feliz porque seguía tan bien, se veía sano y alegre. Aquello realmente no me entristeció en lo absoluto, eta bueno saber que alguien lo quería y cuidaba como era debido- realmente siento mucho que haya pasado tanto tiempo, pequeño... -suspiré, sin dejar de acariciar su suave pelaje- si te contara todo lo que me ocurrió desde la última vez que nos vimos -reí irónicamente- mi vida a sido complicada, pero al fin logré terminar con todos esos trámites pendientes, me mudé cerca y podré venir aquí a montar de ahora en adelante, por lo que podré visitarte seguido -anuncié, soltando una ancha sonrisa.

Observé sin entender prácticamente nada la escena, sin embargo, me mantuve callado, paseando mi mirada entre Pampa y la chica a la cual no había visto nunca. Desconcertado, simplemente me dediqué a esperar, aguardando que alguien me explicara algo.

Observé curiosa la escena al igual que Ethan , yo tampoco entendia ... sonreí y susurrando por no meterme entre Pampa y la joven saludé a Ethan - Hola! - Le dije .

Con bastante curiosidad pero sin querer meterme , me levanté cogí el ramal de Perseo y lo fuí a buscar , me despedí de Ethan y de los demás y me dirigí junto a Perseo a las duchas para refrescarle las patas .

Miré al chico, y a al chica marcharse. Solté delicadamente a Pampa, sin dejar de sonreír. Volví a mirar a aquel muchacho, el cual no parecía comprender y se me vino la idea de que él podría ser el nuevo dueño de Pampa.
- Hola -lo saludé alegre pero respetuosamente, dando un paso hacia él, el cual me alejaba un poco del caballo- soy Katherine, supongo que usted es el nuevo dueño de Pampa, ¿o me equivoco? -dije curiosa, aunque me resultaba un tanto obvio- Yo soy su antigua dueña -informé, de forma que pudiese comprender más claramente la situación.

Me despedí de Bella cuando se fue, seguramente íbamos a tener tiempo para hablar en cualquier otro momento. - Hola - respondí, acercándome a ella uno o dos pasos para hablar mejor y más cómodamente. Asentí con la cabeza ante su comentario, afortunadamente así era. - Sí, así es -afirmé mientras desviaba mi mirada hacia el caballo y esbozaba una pequeña sonrisa. Todo cuadró cuando escuché que ella era su antigua dueña, ¡claro! así todo era realmente fácil de entender. - ¡Ah! Vaya, no lo sabía -comenté con gesto asombrado
- ¿Acaso te vas a quedar en la hípica? -pregunté con entusiasmo, para luego hablar nuevamente- Mi nombre es Ethan, por cierto.

- Un gusto, Ethan -dije, mirándolo a los ojos- ¡Claro! -respondí alegre- al menos, la idea es esa, poder quedarme. Viajé mucho, mudándome a una y otra vez, por eso dejé la hípica y a Pampa... -agregué con algo de pesar, mirando al bello caballo- pero realmente estoy muy feliz de que alguien como tú sea el dueño -volví a mirar al muchacho- se lo ve tan bien... -me dejé llevar unos momentos y al darme cuenta, sacudí un poco la cabeza y reí, algo avergonzada.

- Igualmente. -le sonreí levemente y ladee mi cabeza, observando a Pampa. No imaginaba lo feliz que le debía hacer estar con su antigua dueña. Me reí un poco mientras la observaba. - Vaya, supongo que gracias. La verdad es que sí, está realmente bien y además es un gran caballo -me quedé en silencio unos momentos y luego volví a hablar- Bueno, como te vas a quedar, sabes que puedes montarlo siempre que quieras, por eso no hay problemas.

Sonreí anchamente ante aquel último comentario.
- ¿Lo dices en serio? -dije, poco y más, agarrándome la cabeza- ¡Gracias! muchas, muchas gracias -exclamé entusiasmada- sí, es un gran caballo -afirmé- tienes muchísima suerte -le guiñé en ojo, mirándo a Pampa y luego a Ethan, nuevamente- por cierto, ¿hace mucho que estás en la hípica? realmente la veo cambiada, se ve un gran progreso-comenté.

- Claro que sí, a fin de cuentas estoy seguro de que Pampa te ha extrañado mucho y tú a él, creo que es lo mínimo que podría hacer - le sonreí un poco, nuevamente y escuché con atención sus palabras. "Tienes muchísima suerte". ¡Vaya que la tenía! - La verdad es que sí... -en un momento pensé resumidamente todo lo que habíamos hecho con Pampa en tan poco tiempo, estaba claro que era uno de los mejores caballos de la Hípica. - Eh, más o menos -hice una mueca, realmente no me acordaba cuando exactamente. - Pero sí, bastante, supongo.

- Afortunado... -susurré, en tono de broma, sonriendo- lo cierto es que sí, lo extrañé muchísimo -me encogí de hombros- en fin, si quieres te dejo tranquilo ya, con este bellísimo caballo -miré a Pampa y de nuevo a Ethan, sin perder mi típica sonrisa.

- Creo que el que debería dejarlos tranquilo soy yo, supongo que tendrán que contarse muchas cosas -bromee con ésto último, a pesar de que iba en parte enserio. No imaginaba cuanto se habrían extrañado ambos, ya que a pesar de no saber cuanto tiempo habían estado juntos, se notaba el cariño que se tenían.

Sonreí, agradecida.
- Sin embargo, ahora tengo todo el tiempo del mundo para estar con él -afirmé, tranquila y feliz- de todas formas, muchas gracias -se notaba que era una persona amable, y me alegré por ello- puedo estar segura de que él se encariñó mucho contigo, también -comenté, con total sinceridad, jugando con la mirada, posándola en Pampa y Ethan de a ratos- ¿tienes algún otro caballo, a parte de esta belleza? -pregunté, en una tonada cómica, pero ciertamente, hablando en serio.

- De nada, no tienes que agradecer por algo como ésto -le sonreí, es lo que me hubiera gustado de estar en su lugar. Poder disfrutar de el caballo que con anterioridad había sido mío como si todavía lo fuera. Además, estaba seguro de que mejoraría las cosas con Pampa.
- De hecho sí, tengo dos. Un P.R.E llamado Irak y una yegua cruza de Pura Sangre y Silla Argentino. Son los tres unos caballos realmente increíbles, y no es porque sean míos -me reí un poco.

Le devolví una sonrisa.
- Si, te creo -bromeé- que afortunado, tres caballos... -pensé en los equinos que habían pasado por mi vida, ninguno como Pampa, no había logrado pasar tanto tiempo y entablar una relación con ningún otro caballo- ¿podrías presentármelos, algún día? -pregunté, un tanto entusiasmada por ver, además que otros caballos habían en la hípica, seguramente habría muchos más que antes.

Me quedé mirándolos, felizmente. De a ratos mordía juguetón el pelo de Katy y luego el de Ethan, sólo para no alejarme a hacer otra cosa. Esuché atento algunas cosas y distraído el resto.

—Claro que sí, cuando gustes— me quedé observándola fijamente unos momentos y luego desvié la mirada, buscando las palabras adecuadas para expresarme correctamente. Clavé mi mirada en Pampa, se le notaba feliz, animado. Me reí al ver como le mordisqueaba el pelo a la chica, juguetón. —Por cierto; ¿tienes pensado adquirir algún caballo aquí?

- Cuando estés disponible, porque yo no tengo nada que hacer -bromeé, miré a Pampa y me reí de su comportamiento; me alegraba tanto el verlo así... Posé mi mirada en Ethan, una vez más, algo pensativa.
- La verdad, no lo sé -admití, pensando más profundamente en el tema- no lo había pensado, si soy sincera. Pero supongo que luego hablaré con Mr.Galoguey al respecto -dejé de hablar unos momentos, aún muy concentrada, por lo que me reí, finalmente, de mí misma- ¿él sigue a cargo, verdad? -pregunté.

—Yo tampoco— contesté riéndome, mientras acariciaba a Pampa y observaba su precioso rostro. Luego, dirigí mi mirada hacia Katy, parecía una chica realmente buena y eso se notaba con solo observar su semblante o concentrarse en sus palabras. —Ya habrá tiempo para ocuparse de éso, aunque no estaría mal que vayas viendo los caballos que hay y cuales están en venta, para ir barajando las posibilidades, nunca está de más— asentí con la cabeza —Sí, él sigue a cargo, afortunadamente.

- Que suerte -contesté, realmente aliviada. ¿Me recordaría? bueno, luego lo sabría- Y, ¿sabes cuáles están en venta? -pregunté curiosa- ya que no tienes nada que hacer... -dije en un tono juguetón y bromista, sin perder una pequeña sonrisa.