Lo conduje al tercer obstáculo, de 1.30 también...pero era un oxer. De todos modos ya habíamos saltado oxer antes, por lo que lo saltó sin ningún problema...sólo rozó una vara al final, pero hizo lo que pudo y aquello era lo que importaba; por lo que lo acaricié en el cuello. Dio vuelta a la pista para dirigirse al cuarto, una ria. La saltó muy bien, tomando la altura y vuelo adecuadas como para caer en el lugar indicado. Salpicó algo de agua con las patas traseras, las cuales me llegaron a la espalda por lo que me quejé; pero me reí y fuimos al quinto, el de 1.50.
Nunca antes lo habíamos saltado, al menos que yo recordara, por lo que me concentré al máximo en seguirlo durante el salto para que no se le dificultara. Se acercó y lo saltó de cerca, con fuerza y potencia. Me doblé sobre la silla estirando mis brazos, acompañándolo. Lo saltó bien, por lo que también lo acaricié y fuimos al sexto.