Boxes del establo

Extrañamente la jovencita me inspiraba confianza, y eso era realmente extraño pues mi relación con los humanos no había sido la mas agradable; deje de pensar en aquellas cosas que solo me ponían de mal humor y seguí a la joven sin poner resistencia alguna.

Soñada estaba realmente apurada, por lo que me apresuré un poco, tampoco sin salir corriendo.
- Vamos Shadi -le dije con cariño, parecía estar bastante tranquila- Soñada, está bien... sería bueno si te contienes un poco hasta salir, para no tener problemas pequeña -le pedí con una media sonrisa, y nos fuimos hacia los prados.

nahiara nos tomo del ramal y nos fuimos a los prados era la primera vez que salia del box miraba todo extrañamente y deves en cuando daba unos tirones con la soga para ir mas rapido hasta que pudimos llegar

Saqué a Chip de los establos, habiendo cojido ya una pequeña mochila con comida, y estando yo ya equipada.
Ya sabía que ruta íbamos a tomar, y solo nos faltaba dirigirnos a ella. Llevaba una cámara de fotos, y lo necesario para pasar el día.
Una vez fuera de los establos me monté en el lomo de Chip, y le hice caminar al paso, hasta que hubiesemos salido del club.
-¿Preparado chico?- le pregunté dando palmaditas en su cuello.

- Mucho mas que listo! -exclamé, acelerando levemente el paso hacia afuera. Estaba muy ansioso, realmente me encantaba la idea de Sarah. Dejé que me guiara, claro, pues no sabía el camino; supuse que ella sí.

-Vamos allá Chip. Dale caña.- dije pidiendole galope reunido.
Nos empezamos a alejar del club, y cuanto más nos alejabamos más aumentaba o quería aumentar yo la velocidad.
Cuando nos metimos por el camino que nos llevaría hasta nuestro destino, tuve que esquivar varias ramas.
Disfrutaba tanto del galope de mi nuevo caballo...

Esbocé una sonrisa hacia Lizzie, respondiendo así ante su comentario. Escuché a continuación un coro de relinchos, leves al principio. Les resté importancia... pero éstos aumentaban el volumen enseguida. Observé como Lizzie, dejándose llevar por su infinita atracción por los caballos, se alejaba de mi con decisión y caminaba hacia el box de una yegua negra. Paseé la mirada por cada box, observando a caballos nuevos en éstos, deteniéndome en Lizzie, la cual ahora me dedicaba una sonrisa... quizá a modo de disculpa... pero no tenía importancia.
Pocos minutos después... los relinchos cesaron, dejando paz y tranquilidad en el ambiente. Esbocé la mejor de mis sonrisas al poder comprobar como Lizzie volvía junto a mi, se apoyaba en la pared en la que yo me encontraba, y me abrazaba de una manera dulce... muy dulce. Una pequeña risa surgió desde mis labios - Yo te amo - Recité en un susurro, siendo totalmente sincero... esbozando luego una sonrisa torcida. Deposité con cariño un suave y dulce beso en su frente, observando su rostro después.
- ¿Vamos? - Inquirí con entusiasmo, tomándola suavemente de la mano, y dando un paso hacia delante.

Aquella palabra era más de lo que podía esperar en un principio. Te amo. Y si era sincera, había alcanzado a decirla una única vez y no había sido valorado desde la otra parte. Desde aquél día no había habido nadie más merecedor de aquella palabra tan importante. Y sí, no podía negar que posiblemente fuésemos demasiado rápido, pero podía estar más que segura que no era un error. Porque más allá del tiempo, más allá de todo aquello lo que ambos sentíamos era verdadero, genuino, y nada ni nadie podrían cambiar eso. -Yo también te amo- le respondí, dedicándole una sonrisa, disfrutando de la calidez de sus labios al posarse sobre mi frente. Solté un suspiro, sin poder evitarlo prácticamente, clavando mi mirada en sus preciosos ojos. -Vamos- respondí, siguiéndolo, entrelazando mis dedos con los suyos.

Y fue cuando me desperte o mas bien puse atención en lo que afuera de mi box pasaba,dos jovenes entre ellos lizzi la unica de las dos personas frente a mi que conocia..hablando, pero no parecia una conversacion normal,me acerque a la puerta de mi box para poder apreciar mas la situacion,esta conversacion parecia algo rara, a las que yo estaba acostumbrada a ver..no entendia que pasaba pero por lo que yo entendia no era malo.. entonces lance un fuerte resoplido y bebi un poco de agua...

Estaba cansada de estar allí encerrada. Observaba a las personas entrar y salir con sus caballos. Yo también quería salir... Pateaba la puerta para llamar la atención de alguien o relinchaba de vez en cuando. Me sentía frustada de estar tantos días encerrada.

Llegué dee la playa, junto a Jake, Talou y Sea. Prefería quedarme allí, junto a Jacob, pero ya se había hecho tarde y los caballos tenían que descansar, al igual que nosotros. Le quité el equipo a Sea, le puse la cabezada de cuadra y lo dejé atado fuera del box. Tras levar el equipo al guadarnés para limpiarlo luego, volví y comencé a cambiar el lecho del box de Sea. Lo limpié todo y puse un lecho nuevo, en el que Sea podría descansar con comodidad. Metí a Sea en su box y comencé a cepillar todo su pelaje, retirando primero la suciedad más superficial y la sal de la playa. Después comencé a cepillar con insistencia todo su pelaje hasta que éste quedase brillante y limpio. Repetí la acción con las crines y cola, dejándolas suaves y sin enredos. A continuación, le limpié los cascos y le masajeé las patas, para prevenir posibles molestias o lesiones en un futuro. Todo ésto lo hice sin decir ni una palabra, en silencio, totalmente perdida en mis pensamientos, ausente, pensando todo lo que había sucedido aquella tarde, lo que sentía cuando estaba junto a Jake, sensaciones que ni siquiera yo sabía qué eran o qué significaban. Sólo sabía que sentía algo por él que no sentía para con otras personas. Tras terminar con los cuidados de Sea, salí de su box, cerrando la puerta de éste tras de mí, quedándome apoyada sobre la puerta, acariciando al semental Pura Sangre. Le dediqué una sonrisa y miré ahora hacia donde estaban Jake y Talou, esbozando una sonrisa sincera. Después de aquello, me acerqué al tablón, en el que estaban todos los caballos en venta. Observé la ficha y foto de Sea, haciendo una mueca. Me decidí y quité suavemente la imagen y la ficha del semental, para que nadie la viese y lo comprase. Iba a comprarlo yo. Mañana lo avisaría, pues ahora era bastante tarde. Me guardé la foto en el bolsillo y volví al box de Sea. Le ofrecí un terrón de azúcar, esbozando una sonrisa llena de felicidad. -¿Te gustaría que yo fuese tu dueña?-le susurré, riendo por lo bajo, esperando que el semental me respondiese a su forma, pero deseando que la respuesta fuese un sí.

Dormí toda la noche,pero me despertaron unos ruidos de un caballo pateando y relinchando...seguramente quedria salir...yo hice lo mismo aver si alguien venia a sacarnos a los prados un rato o aunque sea a darnos cuerda ya que por lo menos yo sentia todos mis musculos tiesos..

Regresamos a nuestros boxes después de un alegre y divertido paseo, me acomode en la paja y dormí plácidamente, en la mañana unos ruidos irrumpieron mi sueño, los causantes eran Soñada y una árabe muy simpática, a mi me encantaba hacer amigos así que salude a Soñada y luego me dirigí hacia la árabe – Buenos días; mi nombre es Shadie, cual es el tuyo?- dije con un bostezo (pues aun tenia un poco de sueño) seguido de una sonrisa.

Mire a las yeguas y dije . - Me llamo Azhara, Azha para abreviar - sonreí - ¿ vosotras ? - pregunte mientras dejaba de patear la puerta, contenta de que alfin alguien me hiciera algo de caso.

yo me llamo soñada,respondí con un resoplido....mientras tambien saludaba a shadie.....tu hace cuanto estas aquí le pregunte a azha...mientras le sonreia con la mirada...

La noche ya había hecho acto de presencia, por lo que lo más coherente había sido volver cuanto antes. Todavía estaba más que mojado, pero trataba de tomármelo como un detalle menor. Sonreí, ingresando a los boxes junto a Ana, Talou y Sea. Me había alegrado dar aquél paseo, ya que además de que me había divertido muchísimo, había aprovechado para probar a fondo al semental de salto, y había comprobado que sin lugar a dudas era el caballo ideal para mí. Al llegar le dí unas palmaditas en su cuello, dedicándole una sonrisa. -Te comportaste muy bien, pequeño- lo felicité, separándome de la chica y su semental para ocuparme de Taloubet. Lo primero que hice fue retirarle todo el equipo, dejándolo cerca para limpiarlo y eliminar de aquella manera los restos de sal, con el simple y sencillo objetivo de cuidar el material. Le coloqué la cabezada de cuadra al semental de salto, guiándolo hacia las duchas, ya que a pesar de que ya era de noche sería mejor quitarle todos los restos de sal. Modulé la temperatura del agua, comenzando a mojar a Talou en cuanto ésta estuvo tibia, aprovechando para pasarle un champú por todo su cuerpo y crines. Posteriormente lo enjuagué, quitando el exceso de agua y esperando un poco a que se secase antes de volver a los boxes. Al hacerlo le dí unas palmadas, ingresando al suyo, el cual tenía ya el lecho totalmente limpio, gracias a los mozos. Comencé a cepillarlo a conciencia, quitando todo rastro de suciedad que no hubiese sido arrastrado con el baño. Le desenredé las crines y limpié los cascos, comprobando de paso las herraduras. Todo en orden. Antes de salir aproveché para colocarle unas vendas de descanso, ya que sabía que el aporte térmico favorecía la circulación sanguínea y el drenaje luego de moverse tanto. Comprobé que tuviese agua fresca y comida, sonriendo al ver que efectivamente era así, dándole unas caricias. -Descansa, pequeño- le desee, antes de salir de su box y suspirar, estirándome. Me dirigí a el equipo de Taloubet, comenzando a limpiarlo mientras Ana terminaba de encargarse de Seabiscuit. Al ver salir a la chica, luego de finalizadas las tareas le dediqué una sonrisa, observando que se dirigía a el tablón donde todos los caballos a la venta aparecían. Me reí levemente, levantándome para llevar el equipo al guardarnés, volviendo y recostándome a la pared luego, observando la escena junto al semental Pura Sangre.

-Llevo unos meses, pero he estado casi todo el tiempo encerrada, y necesito estirar mis patas - dije un tanto melancólica. - Encantada de conocerte soña - dije mientras esbozaba una sonrisa

-Bueno como ya te mencione mi nombre es Shadie- dije con una sonrisa, hice una pequeña pausa para dejar que Azhara respondiera a la pregunta de Soñada y también para comer algo, tome una zanahoria y bebí un poco de agua, luego añadí –estoy pensando en darme una escapadita pues estar aquí encerrada me aburre mucho, puede que regrese en la noche, ¿ alguna quiere venir conmigo?- dije con entusiasmo pues ya quería salir a disfrutar del bello día.

Ingresó a los boxes a paso lento, ya que estaba realmente exhausto luego de tanta caminata, y además, el entrenamiento había favorecido aquella tarea que tenía como único propósito el cansarse, el liberar toda aquella energía. Le dedicó una sonrisa a ambos humanos, en parte agradeciendo por aquél divertido paseo, sonriéndole también a Taloubet, el semental de salto. Siguió a Ana hacia los boxes, dejándose manipular con total docilidad, manso, ingresando al box luego de que ella se encargase del lecho. No pudo dejar de esbozar una sonrisa al ver que comenzaba a cepillarlo, quitando cualquier rastro de sal o suciedad. Y aquello le alegraba. Pocas veces había recibido un cuidado tan concienzudo de parte de sus antiguos dueños, así que disfrutó muchísimo de aquellos suaves masajes realizados por Ana y el cepillo. En cuanto terminó soltó un relincho agudo, cargado de felicidad, más que agradecido para con ella. Se acercó y la abrazó con su cuello, sin apretar demasiado pero dejando bien en claro cuánto comenzaba a quererla. En cuanto la chica se fue del box se asomó, preocupándose al verla dirigirse a la salida. ¿Se iba? ¿Sin despedirse? Hizo una pausa, observando que se detenía antes de salir. ¿Qué hacía? Hizo una mini levada al verla volver, esbozando una sonrisa. Y las palabras que ésta soltó al acercarse lo llenaron de entusiasmo, de una intensa felicidad. - ¡Claro qué quiero! -exclamó, soltando un relincho de puro júbilo y acercándose a ella, apoyando su cabeza en el pecho de Ana y cerrando los ojos ante aquella magnífica sensación.

Me volví hacia la otra yegua y dije - Encantada Shadie.
Cuando dijo lo de salir, mis ojos se iluminaron y rápidamente conteste un rápido - Si, yo! - dije energetica como una joven potrilla con un feliz relincho, mientras golpeaba suavemente la puerta señalando mis ganas de salir de aquellas paredes.

El dueño del club se encargó de traer al semental hacia los boxes, dejándolo en el suyo. Incluso se habían encargado de colocar en la entrada de éste una placa dorada con su nombre escrito en negro. No pudo evitar reírse levemente, quedándose en su lugar en cuanto el hombre lo dejó en el box, dándole algunas caricias y retirándose luego. Se asomó hacia afuera, observando todo. No había tantos caballos como él esperaba, ciertamente había bastantes boxes vacíos. Hizo una mueca, observando el que sería su nuevo hogar, acercándose al comedero y comiendo un poco para recobrar energías luego del viaje, bebiendo también bastante agua y degustando alguna golosina.

-Perfecto- dije esbozando una sonrisa; -bien pero ay que salir de aquí con el estomago lleno, así que desayunen-; como yo ya había comido retrocedí lo mas que pude y salí de mi box de un salto avance haciendo el menor ruido posible, luego dirigí la mirada hacia mis amigas, para que me siguieran.

siii yo quiero ir tambien respondi en un relincho que sonaba algo ansioso...

intente abrir la puerta de mi box una y otra vez...hasta poder lograrlo...

Sonreí al ver la reacción del semental de carreras al oír mi pregunta. Me alegró el saber que él también quería ser mi caballo. Lo acaricié en el cuello cuando apoyó su cabeza en mi pecho, esbozando una sonrisa cariñosa. Peiné sus crines con los dedos, suavemente, a la vez que lo miraba a los ojos una vez que hubo levantado la cabeza. Acaricié su frente, sonriendo. Miré ahora a Jake, dedicándole una sonrisa sincera. Miré nuevamente al semental Pura Sangre. -Ahora tengo que irme. Mañana volveré a verte.-le susurré, sonriendo, acariciándolo con cariño. Me llevé las manos a los bolsillos y saqué una golosina, ofreciéndosela a Sea, sin dejar de sonreír al saber que iba a se mio. Estaba muy feliz por aquello. -Ahora descansa. Hasta mañana, campeón.-le dije, sonriendo, alejándome lentamente de él, mirando ahora al lugar en el que estaba Jake. Le sonreí y me coloqué a su lado, mirándolo con cierta curiosidad. Me fijé en sus expresivos ojos, en su sonrisa, escrutando su rostro. De repente, una sensación de incomodidad recorrió mi cuerpo, obligándome a desviar mi mirada hacia otro lado, tratando de re-ordenar mis ideas. Aquello que me ocurría cuando estaba con Jacob no me ocurría para con otras personas y aquello me desconcertaba. Ni siquiera yo sabía el por qué de aquello. Traté de olvidar y de dejar a un lado aquellos pensamientos que tanto me contaba entender, centrándome ahora en sonreír, no sin dificultad. -¿Te vas ya a casa?-le pregunté, rompiendo el silencio que reinaba en el lugar.