Camino costero

-Tú...no tiene nada que ver contigo. Te lo prometo-mascullé, tragando saliva. Logré aclararme un poco las ideas, pero no lo suficiente por lo que el nudo en la garganta seguía ahí, amenazando a cada momento con estallar...pero no debería, no tenía que hacerlo.
-Cuéntame sobre tí-pedí en un leve susurro lo suficientemente audible. Necesitaba distraerme a como diera lugar, tendría que reprimir aquel pensamiento que quería tomar control sobre mi mente.

Me puse de lado, empecé a empujar levemente a pampa hacia la poni, para que estén mas juntos y comencé a trotar levemente

Setnía con totaal seguridad la inseguridad en la voz de mi nueva dueña y mejkor amiga, lo que me puso algo mal. Le toqué el pié con mi morro, girando el cuello y soltando un dulce y largo relincho.

-Me da igual si tiene que ver conmigo o no, pero eso no quita que no me guste verte mal, Layla-comenté con cierta amargura. Luego, tomé una bocanada de aire tratando de despejar la mente y pensar en otra cosa, para no agobiarla. Si ella no quería hablar, bien, nadie la forzaría a nada. Algo le pasaba, eso, era seguro. -¿Qué quieres saber? No soy muy interesante a decir verdad-comenté, tranquilamente.

Le agradecí a Montse su caricia, yo misma le palmeé el morro cuando se giró.
-No es que me guste sentirme mal a mí tampoco. Simplemente, cosas que pasan-susurré, un poco más firme. No era la primera vez que aquel pensamiento asaltaba mi mente, dejándome así de triste y débil, pero al parecer iba tomando de nuevo el control sobre mis pensamientos.
Observé el gesto de Sombra y reprimí las ganas de desviar a Montse hacia la derecha para no ir tan juntos, pero no lo hice por temor a herir a Ethan.

Refucé meneando la cabeza -Que chicos- Dije frenandome a mitad y tirandome al piso, como si estubiera herida

Guíe a Pampa para que se alejara de Layla y Montse, mientras fruncía el ceño y me quedaba callado. Esa situación no solo me confundía, sino que de cierta manera me incomodaba. Me incomodaba por la simple razón de que no sabía que le pasaba a Layla, y aunque hubiera dicho que no era por mi culpa, me sentía de alguna manera responsable. ¿Por qué, justamente, cuando estaba conmigo se ponía de esa manera? Eso daba para pensar. Suspiré mientras enfocaba mi mirada en el cuello de Pampa y pasaba mi mano por éste con suavidad, tratando de despejarme. De lada nada, observé que Sombra se paraba y se tiraba al suelo, por lo que frené súbitamente y me voltee, observándola. Le pedí a Pampa que se acercase unos pocos pasos y, al verla fingir, negué con la cabeza riéndome.
-Levántate-le pedí, esbozando luego una sonrisa. Se notaba que fingía a la legua, pese a que había intentado resultar convincente.

- ¿Sombre? -pregunté dando emdia vuelta, hacia su dirección, pero en seguida em di cuenta de que no estaba realmente herida.

Desmonté de igual manera, esperando de todo corazón el que Ethan no estuviese enfadado conmigo.
Bajé y al echarle una ojeada pude ver que sólo fingía.
-No tienes nada. Levántate-refunfuñé, montando de un salto ágil y ligero sobre mi poni blanca

Tire mis orejas hacia atras -Que mala pata, literalmente, no tengo suerte- Dije refuñando y empeze a galopar por delante de ellos

Negué con la cabeza riéndome mientras retomábamos la marcha. ¿Por qué lo había hecho? Que buena pregunta, posiblemente, nunca lo sabría. -Casi se me sale el corazón del pecho cuando la vi ahí tirada-me reí negando con la cabeza, afortunadamente había logrado darme cuenta de que no era más que una actuación.

Pegué coses al aire y me hiba de lado a lado y seguia tirando coces

Quería realmente avanzar, pero sabía que Lay no estaba de humor. Tomé aire profundamente y la miré, luego a Ethan, a Pampa, a Sombra, al paisaje y al frente.

Me quedé observando a Sombra mientras brindaba su espectáculo de coces. Le chisté mientras me reía un poco.
-Le vas a dar algo, pequeña-dije en un tono un tanto burlón.

Refunfuñé y lo mire, un animal paso frente mio, me desvoqué y sali a galope tendido, ¡Susto barbaro me habia pegado!, sali demaciado rapido, casi sin notar que me estaba alejando un poco

Terminaría explotando ahí mismo tarde que temprano, y lo sabía. Lo peor era que no podía evitarlo, no con el constante recordatorio que vagabundeaba en mi cabeza. Recurrí al atardecer para intentar cobrar ánimos y fuerzas, pero aquello me empeoró aún más pues me hizo recordar buenos y viejos momentos, causantes de mi actual sufrimiento.
Quería decir algo, huir, disculparme o algo por el estilo, pero si lo hacía sabría que pondría fin a mi fino autocontrol contra el llanto.

-Sombra-la llamé, al ver que estaba yendo demasiado rápido y se estaba alejando de nosotros. Confiaba en que ella volvería sin necesidad de ir a buscarla. Observé nuevamente a Layla, como pidiéndole que dijera algo, que me diera una explicación aunque no la mereciera. Este paseo definitivamente no estaba resultando como lo había planeado en un principio, para nada.

Volvi a galope tendido tendido hacia pampa y la poni, intentando guiarlos como una manada hacia la playa nuevamente, el atardecer era precioso y queria que lo pudieran disfrutar juntos

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Como es natural, los caballos estan acostumbrados a seguir al delantero xD, asi k.. xD

Me hice la tonta y seguí a Sombre, apurando un poquito el paso, haciéndolo alegre y cómodo para Layla, era realmente deprimente saber lo que ella sentía en ese momento, comprendía sus emociones, pero quería alegrarl a toda costa. Comencé a relinchar.

Pampa incrementó la velocidad siguiendo a Sombra.
Al salir tan inesperadamente me fui un poco hacia la derecha, pero me acomodé en la silla sujetándome bien y acompañando sus movimientos, algo sorprendido aún por su reacción.

Sonreí y empecé a dar un galope suave hasta llegar a las orillas del mar y mire a pampa y la poni -Gracias- Dije relinchando y parandome de manos

Seguí a Sombra, con todo el cuidado posible, considerando que tenía a Layla sobre mi lomo.
- Por cierto... -dije mirando felizmente a la yegua, con los demás equinos la confianza no me era problema, sino con las personas- soy Montserrat -sonreí.

Asenti -Me llamo sombra- Dije poniendo una sonrisa en mi rostro e hise una reverencia -Soy sombra- Dije

- Un placer -dije, volviendo el cuello y tocando el pié de Layla.

Antes de quedar en ridículo frente a Ethan desmonté de la silla, cruzé la ruta y descendí hasta la playa a pie. Ahí me quede, plantada, dejando que las suaves olas lamieran las puntas de mis botas de montar negras.
Recordé la canción que me había dedicado como último adiós, y la tarareé en mi cabeza. Ya no podía contenerlo dentro de mí, simplemente dejé que saliera en forma de lágrimas, pero sin emitir ningún sollozo.