Prado norte

Me tumbé al lado de mi dueña, apoyando mi cabeza en su regazo, respirando profundo, fuerte, nervioso.

-Sombra...-mascullé. Si ya íbamos más o menos bien, lo había arruinado todo. Di media vuelta hacia el tronco, con Afri detrás.

Afri: (me dejo controlarlo y me dijo qe hacer)
Como ultimo gesto, fui hacia con Ethan y delante de el me puse de manos, relinchando y agitando mis crines con furia y resoplando. En el entrenamiento la habia visto rara, y lo tenia a el en la mira de culpable.

Meneé la cabeza y me fui a mi box -antes de que me corrieran a cascotazos-

Bueno, al parecer siquiera Layla podía controlar ya a su caballo.
Me alejé unos pasos con calma, observándolo con ojos inexpresivos. -Bueno, los dejo solos, ya veo que sobro aquí-alcé las cejas y comencé a caminar hacia el árbol donde había estado antes. Me senté, apoyando mi espalda en el tronco, asegurándome de no poder verlos a ellos y que ellos no pudiesen verme a mí. Estaba exhausto, de todo.

Vine a galope tendido, me sentia verdaderamente libre alli, alcé la cabeza y con los ojos cerrados y seguí galopando entre los arboles

-No, no sobras...Ethan...-murmuré, pero ya se había ido. Inhalé profundamente y cerré mis manos en puños, volviendo a montar sobre Afri una vez que se hubo tranquilizado lo suficiente.
Dimos un par de vueltas a pelo por el prado, saltando los troncos, pero ya sin el mismo ánimo alegre de antes. El ambiente se tornaba pesado, y para mí llovía en el menos literal de los sentidos.

En un poco me topé contra Soy y layla, frene en seco, lo mas rápido que pude y los mire, cara a cara, casi los atropellaba, reí por dentro y moví mi cola

Me quedé allí, no pensaba moverme, al menos no por ahora.
Comencé a arrancar pedazos de pasto mientras mi cabeza daba mil vueltas. ¿Por qué diablos pasaba todo esto? ¿Acaso no podían hacer de cuenta que nada había pasado y solamente seguir? Seguramente aquél beso no había significado nada para ella. ¿Entonces? En fin, me acomodé, dispuesto a quedarme allí todo el tiempo que hiciese falta, pensativo.

Finalmente me bajé de su lomo aterciopelado y suave. Lo acaricie y dejé que fuera con Wild, su linda y bonita pareja. Di una patada fuerte a una piedra cercana, enfadada. Ahora ni me dirigía palabra alguna, y aquello me indignó bastante. Caminé con paso certero y con coraje hacia la sombra de aquel árbol donde habíamos hablado en más de una ocasión, reprimiendo palabras que se amontonaban y luchaban por salir, todas dirigidas a Ethan.
Maldije por lo bajo y estiré las piernas, algo cansada.

Agaché la cabeza, algo arrepentido, mis celos solo lograron empeorar las cosas. Solté un relincho adolorido y tímido, miré a Ethan, a Layla y luego caminé despacio hacia Wild.

Si no me sacaba las millones de dudas que tenía en la cabeza, iba a estallar.
¿Cuál era la solución? Simple, solo había una. Me levanté, tomando valor y comencé a caminar hacia ella, sin pena alguna, puesto que quería sonar seguro al hablar. -Layla-dije al llegar, poniéndome enfrente a ella y observándola fijamente a los ojos. -Creo que tenemos varias cosas que aclarar, ¿no crees?-le pregunté, esbozando una débil sonrisa.

Me acerqué a Layla, corriendo a toda velocidad, pero frené en seco al detectar la extraña atmósfera. Me quedé mirándo fijamente a Layla y Ethan, que logré reconocer a la distancia. Me acerqué cautelosa, despacio por detrás y esperé un rato.

Le desvié la mirada, pues esta vez realmente no pude contenerla.
-¿Como cuáles?-pregunté, intentando sonar fria sin éxito. En realidad, era muy poco rencorosa, por lo que termine con una sonrisa en mi rostro al final de la frase.-Ethan...sé cómo te sientes. Yo...-no supe más que decir, pero por lo menos la sonrisa amigable seguía ahi, en mi rostro.

Mire a Afri y lo abraze con el cuello -Que pasó, afri?- Dije cerrando mis ojos mientras mis crines volaban al compas del suave viento

-No, no sabes como me siento-corté rápidamente su frase, mientras bajaba la mirada lleno de culpa.
-Layla, lo que hice anoche...no tiene ningún significado para mí-mentí. ¿Era la mejor opción, mentir? No, pero si eso arreglaba las cosas me bastaba. Seguramente fuese lo que ella necesitaba oír. Tragué saliva y me sobé la nuca pensando como continuar. -Lo hice, sí, fue un impulso y me siento estúpido por haberlo hecho. Y prometo que no va a volver a pasar, de verdad-asentí levemente con la cabeza, observándola con fijeza y ladeando ligeramente mi rostro con interés.

- Nada -respondí secamente, sin poder dejar de hacer eco a mis pensamiento llenos de culpa- celos... -admití, mirando a Lay y luego a mi hermosa pareja, sabiendo que comprendería a lo que me refería.

No entendía nada, quería meterme, aquella atmósfera me carcomía los nervios.
Me apoyé contra un árbol sin dejar de mirar a Layla y Ethan, en total silencio.

Lo mire -Todo a cambiado..- Dije con la cabeza hacia abajo y llendome hacia un arbol

Me quedé en blanco y me mordí el labio con fuerza. Subitamente, su respuesta me hizo enojar. Tuve que cerrar los ojos para no decir algo realmente tonto, pues terminaría empeorando las cosas.
-Está bien-mascullé.-Digo lo mismo por mi parte, después de su muerte, no querré a nadie más-declaré con firmeza, algo increíble incluso para mí, pero me salió tan bien que terminé por creerme a mí misma.

Le di un suave toque con el morro a la espalda de Layla, llena d epesar en los ojos, tímida y algo asustada.

Miré de nuevo a ambos y resoplé, frutado.
- Es verdad -admití apartando la mirada.

Aquellas palabras me habían dolido, ¿por qué negarlo? Sí, podía mentirle a ella pero no mentirme a mí mismo. Asentí con la cabeza y tragué saliva, observando hacia otro lado, sin saber que decir. -Bien...me alegra haber aclarado las cosas-concluí, suspirando.

Suspiré y me recoste contra el arbol y lo mire -Te quiero..- Dije cerrando mis ojos

Me eché junto a Wild.
- Yo no... -reí levemente y suspiré, entrecerrando los ojos- te amo... -aclaré y apoyé mi cabeza delicadamente sobre su lomo.

No. No se habian solucionado las cosas, y lo sabía. Seguíamos igual o mucho peor que antes, su tono de voz lo hacía ver con la mayor claridad posible, y probablemente lo mismo era para mí.
Sentía que podía hacer algo, que debía hacerlo, o las cosas se quedarían así quizá durante mucho tiempo.
-No-mascullé, por fin. Cerré los ojos, incapaz de enfrentarlo con la mirada y con la voz al mismo tiempo.-No hemos arreglado nada-logré decir, reuniendo mi valor para hacerle frente.-Ethan, no viviré engañándome a mí misma-mascullé, abriendo finalmente los ojos y viéndolo directamente. Vi de reojo a Wild y a Afri, lo cual probablemente me hirió en lo más profundo, mezclado con lo que sucedía.