Prado norte

-Pues la verdad me agradan más los lugares tranquilos, aunque no sean al aire libre-dije con una alegre sonrisa presente siempre en mi rostro.
La seguí sin añadir algo más, disfrutando de los colores que la suave luz de la luna brindaba al prado de flores escuchando los ruidos que casi no se escuchaban de los animales no muy lejanos, grillos, erizos, buhos...hacia mucho no visitaba un lugar asi.

- Sí, pienso igual... -dije algo distraída, hechándole un dulce mirada al cielo- éste a sido un lindo día -comenté, mirándolo nuevamente a los ojos- gracias por compartirlo con migo -agregué, en un tono algo bromista, sonriendo y caminando lentamente entre las eflrores. Se cruzó un pequeño zorro, haciéndolas bailar algo alteradas, y se quedó inmóvil mirándonos oculto entre la hierva alta. Me paré a mirarlo mejor, parecía un cachorro- ¿viste eso? -le dije a Kevin, un poco emocionada por el hallazgo.

-Lo mismo digo-le dediqué una sonrisa sincera y miré al pequeño animalito que se habia parado justo enfrente de nosotros.
-Hola amigo-me arrodille sobre el pasto y mantuve mi mano inmovil apenas separandola del resto de mi cuerpo, con lo que el zorro se acercó y me olfateó con curiosidad. Sonreí a causa de aquello, dejando que me oliera cuanto quisiera.

Solté un agudo y suave gemido al verlo acercarse a Kevin. Me arrodillé junto a él, pero por temor a espantalo no toqué al cachorrito, sin embargo me mantuve con una tierna sonrisa dibujada en mis labios, sin perder de vista al animalito.
- Parece que le agradas -dije entre risitas, mirándo al chico y de nuevo al zorro, al ver que aquel parecía no tenerle miedo a Kevin.

-Siempre y cuando no asustes a algún animal, le vas a caer bien-aquella era una regla natural: no dañes a la naturaleza y no te dañará era algo natural. Le sonrei de nuevo al cachorrillo antes de levantarme y pasarlo de lado.
-Apuesto a que con la luz del dia es mas bonito, pero sigue siendo bello igual-comente mirando a mi alrededor y despues a Nahiara con una sonrisa.

- Seguro que sí -repondí, algo perdida en el animalito que se iba alejando a un trotecito muy particular- adiós... -susurré y me paré junto a Kevin, lo miré y le devolví la sonrisa. Quedé unos segundos perdida en sus ojos, algo atontada a causa de que la luz de la luna les daba un brillo muy hermoso. Sacudí levemente la cabeza, esperando que no lo notara y miré hacia abajo, un poco avergonzada de mí misma.

Apenas y adverti las acciones de Nahiara pues estaba demasiado ocupado mirando a mi alrededor, acariciando las lavandas una vez que llegamos a ellas. Su olor era delicioso lo que me saco una gran sonrisa.
-Parece una escena sacada de una pelicula-comente en cierto tono burlon ante la perfección de aquella bella escena visible a la luz de la luna.

Reí por lo bajo, estaba completamente en lo cierto.
- Sí, tienes mucha razón -dije, contemplado el bello paisaje que nos rodeaba. Se oía el curso del agua muy cerca, tal vez de un pequeño arrollo. Caminé unos pasos y me tiré entre las flores, soltando un suave gemido y una radiante sonrisa, quedándome tumbada allí unos momentos. Me encantaba hacer eso; cerré los ojos unos segundos.

Miré a Nahiara un buen rato, hasta que me di cuenta de lo que hacía. "Tonto, tonto, tonto", pensé para mis adentros, me di media vuelta y me senté a una distancia considerable, intentando desviar mis pensamientos lejos de ella. Era simpática y amable, con unos ojos sin duda preciosos, pero apenas y nos conocíamos no más de dos horas, lo que me hacia obligarme a mi mismo el simplemente dejar de pensar en ella, sus risas y sus encantos.
Decidi pensar mejor en los caballos que habia visto en los establos aquel dia, pensando cual tendria dueño y cual no y cual seria mio de ser posible.

Volví a abrir los ojos, y busqué a Kevin con la mirada. Al encontarlo sonreí y me senté, levantando la vista hacia el hermoso cielo estrellado, corría un poco de viento, pero no hacía frío, de hecho la noche estaba perfecta, sin duda. Me paré, disimuladamente, vigilando que él nome viera y me escondí en las hiervas más altas, detrás suyo.

Escuche algunos ruidos a mis espaldas, pero a juzgar por la cantidad de vida silvestre que habia por aquellas tierras nuevas para mi no me preocupe demasiado y segui hundido en mis propios pensamientos, con la vista fija y parpadeando de vez en cuando.

Estaba demasiado concentrado, por lo que dudé en si asustarlo o no. Caminé lentamente hacia él, quedando, más o menos, a un metro de sus espaldas. Antes que se diera vuelta, le salté en sima, empujándolo levemente con las manos y haciéndo que cayera hacia adelante, a pesar de estar sentado.
- ¡Buu! -grité, apenas lo toqué. Caí hacia un costado y me quedé en la hierva esperando su reacción. Estaba muy en su mundo, esperaba que no se asustara demasiado,y mucho menos que se enojara con migo.

Me levanté y correteé un poco por ahí, y finalmente me dirigí al prado sur.
-Alidar, me voy al prado Sur un rato- Dije sonriendo.

El mozo nos soltó a Indi y a mí en una parte más o menos alejada de donde estaban los humanos, Nahiara con un chico que no conocía.
Intenté evadirla, no por que no quisiera verla sino para no interrumpirla en su rato de charla con el otro chico. Solté una risita oculta a causa de aquello y galopé algo lejos, esperando que Indi me siguiera.
-¿Qué tal te ha ido?-hacía bastante tiempo que no nos veíamos, por lo que cualquier tema serviría para la ocasión. Estaba seguro.

Porfin sentia el viento en mi crin y respiraba aire fresco . Galopé junto a Tornesch hasta que paró . - Bueno , no me ha ido tan mal , hace mucho que no veo a mi dueña , pero almenos tengo comida , agua y un humano (Mr.Galoguey) me saca de vez en cuando - Dije un poco triste - ¿Y a tí? - Ptrgunté curiosa mientras lo miraba fijamente .

-Yo bien. Me sacan más o menos seguido y salimos bien en el concurso- no hice mucha mención de aquello, no me gustaba ser ni presumido ni fanfarrón. La miré a los ojos un buen rato hasta que me decidí a desviar mi mirada hacia otra parte, el florido campo de lavandas.
-Amo éste lugar- murmuré. Y más estando con ella.

Me sacó de mi letargo el grito de Nahiara y su salto.
-Oye!-me quejé. Pero no me molesté y me limité a sacarle la lengua como un niño chiquito que se había enojado.-Casi no haces ruido-murmuré.

Reí por lo bajo y me volví a sentar, esta vez junto a él.
- Lo siento -susurré, mirándolo con ojos de cachorrito y una sonrisita- no pude evitarlo, te vi demasiado concentrado en cualquier otro mundo, excepto éste -bromeé, mirándolo de reojo.

Carraspeé un poco para aclararme la garganta y volver sobre mí mismo después de mirar sus ojos, tan bellos y profundos, bajo la luz de la luna.
Tosí un poco para ocultarlo, pero sabia que se habia dado cuenta de todos modos por lo que sonrei tontamente.
-No pasa nada-asegure.

Creí notar una sonrisa oculta en su rostro, por lo que me alivié.
- Voy a ayudarte a conseguir caballo -aseguré- definitivamente tenemos que salir a montar algún día -bromeé, aunque lo decía en serio. Reí levemente y me acomodé en la hierva, junto a él,mirando el cielo y de a ratos, su hermosa mirada, lo más disimuladamente que pude.

-Gracias Nahiara. Por todo- murmuré en voz baja rodando mis ojos hacia otra parte del prado. Sabía que me veía, el silencio era algo inquietante a ratos pero lo pase por alto y mire la luna fijamente sin decir nada.

Apenas si había logrado oír sus palabras, y al hacerlo una extraña sensación me invadió.
- No... -respondí, intentando no mirarlo a los ojos, pues me perdería nuevamente en ellos- gracias a ti, Kevin -agregué, dulcemente, sin dirigirle la mirada, sentía que lo incomodaba al hacerlo. Me quedé callada un rato, y finalmente heché una ojeada rápida, por curiosidad.

Respiré profundamente y mire al cielo, indeciso.
-¿Quisieras volver ya?-sugeri. Ya era casi medianoche a saber por la posición de la luna, grande y brillante, casi encima de nosotros en el cielo.

Reí por lo bajo.
- No, la verdad -admití encogiéndome de hombros y entrecerrando los ojos- pero ya es tarde, supongo que deberíamos volver -ladeé suavemente la cabeza, lo miré y me puse de pié.

-Sí, eso creo-afirmé después de soltar un suspiro. Me puse de pie y camine hacia el sendero que nos habia conducido ahi.