Lay estaba allí, peor con Ethan, por lo que no me acerqué, no tenía ganas de refunfuñar con él, no iba a molestarlos.
Había caballos salvajes cerca, por lo que me mantuve a distancia. Logré reconocer a un en particular, un viejo amigo de la antigua Hípica, pero ¿qué hacía él allí? Corrí hacia él, intentando llamarlo.
- ¡Dark! -grité, esperando que aún me recordara. Hacía mucho tiempo que no veía a aquél poni árabe- ¡Piper! -lo volví a llamar, como solía hacerlo con ese apodo, entonces se dio la vuelta y me miró; yo sonreí.
*Bevanlee After Dark*
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- Spoiler:
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(Me enamoré de este pony cuando lo vi, tenía que meterlo en algún lado *w*)
- ¿Montse? -dijo al verme, sorprendido- Montse, ¡eres tú! -gritó, sonriendo y dirigiéndose a mi encuentro. Lo abracé, feliz.
- Pasó mucho tiempo, ¿verdad Piper? -reí, algo emocionada- ¿qué haces aquí? deberías estar en el Stud Bevanlee... -objeté, mirándolo a los ojos.
- Sí, lo sé -contestó, carismático, como siempre- me escapé, demasiados concursos y premios, la verdad, la fama no es lo mío -bromeó. No pude decir nada al respecto, estaba muy feliz de tenerlo allí con migo.