-Gracias- sonreí a medias, esperando que aquel gesto fuera tornándose en uno auténtico por lo menos con el tiempo. El sol poco a poco fue cayendo, y al mismo paso iban cayendo mis párpados del cansancio. -Buenas noches- murmuré entre dientes de un modo difícil de entender gracias a que mi mandíbula estaba apretada. Resoplé y dejé que el sueño se llevara mis tormentos; aprovechando la única parte del día en la que ningún pensamiento negativo distraía y hacía hueco en las numerosas llagas en mi mente.
Desperté solo, mucho antes del amanecer. Contemplé con fijeza el horizonte, reflexionando. Recordé el incidente del puma y los sentimientos que había tenido al tener la muerte tan cerca, y consideré que aquello había sido realmente tocar fondo. Y después de llegar al punto más bajo de mi solemne tristeza, sólo quedaba subir, subir y subir. O por lo menos así esperaba que fuera mi vida de ése mismísimo instante en adelante. La oscuridad y la quietud de la noche me permitió pensar a fondo, algo de lo que estaba bastante necesitado últimamente. Pensé en Shaw, en todo lo que ella me había visto pasar y sus intentos, poco exitosos, de animarme a mí, para ella un completo desconocido suicida que purgaba sus penas cual ánima pecadora. Sonreí y sacudí la cabeza ante la comparación, pero podía estar bien seguro que compartía los sentimientos. Me quedé cavilando un buen rato, hasta que me incorporé con pesadumbre y deposité un par de flores en el lugar donde Indi se había tumbado la última vez que la había visto, como postrer adiós a mi querida yegua negra, y también como acto solemne de una despedida. Sí, despedida, puesto que pensaba dejar ahí todos los momentos, buenos y malos, pasados con ella. Ya era hora de dar borrón y cuenta nueva, vuelta a la hoja; aprovechar mi vida al límite puesto que para éso había nacido, no para sufrir.
"Hay cosas que tienen que ocurrir de una u otra manera, aunque no queramos. Pruebas que nos pone la vida con el objetivo de que nos volvamos más fuertes, de que aprendamos a superar las adversidades y todos los problemas que se nos plantean". Me había memorizado las palabras de Shawna en un intento de animarme y hacerme reflexionar, palabras que en su momento no habían tenido la eficacia deseada. Pero ahora, me las tomé en serio. Sí, tenía razón: tenía que aprender a superarlo. Y estaba bien dispuesto a que eso fuera ahora mismo. No me di cuenta del tiempo que había pasado hasta que vi los primeros rayos del alba alumbrar el cielo, pasando de un tono negro a un gris claro. Suspiré y sonriendo, tomé de nuevo el lugar donde me había dormido, tumbándome pero sin cerrar los ojos. Ya no tenía sueño a pesar de que había dormido considerablemente poco en comparación a lo que necesitaría para reponer por completo mis energías, pero las reflexiones que había tenido y que me habían motivado hicieron que valiera la pena el madrugar.