La observé, luego observé nuevamente el cielo, estaba comenzando a nublarse, como advirtiendo que en unas horas iba a comenzar a llover. No pensaba moverme de allí. – Estos días han sido geniales, ¿sabes? –comenté con una sonrisa imborrable en mi rostro. – Te lo debo, casi todo a ti. Habría sido muy aburrido de no conocerte.
Clup Hipico