Prado Sur

Linaje :
Sonreí al verla feliz .Relinché y bajé el ritmo hasta el paso , después me tumbé en el suelo sin tumbar mi lomo para que la humana pudiera bajar mas comodamente . Sonreí y relinché .

Bajé alegre y me tiré sobre él para abrazarlo con fuerza.
- Eres un amor de caballo, mi campeón -le dije, sin soltarlo y con los ojos cerrados.

Relinché alegre , le devolví aquel maravilloso abrazo . Me encantaba estar con ella . Orgulloso me levanté y observé que la yegua se había ido , suspiré medio cabizbajo y moví la cabeza un tanto inquieto mientras le mordisqueaba un poco el pelo a la humana.

- Que pena...-dije con un poco de pesar al ver a la preciosa yegua marcharse. Me paré junto a Linaje y me sujeté de su cuello- bueno, ¿quires quedarte otro rato? -pregunté, notando que se hacía algo tarde.

Sonreí y golpeé el suelo , a continuación me revolqué , me levanté y volví golpear el suelo . No sabía si me entenderia me queria una duchita . Tenia ganas de que me mimaran . Firme y orgulloso levanté mi cabeza y relinché .

Sonreí y le di otra zanahoria.
- Volvamos para quitarte toda esa mugre -bromeé, tomando el bozal que había quedado en mi mochila. Se lo puse con cuidado y lo conduje a las duchas.

Reí ante su broma y la seguí .

Amaranto escribió:Por una extraña razón me sentía cómodo con ella, incluso un poco confiado. Yo también la había extrañado, de cierta manera, a pesar de que no sabía bien como expresar o que pensar sobre ella aún. Una parte de mí quería confiar totalmente en ella, sin embargo el miedo de encariñarme y que luego me vendiera o no verla más seguía vigente en mi interior; permanentemente. Me sacudí al oírla, quitándome gran parte de la hierba que tenía encima y relinché, esperando que ella hiciera algo más o dijera sus planes para hoy.

Comenzó a sacudirse y me aleje un poco, dándole espacio para que lo hiciera con libertad, mientras sonreía dulcemente.- Así esta mejor ¿no crees?- comente entre risas sin quitarle la mirada de encima, luego levante la vista hacia el prado buscando a Bucéfalo pero como no lo veía supuse que estaba mas alejado pastando- No veo a Bucéfalo por ninguna parte- comente por lo bajo mientras le enganchaba el ramal en su cabezada de cuadra. Luego me quede observando un par de caballos y una muchacha que andaban por el prado y finalmente volví mi mirada hacia Amaranto- y bien, que prefieres hacer...¿Entrenamos o damos algún paseo? - comente en un tono alto mientras comenzaba a caminar hacia la entrada.

Moví mi cabeza afirmativamente, como indicándole que estaba de acuerdo con lo que decía, y de hecho sí lo estaba.

Al escuchar el nombre de su otro caballo busqué con la mirada por el prado, a ver si lo veía, sin embargo no parecía estar allí. Relinché, quizás estuviera en los boxes. Me quedé quieto cuando vi que tenía el ramal, y cuando me lo colocó a la cabezada esperé pacientemente. Al escuchar su pregunta, respondí con un relincho, indicándole que quería entrenar un poco. Ya habíamos paseado bastante, sin embargo hacía bastante no entrenaba y tenía ganas de seguir progresando en ése sentido.

-Bueno, definitivamente entrenaremos- comente sonriendo luego de que él relinchara. Camine tranquilamente hacia el box a la misma velocidad que el a la vez que con mi mano libre acariciaba su cuello.

(BOX)

Relinché alegremente cuando el mozo nos dejó libres en el prado.
-Al fin respiro-me quejé resoplando mientras me ponía a pastar casi de inmediato. Miré a Tormenta de reojo antes de concentrarme bien en comer, comer y comer la suave y fresca hierba de ésas tierras.

Cuando vi que el mozo nos soltó, lo primero que hice fue dar una pequeña galopada, con algún que otro brinco, para expulsar mi energía contenida. Después, volví a unos metros de Perseo y, tras dos segundos que me quedé mirándolo, también me puse a pastar alegre, buscando la mejor hierba.

Pude notar que Tormenta era una yegua bastante activa, lo que me hizo sonreír. Por lo menos ahora conocía a alguien igual de energético que yo.
-¿Cuánto tiempo llevas aquí encerrada?-"encerrada" era la mejor manera de describir nuestro modo de vivir en los boxes, puesto que tampoco había visto muy seguido el que la sacaran a ella lo mismo que a mí. Pero no me refería al tiempo que llevaba sin salir sino cuánto tiempo tenía ahí en la hípica.

-mm..sin contar la escapada de hace dos días..varias semanas o incluso un mes...no lo tengo claro-dije con una leve sonrisa pícara por lo de la escapada.-no aguantaba más y me escapé a conocer a otros caballos jajajaja, ¿Y tú? Tampoco te he visto salir mucho...-dije curiosa mientras lo miraba a los ojos...

-No, la verdad es que casi no salgo. Después de ver a una humana caer dos veces con puertas rotas y hacerse algo de daño se me quitaron las ganas de escaparme- murmuré en cierto tono sombrío. -Nada personal, pero odio que la gente se lastime- afirmé con una leve sonrisa.
No me sorprendió mucho el saber que ella se escapaba, viniendo de una yegua tan energética como Tormenta todo podría ser posible...

-Yo tampoco soy partidaria de las heridas, pero esa "caja" (box) me ponía de los nervios y cuando me despierto nerviosa, no aguanto allí dentro ajajaja-dije entre leves sonrisas y carcajadas.-Yo siempre soy muy obediente, pero sentía la necesidad de galopar ese día. Supongo que a tí te pasará lo mismo, ¿no?-dije mientras caminaba hacia otro lugar donde había mucha hierba.

"¿Seré tan manso que no es así?", pensé para mis adentros.
-No, la verdad no. Es decir, me dan ganas de correr y tal, pero no es para tanto- era difícil encontrar el cómo hablar estando con ella, lo cual comenzaba a sacarme de quicio. Sacudí la cabeza y relinché levemente mientras daba un par de vueltas por ahí, inquieto.

-A mi sólo me pasa cuando me llevo mucho tiempo sin salir, como en este caso. ¿Te apetece hacer algo?-dije mientras me iba trotando lentamente a unos metros de él, con ganas de hablar de otra cosa que no fueran escapadas, para conocernos mejor.

-Claro-asentí con entusiasmo.-¿Carreras?-sugerí con la misma alegría de antes, pegando brincos por los alrededores. Tenía energía para dar y regalar, y qué mejor que una carrera a galope para liberarla.

-¡Vale! jajajaja por mí, encantada-dije con una enorme sonrisa-¿Dónde empezamos y dónde terminamos?

Busqué un punto de partida y otro de meta, lo cual no fue difícil con tantas piedras y troncos gruesos. Me acerque a un árbol bastante grueso y robusto a un trote alegre recogiendo mis patas, y cuando llegué me frené y miré a Tormenta.
-Salimos de aquí y galopamos hasta...-busqué con la mirada la piedra de un tamaño mayor al resto, que destacaba perfectamente entre la hierba-ésa piedra-sonreí y esperé a que llegara a la línea de salida.

-¡Oh! ¡Vale! Perfecto jajaja-dije mientras me ponía a trotar elevando al máximo mis patas y recogiendo mi cuello. Cuando llegué miré a Perseo.-Ya, cuando quieras.

-En sus marcas, listos...¡ya!-relinché con alegría y pegué un brinco para impulsarme hacia delante con todas mis fuerzas en mis patas traseras. Gracias a éso tomé ventaja y agradecí el llevar la sangre de mi madre, una purasangre experta en carreras y la fuerza de mi abuelo, quien había sido un competidor de saltos y cross.
Sonreí de oreja a oreja mientras inclinaba el cuello y alargaba mi zancada al máximo, hacía mucho que no corría así.

Al oír y ver el brinco de Perseo, di un pequeño brinco yo también, seguido de un leve relincho. Pronto le cogí ventaja, no mucha, pero sí suficiente. Mi corazón latía a muchísima velocidad y mi respiración se escuchaba bastante, alargué mi tranco lo más que pude, impulsándome con la cabeza, que movía hacia arriba y hacia abajo con ritmo. Pronto divisé la piedra, "ya falta poco" pensé, sin perderle ojo a Perseo, que estaba cogiéndome ventaja. Me impulsé de nuevo y le gané una cabeza de ventaja, para asegurarme, pero tampoco me alegraba mucho.

Llegué al prado, con un trote lento y tranquilo. Ví a Tormenta y a Perseo haciendo una carrera y sonreí. Me quedé quieta sin decir nada, para no desconcentrarles.