Boxes del establo

Saqué de mi mochila unos cuantos cepillos y empecé a cepillar a Marismeño . Le desenredé todas las crines y se las suavicé con un spray , le limpié los cascos y le cepillé por todo el cuerpo hasta que quedara reluciente . Cuando terminé le sonreí y le dije - Bueno , pues ya está Marismeño - Lo acaricié le di un trozo de zanahoria y le dije - Ojalá me pudiera quedar todo el dia contigo pero esque tengo también que atender a Sahara - Me despedí y fui derecha al box de mi yegua .

Relinché fuertemente llamando la atención de algun caballo o humano que estubiera por aquellos lugares . Hacia varios dias que no salia y tenia las patas un tanto inchadas . Desesperada empecé a dar vueltas por el box mientrás apenas apoyaba las patas .

Como no aguantaba mas , abrí la puerta de el box con la boca y salí a un paso enérgico del lugar .

Me asomé para ver el barullo de caballos ir y salir. Había un par de nuevos, pero les resté importancia. Desde la competición Nahiara no me había sacado, por lo que estaba a punto de romper la puerta del box cuando llegó amablemente un mozo de cuadra y me vió inquieto.
-Ven, chico. Te saco un rato-me puso el ramal y me condujo al prado sur.

A primera hora del día me levante y al ver que era un día hermoso decidí ir directo a la hípica. A llegar le eche un vistazo a Amaranto para ver si se encontraba bien y al ver que estaba muy tranquilo me dirigí al box de Bucefalo.-Buen día amigo!- comente con una sonrisa mientras me acercaba a él y suavemente acariciaba su cuello. Con mi otra mano rebusque en mi bolsillo y saque un terrón de azúcar y con la mano extendida se lo ofrecí mientras sonreía.

Me sacudí un poco al sentir su mano pasar tranquilamente sobre mi cuello. ¿Quien era esa humana? No tenía pinta de ser personal de los establos, quizá era alguna amazona que se había decidido a visitarme. Olisqueé con curiosidad el terrón de azúcar, y al detectar el olor dulzón que éste emitía me lo zampé sin más.
La miré significativamente, agradeciéndole aquel gesto pues nadie me visitaba últimamente.

Sonreí ante su forma tan amena para recibirme. Lentamente continué acariciando su cuello y mas tarde llegue a su frente, la cual era muy suave. -A partir de hoy estarás a mi cargo, te aseguro que te cuidare- Susurre sin quitarle la mirada de encima y luego le di un pequeño beso en su hocico .-Apuesto a que te gustaría dar un paseo- dije mientras buscaba un ramal y lo enganchaba al cabezal para llevarlo a dar un vuelta.Lentamente comencé a caminar para que estirara sus piernas y disfrutara del día soleado.

Me sacudí en mi box, sacando la cabeza y comiendo un poco de avena que estaba en mi comedero. Estaba aburrido y tenía ganas de salir, vi a la humana de ayer, ahora salía con otro caballo. Resoplé, golpeando con mi pata delantera el suelo.

Al pasar pude escuchar a Amaranto golpear sus cascos contra el piso, no quería se se sintiera olvidado aparte necesitaba ganarme su confianza así que amarre a Bucefalo y luego entre al box de mi caballo con una sonrisa -¿preparado para dar un paseo? -pregunte mientras le colocaba su cabezal con el ramal y lo sacaba de su box. Tome a ambos caballos de su ramal y comencé a caminar fuera de los boxes.

Me quedé quieto esperando a ver que iba a hacer. En cuanto entró al box retrocedí quedándome en el fondo y cabecee un poco cuando me quiso poner el ramal, finalmente no me resistí, después de todo íbamos al prado y tenía ganas de estirar las patas. Miré al otro caballo con curiosidad, sin embargo traté de ignorarlo y seguí a la chica. ¿Cómo se llamaría?

Llegué a los boxes junto a Tornesch - Muchas gracias - Le dije de nuevo . Le estaba muy agradecida por su ayuda . Llegué delante de mi box , entré y me tumbé muy lentamente , resoplé y tumbé todo mi cuerpo incluyendo mi cuello y cara . Tornesch se quedo a mi lado , cuidándome .

Observé la cantidad de jinetes y caballos que se movían por los boxes, sin embargo, ninguno se acercaba ni siquiera a verme al box. Resoplé, refunfuñando y bebí un poco de agua, sintiéndome frustrado en aquella caja en la que había pasado encerrado.

Llegué a los boxes en busca de Yaki, Zicab y, ahora, Marismeño. Estaban todos un poco inquietos así que decidí que les vendría bien un buen paseo o unas vueltecitas en la noria.

A Zicab el otro día le vino muy bien la noria así que hoy lo volveré a llevar. Fui a su box, le saludé acariciándole el morro y enseñándole una zanahoria que había comprado de camino a los establos. Se puso muy contento, saqué un cepillo y comencé a cepillarlo hasta que brillara, como hacía siempre que podía. También le desenrredé las crines que tenía llenas de paja y la cola que no estaba tampoco muy lisa, pero pronto le quité los enredos. Cuando terminé, le puse el ramal y me lo llevé a la noria.

Cuando volví, me fui a ver a Yaki. También estaba un poco inquieta y le di un terrón de azúcar y varias carcicias que no parecieron disgustarle (xD). Cogí de nuevo el cepillo y le di bien por todo el cuerpo, las crines y la cola.

Le puse una manta y también le puse el ramal rosa que le había comprado y nos fuimos a dar un paseo por los picaderos.

Me quedé pensando ahí, parado, como un inútil, cómo había llegado a lastimarse de aquel modo. Me quedé así, hilando mis propias ideas un buen rato, hasta que un mozo apareció con un par de vendas, las cuales ató no muy fuerte pero sí lo suficientemente justas como para inmovilizarle el músculo, y le dio unas palmaditas en el cuello.
-Con eso podrás caminar algo, no corras ni te sobreesfuerces-indicó. Al parecer, ésas habían sido las indicaciones del hombre de bata blanca que había asistido a Indi.
Esperé a que se fuera para soltar un relincho.
-Bueno, por lo menos te puedes mover-.

Agradecí la cura que me habian echo y relinché , me puse de pié y le dije a Tornesch mientrás sonreia - Gracias por todo , muchas gracias - Me sacudí no muy bruscamente y salí del box aprovechando que la puerta estaba abierta , me dirigí al prado - Vienes? - Le dije a Tornesch - Caminar supongo que me vendrá bien -

-Eh, claro. No me agradezcas nada- sonreí a medias y la seguí a un paso lento, manteniéndome a su lado en caso de que necesitara algún apoyo.

Llegué a los boxes y me metí al de Sombra, comenzando a limpiarla y limpiar su lecho a pesar de que estaba ya bastante bien.
Los tres caballos tenían tanto el comedero como el bebedero lleno y el lecho limpio, así que seguí cepillando a Pampa y finalmente a Irak, concentrándome en sus crines y cepillándolas con cuidado ya que estaban bastante enredadas.

Luego de estar un tiempo con ambos caballos en la pradera me dirigí a los boxes para que pudieran descansar un rato.Primero deje a Bucefalo en su box y luego me dirigí al de Amaranto para cepillarlo, darle comida y agua. Mientras caminaba hacia el box vi un chico que nunca había visto en la hípica.- ¡Hola!- exclame amablemente al pasar y luego camine junto con amaranto hacia el box siguiente.

Sentí una voz en uno de los boxes cercanos por lo que me voltee a observar con curiosidad. ¿Una chica? Era raro ver gente nueva por la Hípica, sin embargo, le dediqué mi mejor sonrisa mientras paraba de cepillar a Sombra para observarla de lleno.

—¡Hola! ¿Nueva por éstos lugares?— pregunté riendo.

Me metí al box de Amaranto pero al escuchar la respuesta de aquel chico me asome a la puerta y le dedique mi mejor sonrisa- Si, nueva y algo perdida- conteste riendo mientras asentía con mi cabeza.Observe a Amaranto y luego me acerque un poco al chico- Mucho gusto, Miranda- acote sonriendo mientras estiraba mi mano para estrecharla con la suya.

La escuché, quedándome en mi lugar mientras me deshacía de algunos pelos de Irak que habían quedado en el cepillo. —Bueno, ya sabes. Si tienes alguna duda o necesitas ayuda puedes preguntar, no llevo muchísimo tiempo aquí pero de todas formas intentaré ayudarte— exclamé sonriéndole aún, luego, me acerqué hacia ella y estreché su mano. Miranda. Era un bonito nombre. —Me llamo Ethan, es un gusto, Miranda— le miré directamente a los ojos mientras alzaba una ceja con disimulo.

Ethan, lindo nombre- Comente luego de estrechar su mano y me cruce de brazos- Si tengo alguna duda no dudare en preguntarte- sonreí amablemente y me acerque hasta el box del que había salido Ethan y observe al caballo que se encontraba allí- Hermoso, ¿es tuyo?- pregunte sin quitarle la mirada de encima al caballo y luego de unos minutos volví a mirar al chico sonriendo.

—Vaya, muchas gracias— agradecí riéndome un poco mientras me sobaba la nuca y desviaba mi mirada hacia el suelo, un tanto avergonzado. Luego volví a observarla. —Digo lo mismo— le sonreí y me apoyé en la pared sin sacarle la mirada de encima. —Oh, sí. Se llama Irak— expliqué mientras observaba al caballo. Era precioso, de eso no quedaban dudas, y no es porque fuera el dueño, me o habían dicho infinidad de veces. —¿Ya has conseguido caballo aquí?— pregunté con interés.

-No hay porque- reí por lo bajo al ver su actitud luego de tal cumplido y continué observando el caballo.-Un nombre importante para un caballo con un perfil importante- comente sonriendo y luego me cruce de brazos nuevamente para apoyarme contra el borde de la puerta sin quitarle la mirada de encima a Etahn.- Si, dos caballos afortunadamente, Bucefalo y Amaranto- Comente sonriendo dulcemente y comencé a caminar hacia el box de mi caballo.

En cuanto escuché mencionar mi nombre, saqué la cabeza fuera del box con verdadera curiosidad. Vi a mi dueña y a otro humano conversando, sobre temas que no entendía. Resoplé por lo bajo y me tumbé sobre el lecho de paja suave y limpia, para descansar después del paseo.