¿Cuidándome? Su actitud tan cambiante me confundió aún más, por lo que fruncí levemente el ceño.
-Eh, claro. Un paseo. ¿Como a dónde?- arqueé una ceja, escrutando su rostro. No quería pensar, ni imaginar, que decía aquello de broma. Si seguía creciendo en mí aquella esperanza que comenzaba a surgir de nuevo, probablemente terminaría más lastimada, por lo que adopté una postura más o menos tensa.
-Eh, claro. Un paseo. ¿Como a dónde?- arqueé una ceja, escrutando su rostro. No quería pensar, ni imaginar, que decía aquello de broma. Si seguía creciendo en mí aquella esperanza que comenzaba a surgir de nuevo, probablemente terminaría más lastimada, por lo que adopté una postura más o menos tensa.