Boxes del establo

Asentí con la cabeza y me puse a dar vueltas en el box contenta y relinchando mientras esperaba a que Llena llegara con el equipo y saliéramos a dar un paseo..

llegue con el equipo y se lo puse y fuimos hacia la ruta costera

Al venir de mi casa , fresca como una lechuga , llegué corriendo al box de Sahara , la acaricié , le di una manzana y le dije . - Hola pequeña , como estas? - Sonreí y de vuelta la acaricié .

Después de llevar tiempo en el box , me levanté , asomé la cabeza por fuera y relinché fuertemente . Estaba llamando a mi dueña .

Me aburría un poco, por lo que busqué con la mirada a algún caballo despierto para llevarlo al prado sur.
Noté que la única activa era Cybele, la yegua árabe blanca, por lo que la ensillé y estuvo lista en cinco minutos. Monté sobre ella, dándole una manzana, y fuimos hacia el prado sur.

Me comí la manzana, y fui al prado junto con Layla.

ate a elvis con el ramal y le dije quieres venir al prado sur

-Siii!
Relinché

me lleve a elvis al prado sur

Bebio y comio lo poco que le quedaba, se quejo-Por que me trajeron aqui si me van a dejar morir-relincho

deje a elvis en su box y me fui

Luego de un tiempo regresé y mire a Gitana -Que tal todo?- Dije parandme en su box

Introduje a Cybele en su box, mientras que la cepillaba con cuidado. Intenté distraerme mientras hacía que mi mano subiera y bajara una y otra vez para cepillar a la yegua árabe, concentrándome al máximo en aquella tarea para no pensar en otra cosa.

Le di una ducha con agua templada a Irak, luego lo sequé y cepillé con mucha dedicación, empeñándome a fondo en dejar su pelaje aún más brillante y suave de lo que anteriormente lo tenía. Desenredé sus crines, que gracias a el "baño" de hoy estaban un poco enredadas y limpié sus cascos, asegurándome de que las herraduras estuvieran bien ajustadas. Finalmente lo dejé en su box, con el comedero y bebedero lleno y el lecho limpio. Le ofrecí algunas golosinas, acariciándolo un poco y posteriormente observé a Layla, la cuál cepillaba a Cybele. Me quedé en silencio, sin pronunciar siquiera una palabra, paseando mi mirada entre ella e Irak.

Pase un buen rato con esa tarea, hasta que el cepillo resbalaba por sí solo entre sus crines largas y brillantes. Dejé el cepillo a un lado, sosteniéndole la mirada a Ethan cuanto pude cuando salí del box de Cybele; pero terminé desviando mis ojos hacia el suelo tablonado de los establos. Suspiré de manera casi involuntaria, pensando en qué hacer.

Me quedé en silencio; ¿ella no hablaba? Yo tampoco pensaba hacerlo. Por la hora, juzgué que dentro de poco se iría, ya que generalmente era la hora en la que se marchaba del club. Me quedé observándola, sin despegar mi mirada de su rostro, como esperando algo.

Finalmente las ganas de hablar me pudieron en contra de mi aparente seriedad.
—Bueno, ya casi me voy...¿nos vemos otro día— mi voz era medio pregunta, medio afirmación, pues despues de lo ocurrido no sabia en donde tenia la cabeza

Supe que estaba en lo correcto en cuanto hablo. ¿Tanto conocía a aquella chica como para saber cuando se iba y cuando volvía? En cuestión de días me había aprendido a la perfección su rutina por la Hípica. — Claro —aseguré con voz firme, mientras sonreía un poco.

—No va en serio, ¿sabes? Hoy me puedo quedar un rato más, no hay nadie en casa—me encogí de hombros, yendo al box de Montse para limpiárselo

Dí un suspiro de alivio. Siempre que se iba me limitaba a despedirla y seguir como si nada. ¿Acaso tenía derecho a exigirle que se quedase conmigo? ¡Qué más quisiera yo! Lo único que podía hacer era fingir que no me importaba y seguir como si nada. Pero justamente hoy, después de todo lo que había pasado... ¿De qué íbamos a hablar? — ¡Qué suerte! —exclamé sin ocultar mi felicidad. — Siempre que te vas me quedo un rato más paseando por aquí. Es tan aburrido...

-De verdad es una suerte-admití, ocultando una risita.-¿Se te ocurre algo para hacer?-pregunté, poniéndole agua y comida nuevas, depositando en el comedero un par de manzanas. También me sentía feliz de cierto modo de poder pasar un poco más de tiempo con el, ir fuera de la rutina diaria y aburrida de despedirme sin más.

Negué con la cabeza con ganas. — Tú eres la que tiene buenas ideas. ¿Lo recuerdas? Generalmente sabes que hacer —bromee, divertido, ya que no se me ocurría absolutamente nada para hacer.

—Que gran chiste—me uní a sus risas—tu eres el ocurrente. A ver, al restaurante ya hemos ido...y a ser verdad es el unico lugar interesante por aqui—admití. Me moría de sueño, y como para no caer dormida ahí mismo, opté por irme despidiendo.

Al final, toda la alegría había sido en vano, porque finalmente si se iba. Hice una mueca, pero por su apariencia cansada decidí dejarla ir; una vez más. Ya lo tenía decidido, algún día le iba a decir que no y no la iba a dejar ir. Algún día. — Duerme bien —dije sonriéndole.

—Adiós Ethan. Nos veremos mañana— prometí, disimulando para no verme tan extenuada. Me acerqué a el y como ultimo gesto, lo abrace con fuerza.