- Si, vale... lo siento -respondí entre risitas. Suspiré, luego de dedicarle una cálida sonrisa. En esos momentos agradecía plenamente el tenerlo a mi lado, dispuesto a encontrar a los caballos; sentía que si no era él quien me acompañara, tal vez ya hubiera perdido la razón. Me dejé estar unos momentos, esperando pacientemente, hasta que otra brisa helada sopló algo violenta- si no es el cansancio, tal vez sea el frío quién acabe con nosotros -dije en tono un tanto irónico, sutil... pero en fin, era una broma. Me acurruqué aún más a causa del viento.
Clup Hipico