Me reí, admito que fue una risa algo forzada por todo lo que pasaba por mi mente. Me quedé inmóvil ante la pregunta de Lucero. "¿En qué piensas?" sentí como si esa pregunta durara mucho tiempo, como si hiciera eco, pero no lo hacía. Sacudí mi cabeza, levemente y levanté la mirada, sin embargo, evitaba mirarle para no ponerme nerviosa, simplemente por eso me concentraba en mirar un pequeño granito de arena que estaba entre muchos otros.
-No lo sé- Contesté, finalmente. -Si te soy sincera...- Dije luego de una pausa -, no sé ni yo lo que estoy pensando, mi cabeza es todo un revoltijo de preguntas y me distraigo y me he tropezado por eso. Miles de preguntas surgieron en un solo instante, y no sabía las respuestas que estaban buscando, y entonces no puedo pensar con claridad como antes y...- Decía todo muy rápido, como si estuviera nerviosa y como si Lucero no me estuviera escuchando, aunque lo estaba. Me detuve y me quedé con la boca abierta, sorprendida y mis orejas nuevamente se echaron para atrás. Lo hice de nuevo pensé realmente apenada. Todo esto pasaba sóla y únicamente porque Lucero estaba allí, y yo le decía todo eso. A veces... Soy... Tonta. admití. Sí, simplemente admití eso. No debería de haberle dicho eso, sólamente debería de haberme quedado callada, o decirle un "no es nada, no te preocupes", sin embargo, no lo hise.
-Ah... Yo, lo siento- me disculpé de nuevo. ¿Por qué? Me había disculpado demasiadas veces ya, esas palabras... Ya no sirven pensé. -Disculpa, te metí en mis asuntos, no te preocupes- Dije mientras hacía una sonrisa forzada en mi rostro.