Por fin sentía que mis cascos rozaban algo más de suelo sin ser el lecho del box. Suspiré levemente, observando con verdadera expectación el paisaje que se abría con todo su esplendor ante nosotros. Caminamos junto al mozo durante un tiempo por un leve sendero que profundizaba cada vez más en el bosque. Pasaban los minutos, y cada vez nos adentrábamos más en la espesura del bosque. Yo me dedicaba a inhalar y exhalar el buen aroma a hierba fresca que desprendía todo aquél lugar. Caminé con entusiasmo y decisión los últimos metros antes de llegar a la entrada de un claro en el bosque. Podía olerlo, podía sentirlo... estaba ha tan sólo unos segundos de sentir la semi-libertad. Dirigí la mirada hacia Sadik con entusiasmo, paseando la vista por todo su pelaje, contemplando el brillo que emitía éste a causa de la leve luz solar que se colaba de entre los árboles más altos.
Por fin habíamos llegado a la entrada del claro. El humano nos quitó la cabezada y el ramal de inmediato, dando paso primero a Sadik, el cual salió a un desenfrenado y entusiasta galope por el amplio claro. Relinché de inmediato, pidiendo al mozo que me soltara a mi también. Y así lo hizo enseguida. Comencé a galopar con todas mis fuerzas, dejando una leve estela de tierra tras de mi. Sonreí de forma pícara, disfrutando de los rayos de sol que se colaban en el claro. Paseé toda la vista, deleitando cada instante del momento. Sentía la fresca humedad que desprendía la hierba bajo mis cascos, sentía el leve viento enredarse en mis crines, y sentía por fin que podía estar junto a Sadik por todo el tiempo que quisiera. Bufé con alegría, ahora trotando, de una forma cómica y elegante a la vez. Suspiré, dirigiendo la mirada hacia Sadik, y esbozando una dulce y cariñosa sonrisa - Por fin libertad por cierto tiempo - Comenté casi en un susurro, audible para Sadik. Me dirigí hacia él a un trote leve.
Por fin habíamos llegado a la entrada del claro. El humano nos quitó la cabezada y el ramal de inmediato, dando paso primero a Sadik, el cual salió a un desenfrenado y entusiasta galope por el amplio claro. Relinché de inmediato, pidiendo al mozo que me soltara a mi también. Y así lo hizo enseguida. Comencé a galopar con todas mis fuerzas, dejando una leve estela de tierra tras de mi. Sonreí de forma pícara, disfrutando de los rayos de sol que se colaban en el claro. Paseé toda la vista, deleitando cada instante del momento. Sentía la fresca humedad que desprendía la hierba bajo mis cascos, sentía el leve viento enredarse en mis crines, y sentía por fin que podía estar junto a Sadik por todo el tiempo que quisiera. Bufé con alegría, ahora trotando, de una forma cómica y elegante a la vez. Suspiré, dirigiendo la mirada hacia Sadik, y esbozando una dulce y cariñosa sonrisa - Por fin libertad por cierto tiempo - Comenté casi en un susurro, audible para Sadik. Me dirigí hacia él a un trote leve.