Picadero de llegada.

al pasar por alli en silla de ruedas vi a una yegua preciosa la llevare a los boxes espero que no sea narviosa
-hola preciosa dije enseñandole un terrón de azúcar

Una voz femenina interrumpió mi descargo de energía por el picadero, por lo que me detuve en seco, clavando mis patas fuertemente y levantando una buena cantidad de polvo delante de mí. Moví mis orejas con desconfianza, mientras mis patas temblaban ligeramente. Había sido demasiado cambio, de un día a otro alguien me decía que debía encontrar un nuevo dueño y además, me dejaban sola en un lugar total y completamente desconocido. Le dirigí una última mirada a la chica, sin embargo traté de ignorarla, retomando nuevamente mi galope, dando coces y saltos, alejándome de ella y yendo hacia la punta contraria a donde estaba del picadero.

saque una cabezada de cuadra que había colgada y se la enseñe y dije ¿Te apeteze ir al prado?

Me detuve nuevamente en cuanto habló y la observé fijamente. Sí, claro que me gustaría salir. Pero no pensaba de ninguna manera ceder ante una total y completa desconocida, por lo que bufé y retrocedí unos pasos, malhumorada. - Sólo vete, ¿quieres? -pedí, entre dientes, mientras golpeaba con mi pata delantera fuertemente el suelo, dejando la huella de mi casco y herradura marcada en la tierra.

¿Y no prefieres ir a la pista de saltos? O prefieres quedarte qui encerrada eh bueno es tu elección eeperare haber que heces

Bufé nuevamente, comenzaba a irritarme la manera en la que hablaba. Avancé unos pasos hacia ella, indicándole que se fuera si no quería que las cosas fueran mal. Nunca le haría nada, ni a ella ni a ningún humano, simplemente la forma en la que esperaba allí, como pensado que me haría cambiar de opinión me irritaba. Esperé, perdiendo lentamente la poca paciencia que me quedaba y ya totalmente nerviosa por la situación en sí, observando a la chica. - ¡DÉJAME EN PAZ! -relinché, golpeando nuevamente el suelo con mi pata delantera.

uffff que mal caracter dije riendo
-no me das miedo es mas no me voy a ir cuestion de prinzipios

La observé y acabé retomando el galope, apartándome de ella, bufando y alejándome. Dí nuevamente un par de coces al aire, levantándome de manos y saltando, usando toda la fuerza de mis posteriores. Sentía todavía aquél hormigueo incómodo en las patas, por lo que al galopar las estiré al máximo, tratando de que esa sensación se alejara de mí y de mis patas con la mayor rapidez posible. Observé de reojo a la chica, esperando que se fuera finalmente. Relinché un par de veces, nerviosa.

me abuuria asique decidi irme

Agradecí que se fuera. Suspiré, mientras caminaba al paso con el cuello bajo, olisqueando la tierra, despacio. Levanté la cabeza y caminé hacia un lugar donde daba sombra, ya que con tanto sol había acabado dándome calor. Esperé, deseando realmente que llegara alguien que me infundiera más confianza que la chica anterior que me pudiese sacar de allí, aunque fuera un mozo de cuadra.

Llegué allí sin saber muy bien como, pero llegué.
Respiré profundo disfrutando de la semi-libertad porque yo sabía que en algún momento vendrían a por mi.
Alcé mi mirada observando todo con atención. Al fondo de una pista divisé a una yegua de color alazán.
Me acerqué curioso hasta donde pude(por la valla) y me quedé observándola - Hola - Saludé curioso.

El sonido de los cascos de otro caballo en un lugar cercano me hizo empinar las orejas, mientras observaba atenta todo el lugar, viendo finalmente al caballo que había producido aquél sonido. Me sacudí un poco los restos de polvo de mi cuerpo y crines, olfateando lentamente el aire. Me acerqué unos pasos, pero manteniendo la distancia, sintiendo cierta envidia al ver que él gozaba de una libertad que a mí me arrebataban al haberme dejado en aquél picadero. - Hola -saludé, de forma simpática, pero con un tono nervioso en la voz, visible y palpable- ¿quién eres? -pregunté, atenta, mientras esperaba su respuesta.

- Me presento - Dije gracioso - Soy Taloubet Z, un gusto - Comenté simpático mientras hacía una leve reverencia al presentarme - ¿Y tu eres...? - Pregunté con una auténtica curiosidad mientras miraba a la yegua a los ojos.
Moví mi cola espantando un par de moscas que se posaban sobre mi grupa y me incomodaban.
Olisqueé gracioso el aire que llevaba consigo un aroma a un verde prado que por como olía tenía que estar cerca.

Lo escuché con la atención necesaria como para grabar su nombre en mi mente, mientras asentía levemente con la cabeza. - Me llamo Shawna -respondí, moviendo mi cola de un lado a otro, de forma juguetona y tranquila. Resoplé, mientras escarbaba con mi pata delantera derecha, paseando mi mirada entre el picadero y Taloubet- encantada -dije luego, mientras observaba con poco entusiasmo las vallas que nos separaban- ¿tienes idea de cómo salir de aquí? -pregunté, calculando la altura de las vallas, pensando si podría saltarlas con facilidad. No parecían demasiado difíciles ni altas, sin embargo no me daban demasiada confianza.

La escuché atento mientras movía mis orejas para que se notara un poco la atención que mostraba.
Estiré un poco el cuello mientras escuchaba su pregunta - Bueno... eres una raza dedicada al salto, ¿cierto? - Pregunté aunque ya sabía la respuesta - Opino que podrías saltar la valla. Otra opción sería que te abriera con facilidad la puerta, pero claro ya no sería tan emocionante - Argumente simpático.

- Sí, bueno, supongo que podré saltarla -dije, mientras comenzaba a retroceder, con el objetivo de tomar la carrera suficiente como para saltarla bien, sin rozarla- hace bastante no entreno -me quejé, mientras movía mis patas, tratando de que el hormigueo desapareciera. Finalmente salí al galope, impulsándome con mis patas traseras, saltando la valla bastante alejada, recogiendo bien mis patas. Rocé la valla con mis cascos traseros, pero caí perfectamente del otro lado, moviendo mi cola con entusiasmo. Hice una pequeña levada, mientras esperaba a que el caballo, Taloubet, dijera algo- ¿conoces la Hípica ya? Me gustaría ir a algún lugar para... Galopar, pero no conozco nada de aquí -comenté entre risitas, con la esperanza de que él supiera guiarme hacia algún prado o similar para liberar energías.

Quedé impresionado de lo limpio que había sido el salto de la yegua. Saltaba muy bien.
Me acerqué hasta ella cuando había pasado ya la valla - Saltas muy bien - Comenté sonriente.
- Bueno, mucho no la conozco - Dije estirando el cuello - También soy nuevo, pero supongo que buscando por ahí encontraremos algún prado - Dije con una risita graciosa mientras golpeaba delicadamente el suelo con mi casco.

Le sonreí ampliamente. - Gracias... De igual forma, tengo muchas cosas para mejorar -comenté, mientras observaba el lugar, clavando mi atención en las personas que iban y venían de forma incesante con sus caballos. Escuché ahora al caballo, asintiendo lentamente con mi cabeza, mientras observaba las inmediaciones de la Hípica con atención, localizando una buena porción de hierba, donde supuse sería el prado. - Creo que ya encontré un buen lugar adónde ir -aseguré, mientras me ponía en marcha, al paso, hacia allí- ¿vienes? -pregunté luego, pasando a un trote limpio y ágil, moviendo mis patas con suavidad y rapidez, pero esperando la respuesta del semental.

- Sí, esta bien - Dije mientras observaba como se alejaba.
Me puse en marcha al igual que ella, con un trote ágil y elegante me coloqué junto a ella con una sonrisa amplia.
Supuse que estábamos camino a algún prado o al menos a algún lugar con algo de hierba para mascar.

Llegué en un remolque oscuro, estaba nerviosa pero también tenía curiosidad. Al llegar al picadero me soltaron en una pista y empecé a galopar y correr nerviosa, esperando a que pasase algo.

Llegué a la pista de llegada y vi que una yegua había llegado,era muy hermosa y me quedé un ratito mirandola.

Vi a una persona mirándome, me acerqué a donde ella estaba

-Hola preciosa-le dije enseñandole unos caramelos.
La acaricie despacito para que cogiese confianza.

Olí la comida que me enseñaba y después cogí con la boca uno de los caramelos.

-Te llevo a los establos pequeña?-Le dije agarrando una cabezada y una cuerda que había por ahi