Picadero de salto .Exterior

Saltó el vertical simple sin problemas, incluso podía decir que algo sobrado.
Me mantuve erguido pero flexible, acompañando sus movimientos, dirigiéndolo hacia el siguiente obstáculo, un vertical un poco más alto. Recogió de forma perfecta las patas, volando prácticamente encima de las vallas, cayendo con el equilibrio justo del otro lado, sin llegar a ser brusco para nada. -Muy bien Talou- lo felicité, palmeándole el cuello con entusiasmo, dirigiéndolo hacia el corral.

Esbocé una sonrisa. A pesar de todo el tiempo que hacía que no entrenaba... tampoco lo estaba haciendo tan mal como yo pensaba. Bufé por lo bajo después de los dos primeros obstáculos, satisfecho de haber conseguido saltarlos sin rozar. Escuché la felicitación del joven, y asentí con entusiasmo, agradeciéndoselo. Suspiré y continué galopando, calculando los trancos que tenía que dar hasta llegar al corral. Al estar lo suficientemente cerca, tomé impulso, recogí las patas, y acabé saltando con agilidad. Yo diría que incluso volé por encima del obstáculo - modestia aparte - Suspiré con satisfacción al ver que había terminado de pasar los primeros obstáculos sin ningún derribo. A continuación, el humano me guió hacia una ría, seguida de un óxer. Calculé los trancos, igual que hice anteriormente, tomé impulso y salté la ría con agilidad, tocando superficialmente con los cascos traseros, el agua que habitaba en la ría... con el tiempo se podría mejorar. Me encaminé hacia el oxer, con trancos decididos, esperando el momento justo para tomar impulso y saltar. Ejecuté un salto limpio sobre este oxer, sin rozar siquiera. Después de éstos, me encaminé hacia un muro un poco más alto que el resto de obstáculos, nada que no pudiera saltar.

Lo acompañé en los movimientos para todos los obstáculos, impresionado por la habilidad del caballo, que pese a no haberse entrenado en un tiempo demostraba con creces el buen caballo que era. Al dirigirnos al oxer, luego de la ría, me mantuve acompañando su galope, impulsándolo un poco pero reteniéndolo para que no acelerase demasiado. En los últimos trancos antes del obstáculo le cedí rienda, invitándolo a estirarse bien con el objetivo de pasar el oxer sin problemas. Y así lo hizo. Lo llevé hacia el siguiente obstáculo, un muro de un metro y quizás algunos centímetros, no recordaba bien cuál era la altura de éste. Hice lo mismo que en el salto anterior, impulsándolo, cediéndole rienda y preparándome para la batida. Adelanté mi cuerpo, manteniendo mis talones bajos y mi espalda erguida, aguantando luego el peso de mi cuerpo con las rodillas en el momento de la recepción. Le dí unas caricias y lo llevé al siguiente obstáculo, un vertical simple para terminar. Voló sobre el salto de igual manera que en las oportunidades anteriores, y ya no cabía prácticamente duda de que era un perfecto caballo. Lo dejé descansar un poco, dándole palmadas amistosas en el cuello, a modo de felicitación. -Lo hiciste genial- felicité. -¿Te sientes preparado para algo más alto?- pregunté, algo temeroso, pues pese a que lo había hecho bien no quería forzarlo.

Hice caso a cualquier indicación que recibía por parte del humano, dejándome guiar completamente. Atravesé el muro que venía a continuación del oxer con agilidad y una rapidez modulada. Por último, durante esos instantes, volé por encima de un vertical simple, sin muchas complicaciones. Después de dicho salto, acabé pasando a un trote ágil entre los obstáculos, para descansar mínimamente. Escuché con agradecimiento la felicitación por parte del chico, Gracias, quise decir... pero a pesar de no poder hacerlo, emití un suave relincho, agradeciéndole. A ti tampoco se te da nada mal, traté de halagarle como pude. Esbocé una sonrisa a continuación. Escuché su pregunta y la sopesé en mi fuero interno. Hacía ya bastante que no entrenaba... y por hoy quizá estaría bien... aunque a mi siempre me gustó superarme... y por ello, acabé asintiendo con seguridad, esbozando una sonrisa decidida.

Me reí ante la decisión del caballo al transmitir su veredicto, a lo que lo acaricié. Como sabía que tenía energías de sobra, o al menos éso me parecía percibir al guiarlo, decidí que sería mejor efectuar el recorrido anterior una vez más a una altura mínimamente mayor, para entrar en calor antes de subirlas de verdad, por decirlo de alguna manera. -Muy bien, haremos de nuevo éste recorrido y luego prepararé otro corto, para que no te canses demasiado- aseguré, desmontando y palmeándole el cuello. Subí un poco los obstáculos anteriores, quitando alguno, dejándolo también más bien corto. -Bien, vamos a ello- indiqué, una vez montado, guiándolo nuevamente hacia todos los obstáculos. Los saltó sin problema alguno, incluso sobrado pese a que había subido levemente la altura. Claro que ahora que había entrado en calor, que había vuelto a saltar, se le haría más fácil. -Genial, Talou, de verdad- felicité. Volví a desmontar, haciendo un nuevo recorrido con apenas cinco obstáculos: un vertical para comenzar, una ría, un oxer, otro vertical simple y un doble para terminar. La mayoría estaban a 1'10, pero el vertical del medio del recorrido estaba a 1'20. -¿Listo?- pregunté, montando. Lo hice calentar un poco antes de comenzar. Luego, lo guié hacia el primer obstáculo, manteniendo siempre el mismo contacto firme con el bocado.

Asentí ante su propuesta de volver a repetir el anterior recorrido para calentar un poco. Me estuve quieto cuando él desmontó, observando a continuación como armaba el siguiente recorrido. Eran los mismo que antes, pero un poco más altos. Dejé que volviera a subir sin problemas, incluso ayudándolo un poco. Bufé levemente, comenzando el recorrido de calentamiento. Atravesé todos los obstáculos sin derribo alguno y eso me alegraba. Volvió a desmontar, ésta vez para hacer un nuevo recorrido con un poco mas de altura; un vertical al principio, una ría, un oxer, otro vertical... ligeramente más alto y un doble. Bufé, preparándome desde ese instante. El humano volvió a subir y acto seguido ejecutamos un par de vueltas antes de comenzar. Asentí con la cabeza ante su pregunta sobre si estaba preparado. Lo estaba.
Bufé... comenzando a galopar, calculando los trancos, de forma decidida. Volé por encima del primer vertical, yo sabía que podía saltar más... pero eso era mejor dejarlo para otro momento. Seguí con los mismos trancos decididos hacia la ría, y ésta vez la salté sin rozarla, relinché por lo bajo con alegría. El humano me dirigió a continuación hacia un oxer... tampoco demasiado difícil. Lo salté de forma limpia y ágil. Seguí galopando hacia el siguiente obstáculo.

-¡Muy bien, campeón!- lo felicité, una vez que pasó los primeros tres obstáculos. No se podía poner en duda que aquél caballo había nacido para saltar, sin duda alguna. El vertical estaba a una buena distancia, ya que al ser más alto de por sí era mucho más complicado que los demás. Tuvimos que dar un giro bastante cerrado para llegar bien, a lo que lo impulsé todo lo que pude, animándolo; a sabiendas de que llegaría bien. En la batida me aseguré de colocarme bien para no entorpecer su salto y de continuar con el mismo contacto con el que lo había llevado hacia los demás obstáculos. Y él hizo su trabajo, volando por encima del vertical de un metro veinte, recogiendo perfectamente sus patas y cayendo de buena forma, sin ser brusco para nada, con el equilibrio necesario como para retomar la marcha enseguida, yendo con el mismo galope estable. Le pedí que alargase un tanto al zancada y disminuyese la velocidad al llegar al doble, pasando hasta el otro lado con total facilidad, pidiéndole trote luego de dejarlo galopar un poco para enfriar, y luego paso. -Vuelas, campeón- aseguré, abrazando su cuello. Además, había logrado tomarle cierto cariño a Taloubet, pese a que era demasiado rápido, había alguna extraña razón por la cual habíamos congeniado bien. -Te mereces un buen premio...- observé, colocándome erguido nuevamente, pidiendo que se detuviese y desmontando, subiendo posteriormente los estribos. Le palmee el cuello, quitándole el bocado y colocándole la cabezada, dándole algunas golosinas y dejando que tomase agua para refrescarse un poco luego de tanto ejercicio. -¿Quieres dar un paseo o prefieres descansar un poco?- pregunté, mientras observaba su cuerpo, algo sudado y con razón debido al entrenamiento.

Volé por encima de los obstáculos. Estaba contento. Hacía ya mucho que no entrenaba... y en mi punto de vista... no lo hice nada mal. Esbocé una sonrisa satisfecha al enfriar, pasando de galope a trote.
Le agradecí a el humano todo el cuidado anterior y la atención prestada en ese instante. Bufé levemente, estirando mi cuello al paso. Dejé que bajara con tranquilidad después de enfriar. Escuché sus propuestas... ambas eran tentadoras. Descansar o pasear. No había nada como recostarse en el lecho del box después de un día de trabajo... pero también era encantado dar un buen paseo para evitar tirones en las patas. Asentí a lo segundo. Había sido una difícil decisión... pero acabé optando por un paseo.

Mientras dejaba que Talou se hidratase observé que había más personas en el picadero, junto a dos caballos. Una chica y un chico. La yegua era una árabe, por lo que no me pareció muy factible que fuese de salto. El caballo sin embargo, sí parecía de salto por su alzada, contextura física y su estilo en general. Se me hacía similar a Talou, de hecho. Sonreí y volví a concentrar mi atención en el semental que estaba a mi lado, pasando mi mano por sus sedosas crines. -Bien, demos un paseo- acabé decidiendo yo, ya que realmente hacerle preguntas de ése estilo a él era inútil, pues no tenía como hacerme saber cuál era su decisión. Llevé la brida solo por si acaso, ya que pensaba quitarle los arreos a Talou para que disfrutase al máximo del paseo. Decidí llevarlo a un prado, ya que a pesar de no ser la opción más interesante, sí era la más adecuada. Tenía comida, un buen lugar donde recostarse en caso de que quisiera descansar, mucho lugar para moverse libremente y además, algún que otro lago para refrescarse si así lo deseaba. -Venga, vamos campeón- lo animé, dándole un tirón leve del ramal, dirigiéndonos a uno de los prados, llevando la brida en mi mano izquierda.

Era nuevo, como suponía. Le devolví la sonrisa, mirando al precioso semental castaño y luego a él.
- Es un placer, Alex -comenté- yo soy Katherine, no soy tan nueva -dije en tono bromista, acariciando a Hick y Gináh- sí, es mío. Su nombre es Hickstead y la yegua árabe es Gináh -dije casi orgullosa de mis preciosos ejemplares- estábamos a punto de irnos a la playa, ¿gustarías acompañarnos, Alex? -pregunté, retomando el paso.

Reparé en la yegua árabe de pronto. No me había dado cuenta de su presencia.
-Encantado Katherine.- le dije sonriendo.- La verdad es que son preciosos los dos,- comenté refiriendome a los caballos.

Me dijo que tenían pensado ir a la playa, y me preguntó si me apetecía acompañarlos.
-Por supuesto. Será un placer, ya me estaba aburriendo por aquí... Además no conozco demasiado las afueras.

- Sí, realmente lo son -opiné ante su comentario. Era obvio que para mí, siendo su dueña y la persona que más los amaba, me parecería así. Pero aunque no lo fuera cualquier persona diría que esos caballos eran una maravilla. Miré a Alex con una sonrisa y le pedí que nos siguiera- Muy bien, vamos entonces -dije con entusiasmo- si nunca fuiste a la playa, como le digo a todo el mundo, te aseguro que te encantará -comenté, guiñando un ojo para inspirarle confianza, sujeté los ramales y nos fuimos a la playa.

Llegamos con el poni en un santiamen. La pista tenia varios obstaculos aun acomodados cuando llegamos, algunos muy pequeños, otros muy altos. Era perfecto.
- Genial, vamos a practicar un rato! -mire a Wide y luego comence a trotar por la pista, recordadndo mis entrenamientos: primero que nada tenia que calentar.

Reí y salí a un trote detrás de él. Al principio iba lento, y el fácilmente me adelantaba en un trote lento, así que comencé a alargar al trote hasta ponerme justo detrás de él. Estaba realmente contento de poder hacer un poco de ejercicio junto alguien.
-Haber quien lo hace más rápido -bromee sabiedo que el era mucho más rápido que yo

Me rei ante su comentario, cambiando la mano hacia el otro lado de la pista.
- ¿Quien sabe? tal vez eres mas rapido que yo -acote con entusiasmo, acortando un poco el ritmo, siempre colocado, como si tuviese un jinete en sima.

- No quería decírtelo para no deprimirte - bromé junto a una gran carcajada. - Intenaré ir lento para que no te sientas mal - rei

- Oh, muchas gracias -agache un poco la cabeza, como en una leve reverencia- eso me hara sentir mucho mejor, señor -le segui el juego entre risitas. Luego de unas vueltas, parti a medio galope.

Su reacción fue muy comíca y me fue imposible no reírme. AL verle partir al galope salí detrás llendo cada vez más rápido alargando el tranco. Pasaba de vez en cuando cerca de los obstaculos para medir cuantos trancos tendría que dar antes de saltar

Comence a acelerar cada vez más, hasta llegar casi al galope tendido, y estando lo suficientemente lejos del poni solte una patada al aire, muy fuerte y muy alto. Se sintio muy bien lograr descargar algo de energia. Cocie un poco y fui aminorando la marcha ahsta quedar al lado de Wide.
- Ya saltamos? -pregunte entusiasmado, aunque lo haria aunque dijera que no, pero en fin.

Lo miré y dije.
-Cuando quieras!- alarge el galope alegre y me dirigí a un salto de no mas de 50 cm para calentar, aunque debido a mi estatura mi limite estaba entre los 80 cm en libertad. Lo salté ágil y con precisión, pero alegre de saltar despues de tanto tiempo-
Muy bien , tu turno, haber si me impresionas - dije mirandolo y sacandole la lengua bromeando

- Muy bien -dije, haciendome el que se concentraba en un solo obstaculo. Tome carrera a un ritmo firme y salte una barra que se encontraba tirada en el piso, con algo de torpesa mal actuada- wooh! que te parecio eso? -pregunte sin lograr aguantar demasiado unas cuantas carcajadas.

Reí y dije.
-Bueno no esta mal, no creí que fueras capaz de saltar eso, si me has impresionado - dije serio hasta que de pronto una gran carcajada salio de mí.
-Venga ahora enserio, que como me ría mas me va a doler la tripa -rei

- Cierto, cierto -admiti, intentando calmar mis carcajadas- bueno, si sigo riendo asi tendre que calentar de neuvo -bromee y me dirigi al medio galope a una vertical de setenta centimetros, saltando prolijo y tranquilo, casi como si no estuviese alli.

Llevaba un rato en la pista de salto mirando y observando con una gran sonrisa a mi nuevo y precioso caballo
Saltaba de manera espectacular, mucho mejor que otros caballos que ya había visto.

Chippendale Z, era como se llamaba, pero yo prefería llamarle Chip.
Chip estaba con Wide, la mascotita, que era un precioso poni.
Me acerqué un poco lentamente, pues no quería asustarlos.

- Bien, vamos a por más! -dije entusiasmado, encarando un obstáculo de un metro de alto, seguido de un oxer de un metro y veinte centímetros- wo! que bien se siente! -admiti, mirando a mi alrededor, galopando por la pista. Habia una chica alli, no la conocia y la mire curioso. Se acercaba, pero no sabia quien era, sin embargo no tenia pinta de ser un peligro, pero retrocedi unos pasos, refunfuñando antes de acercarme por completo a ella. Luego de un rato cedi- ¿quien eres? -no iba a comprenderme, pero en fin.