La playa

Por dentro estaba muy feliz,luego senti apenas la presion en las riendas,entonces descendi a un trore ligero,luego acepté la invitación de bañarme,claro que no sería la unica,entonces mojé mi cola con el agua salda y salpique a yaiza en modo de jeugo luego empece a golpear mis cascos contra el agua.por dentro me estaba riendo.

Me reí, el agua estaba fresca y se sentía realmente bien. Hice caminar unos pasos a soña mas hacía adentro del agua, ya que ya estaba mojada, daba igual un poco mas, pensé.
Estiré mi brazo y me doble hacía un lado para alzancar el agua y salpicar un poco a soña.

asi que me salpicas,pensé entoncés con una mirada pícara,golpeé mi pata derecha contra el agua duertemente,para mojarla,el agua estaba fresca,sentía la arena en mis cascos,era un momento perfecto que estabamos pasando las dos.entoncés camine un poco mas adentro del mar....

Reí y luego ví que se adetraba un poco mas. El agua casi la cubría ya de completo. Miré al horizonte y dije a soña - no nos vayamos mucho mas lejos, o la corriente nos arrastrará, si? - dije acariciandola.
Pero suerte era un día bastante tranquilo y el mar estaba relajado. Peor nunca se sabe los secretos que este entraña. Por lo demás lo estaba pasando realmente bien. Nos mojabamos la una a la otra hasta quedar totalmente empapadas.

Entonces entendi que nno debia entrar mas en el agua
luego toque a yaiza con el morro en forma de agradecimiento por traeme aqui. habia sido una tarde perfecta.

Le acaricie y me dirigí de nuevo a la orilla con ella.
- Cuando queiras volvemos - sonreí. -Bueno , nos vamos o vamos a tomar el sol?

Sonrei con la mirada.luego caminamos hasta la orilla.me quede al lado de yaiza....esperando a ver lo que haga

Bueno vamos hacía la hípica o por algun lugar, elige -dije sonriendo para haber lo que le apetecia a la yegua.
(comenta donde quieras ir xD)

(jejejje esta bien)

si,lo admito estaba cansada pero yo queria seguir en ese hermosos lugar,cuando señalé con mi cabeza a un camino que se adentraba en el bosque.

Me había montado ya apenas salimos de la hípica, siempre premiando a Pik por su buen comportamiento.
Había tratado de hacérselo lo más ameno posible, más allá de que el tema de mi peso no pudiese arreglarlo, el de la brida y la silla sí, al menos momentáneamente. El camino hacia la playa se hizo corto, así que en cuanto llegamos le pedí que se detuviese por unos momentos, observando lo hermoso que era el lugar- vaya... -comenté, boquiabierta, esbozando una sonrisa- ésto es hermoso -dije, con la misma sorpresa de antes- ¿te gusta, Pik? -pregunté, acariciando su cuello con una enorme sonrisa.

Me costó bastante no botar a Sophie, pero hice lo posible para no hacerlo, manteniendo un paso ligero y tranquilo. Apresurarme probablemente empeoraría las cosas- Cielos santos -apenas si lograba creer lo que veían mis ojos, aquel lugar era excepcionalmente bello- lo que me he perdido todo este tiempo -refunfuñé. Agradecía plenamente el echo de no llevar silla ni bocado, aunque fuera esta buena chica, lo más probable es que no la hubiese dejado siquiera ponérmelo.

Sonreí satisfecha ante aquello, pensando en desmontar de Pik y dejarlo suelto para que inspeccionase el lugar a sus anchas, ya bastante había tenido que soportar en recorrer todo el camino sin siquiera un mal gesto, y con eso me alcanzaba y sobraba, sin embargo decidí disfrutar un poco más antes de bajar- ¿tienes ganas de galopar un poco, precioso? -lo animé, palmeándole el cuello y sosteniéndome con fuerza, tratando de anticiparme a cualquier acción del semental. Tenía su carácter, por lo tanto si no quería que las cosas acabasen de forma un tanto complicada; sería mejor prevenir. Dirigí mi mirada hacia el mar, calmo en aquellos momentos, siempre sonriente.

Mi distraje cuando Sophie habló. ¿Qué si quería galopar? ¿qué clase de pregunta era esa?- ¡Pues claro que sí! -no di tiempo a nada, simplemente partí directo al galope tendido, aunque ciertamente no iba muy rápido, puesto que se sentía raro correr en la arena de la playa, pero tampoco importaba. No me di cuenta de mis acciones hasta que sentí de nuevo el peso de la muchacha sobre mi lomo, lo que me sobresaltó un poco y me hizo bufar y soltar una que otra coz. No, no tenía que hacerlo, ella mostraba un interés que nunca nadie había mostrado antes por mí, al menos tenía que comportarme bien, aunque no me agradara demasiado. Fui frenando hasta un trote corto y elegante, con la cabeza y cola bien alta, me sentía más grande, más orgulloso. Que egocentrismo.

Más allá de que había intentado mantenerme alerta, la velocidad que tomó en cuestión de segundos si me sorprendió, por lo que tuve que sujetarme con fuerza de sus crines, a la misma vez que soltaba una risa llena de pura alegría. Sentía una conexión especial con él, sentía que más allá de todo podíamos llevarnos bien, y por eso sabía que valía la pena esforzarme por cambiar su modo de ver las cosas. Sentía la arena volar detrás de nosotros, a la misma vez que mi pelo se balanceaba de un lado a otro a merced del propio viento. Agradecí el estar bien preparada en cuanto lanzó ese par de coces, moviéndome un poco encima de él pero recuperando la estabilidad enseguida. Le palmee el cuello en cuanto disminuyó un poco el ritmo, pidiéndole finalmente paso para que luego se detuviese y yo pudiese desmontar- muy bien chico- luego de decir eso me abracé a su cuello, siempre despacio para no asustarlo, depositando luego un besito en su frente- eres muy especial, Pikhasso -le dije, dedicándole una dulce sonrisa, siendo más que sincera.

Frené de a poco y me sacudí y ladeé la cabeza una vez que desmontó, sin saber realmente que decir. Aquellos cariños me resultaban tan agradables que me molestaba tener una actitud que apenas me dejara recibirlos- Em... perdón por lo de hace unos momentos -me disculpé, agachando levemente la cabeza, aunque apenas. Miré hacia el horizonte, había tanta belleza allí que podría mirar por horas sin aburrirme. Volví a depositar mi mirada en Sophie, acercando mi cabeza hasta tomar unos mechones de su cabello y morderlos de manera traviesa. Sonreí.

- Me gusta que seas así -aseguré, observándolo por unas instancias más antes de desviar mi mirada hacia el mismo lado que Pik observó, esbozando una sonrisa. El cielo seguía ya totalmente despejado y, a la lejanía, lograba verse una cantidad de colores, entre ellos el azul celeste del cielo y el verde intenso de la hierba que cubría los prados que se encontraban bastante lejanos a la playa. Al sentir al semental mordisqueando mi pelo lo aparté suavemente, riéndome levemente- eres demasiado travieso, pequeño... -me quejé, bromeando, dándole un empujoncito con mis manos, sin lograr demasiado.

Bufé de manera juguetona, ¿por qué no? me contuve muchos años por el simple orgullo, que en realidad era inseguridad. Pero Sophie, poco a poco, mostraba el otro lado de la moneda, que parecía ser bastante bueno.- Con tu permiso, voy a... bueno, sin tu permiso también -bromeé, pero era en serio- a descargarme un poco -finalizada mi frase, salí disparado como una bala por la playa, como volando. Me sentía tan bien, tan libre y tan feliz, que creía que realmente podía volar, incluso desconocía aquella velocidad a la que había logrado llegar- ¡Woooooooooooooohoo! -estaba eufórico, seguí corriendo, deteniéndome poco a poco, sólo para dar la vuelta ya que no quería perderme, aunque tampoco era muy sencillo hacerlo.

Apenas y logré a darme vuelta en el momento en el que sentí como el semental, lejos de quedarse en su lugar observando la playa, partió al galope a mí lado. Al sentirlo pasar a aquella velocidad incluso mi cabello se bamboleó de un lado a otro, por lo que no pude evitar soltar una risa ante aquél detalle. Confiaba en que no se iría demasiado lejos, así que me quedé en mi lugar, observando el ir y venir de Pikhasso, el cual estaba descargando toda aquella energía acumulada con un rápido y efusivo galope tendido. Negué con la cabeza, riendo nuevamente, estaba loco. Y justamente por eso era que me gustaba tanto. Aproveché para acercarme un poco a la orilla, mojando mis pies mientras seguía el trayecto del semental, siempre sonriente, feliz y emocionada por estar junto a él.

Seguí de nuevo, volviendo hacia el lugar donde estaba Sophie, aunque no tan rápido, pero me atreví a cocear y patear libremente en esta ocasión, con bastante fuerza, incluso llegué a tropezarme por lo que volví algo avergonzado por la orilla, hasta quedarme a un metro y medio, más o menos, de distancia de la muchacha. Miré nuevamente hacia el horizonte, suspirando profundamente.- Podría acostumbrarme a esto... -dije por lo bajo; hasta pestañear ea difícil, no quería perderme ni siquiera un mínimo instante de aquel maravilloso lugar.

Reprimí las ganas de soltar una risita ante el ímpetu y la fuerza del semental al cocear y descargarse, negando con la cabeza ante el pequeño tropezón que tuvo. Le dediqué una sonrisa, dirigiendo mi mirada hacia el horizonte nuevamente, donde el cielo comenzaba a teñirse de diversos colores, indicando que estaba atardeciendo- oh, esto te gustará... -aseguré, sonriente, viendo como el sol comenzaba a esconderse lentamente, muy lentamente, mientras que el color celeste del cielo cambiaba por unos tonos anaranjados. Aquél día había llegado a convertirse en un de los más entretenidos y entusiasmantes para mí, y eso se lo debía casi todo a Pik.

Quedé inmóvil, sólo respiraba mientras el sol se iba escondiendo poco a poco en el horizonte... ¿a quién lo le gustaría algo como esto? no me cabía en la cabeza la posibilidad de que alguien así existiera; aunque tampoco solía hacerlo una persona como Sophie, tan persistente, decidida y bondadosa... al menos no hasta ahora, así que, ¿quién podría saberlo?
Ya faltaba poco para que la noche cayera por completo, ese día se pasó volando. Refunfuñé ante la idea de volver al box.

En cuanto el sol se escondió casi totalmente elevé mi mirada hacia el cielo, donde todavía no se lograban vislumbrar demasiadas estrellas, sin embargo unos pequeños puntos luminosos amagaban con hacerse presente en el manto azul, que estaba cada vez más y más oscuro. - ¿Quieres volver ya? -le pregunté a Pik, acercándome a él, dándole unas caricias al semental antes de dedicarle una sonrisa. Todavía no era demasiado tarde, así que cualquier cosa que él decidiese estaría bien, siempre y cuando el clima se mantuviese tan estable y bueno como ahora, cosa que al parecer seguiría así. Acaricié sus sedosas crines, peinándolas con mis dedos.

- No, claro que no -respondí instantáneamente, negando con la cabeza. Antes sus mimos le di un empujoncito cariñoso y me aparté para revolcarme en la arena- yawn, se siente bien -me quedé un rato echado allí, mirando el cielo- quiero saber de ti, Sophie -dije curioso, aunque un tanto distraído, sin esperar verdaderamente una respuesta. Estaba muy cómodo como para ponerme de pié.

- Vas a parecer una croqueta -me quejé, en broma, riéndome luego al verlo revolcarse y esbozando luego una sonrisa, dirigiendo mi mirada al calmo mar. Al verlo supe que quería algo, el problema era saber qué. Atribuí directamente eso a lo primero que se me ocurrió, qué más allá de que podía no ser lo que quería saber, no estaba de más contarle un poco sobre mí- llegué hoy a la hípica, hace apenas unas horas -confesé, esbozando una sonrisa- me mude a la ciudad hace apenas unos días, de hecho... independizarse es más difícil de lo que creía -me reí levemente, negando con la cabeza, vaya que era difícil- y bueno, fuiste el primer caballo que llegué a ver aquí -me encogí ligeramente de hombros- soy hija única -otro detalle que pese a no ser importante, no estaba de más comentar. Dirigí mi mirada hacia las estrellas, sin moverla de allí ni por un momento- me gustaría saber algo sobre ti, pero dudo que puedas comunicármelo con facilidad -me quejé, haciendo una mueca. El que nos costaste tanto comunicarnos era algo injusto, aunque poco podía hacer al respecto.

Escuché con atención, realmente quería saber sobre ella, aunque era de lo más extraño.- Ya veo... -dije, poniéndome de pié y sacudiéndome la arena- también soy hijo único -comenté, como en broma, aunque realmente no tenía hermanos o hermanas. La miré un tanto desilusionado- también me gustaría poder contarte sobre mí, aunque pocas cosas lindas tengo para recordar -admití, aunque la mayor parte de la culpa era mía, mis antiguos dueños tampoco habían puesto un gran esfuerzo- tal vez en mi ficha haya algún reporta o algo por el estilo que pueda ayudar -comenté, ignorando que ella no comprendía no la mitad de mis palabras. Sí, realmente era algoinjusto.