Puse los ojos en blanco ante la reacción del semental, alejándome unos pasos y dándole la espalda.
Había captado el mensaje; el problema era que me parecía una irresponsabilidad el dejarlo allí, solo en la playa, sin estar segura de qué tan bien estaría. Por otro lado, no me imaginaba la lucha que tendría que darle para llevarlo a los boxes y lograr que se quedase ahí, considerando que se podía deshacer de la puerta de su box de una patada con suma facilidad. Suspiré, negando con la cabeza- como quieras, Pik... -mascullé, por lo bajo, cruzándome de brazos, trazando en mi mente el recorrido que tendría que llevar a cabo para llegar nuevamente al club. Me acerqué al semental para quitarle la brida, sosteniéndola en mi mano derecha, dirigiendo hacia esta mi mirada, haciendo una mueca- cuídate -le solté, casi al aire, comenzando a caminar con el objetivo de volver al club, sin demasiado entusiasmo.