Boxes del establo

Un poco cansado del entrenamiento empecé a comer rapidamente , tenia mucha hambre , pero me sentia bien . Observé como después de dejarme la humana salia con el otro caballo , sonreí y seguí comiendo .

Llegué impaciente a los establos , saludé a Sahara y le dije - Hola mi princesa , hoy si que me ocuparé de ti - Le sonreí . La cepille a fondo y la ensillé , hoy dariamos un paseo . Justo antes de salir por la puerta , saludé a Perseo - Enseguida vuelvo - Le dije .

Entré a los boxes con Sahara , la desensillé y le cambié el lecho de su box , le puse agua fresca y comida - Te has portado muy bien! - Le dije mientras la acariciaba .

Me acerqué a Perseo - Hola guapo! - Sonreí .Entré a su box y lo cepillé , le limpié los cascos y le desenredé las crines . Lo acaricié y le dije - Quieres que hoy vayamos al prado?? - Asintió inmediatamente con la cabeza y nos dirigimos a la gran pradera .

Llegue a laq hipica y me dirigí al box de de Amaranto, al ver que todo estaba bien caminé hasta el de Bucefalo.-Buen día amigo!...¿Como has amanecido?- salude mientras le ofrecía un terrón de azúcar y con unas de mis manos acariciaba su cuello.-Creo que eres muy lindo y definitivamente no estas explotando todo tu potencial!- bromee mientras buscaba un cepillo y luego me acercaba para cepillarle y luego desenredarle sus crines.Finalmente le puse el ramal y me dirigí junto a él a la prado sur.

Llegamos a los boxes con Katy, luego de haber entrado a éstos observé de reojo a la cantidad inmensa de caballos que se encontraban allí. La mayoría eran caballos que se usaban para clases. Me acerqué a un pequeño tablón con anuncios que había allí y busqué con la mirada la lista de caballos en venta. —Mira, aquí aparecen... —comenté mientras leía los nombres que estaban allí anotados.

Al llegar miré a todos los caballos, la cantidad realmente había aumentado, aunque no recocía a ninguno.
Observé la lista con cuidado, al parecer sólo había dos caballos en venta, dos PRE's.
- Que bellos, a ver si más tarde hablo con Mr.Galoguey para probarlos, o algo -comenté, buscándolos de reojo por los establos, sin lograr encontrarlos- Oye, Ethan, ¿Me muestras a Irak y la yegua? que por cierto, no me dijiste su nombre -le bromeé, mirándolo.

—¿De verdad no te dije el nombre? Vaya, que despiste— me reí, negando con la cabeza. Le hice un gesto con ésta indicándole que me siguiera, rumbo a los boxes de Irak y Sombra que estaban prácticamente juntos, igual que el de Pampa. Me acerqué al box de la yegua, que sacó la cabeza con curiosidad observando a Katy. —Sombra, saluda a Katy— exclamé bromeando, acariciándola y luego volteando para observar a Irak. Di unos pasos hacia su box, él estaba más tranquilo debido a que habíamos vuelto de entrenar hace poco, así que se limitó a relinchar con alegría mientras sacaba su cabeza, esperando caricias.

Sonreí y miré asombrada a ambos caballos.
- Pero... ¡si son magnificos! -exclamé, acercándome con suavidad y, dejando que me olieran primero... uno nunca sabe, los acaricié con cuidado y cariño- que hermosos caballos tienes, Ethan... -aseguré, mirándolo nuevamente.

Asentí con la cabeza, en ese punto no podía fingir ni hacer de cuenta que no estaba de acuerdo, realmente eran unos caballos maravillosos. —Me gustaría poder fingir modestia; diciendo que realmente no es para tanto, pero estaría mintiéndote y mintiéndome a mí mismo— me reí mientas le observaba. —Gracias, de verdad. Al final me subirás el orgullo por las nubes...

Reí, también.
- Esa es la idea -bromeé- pero sí, es verdad, tienes mucha suerte de tener a estos bellos animales, ¿que disciplina practicas con ellos? -pregunté curiosa, analizando el físico de Sombre e Irak.

—Veamos. Con Sombra practicamos salto, comenzamos hace poco ya que está domada hace un par de meses. Igualmente participamos en el concurso de ochenta centímetros y lo hizo genial. Con Irak, como era de esperarse estamos en doma clásica, es un gran caballo para ésa disciplina y su raza tiene gran parte de mérito en ello. Y finalmente, con Pampa doma clásica también, a pesar de que hemos entrenado salto un par de veces y no lo hace nada mal— sonreí, ladeando la cabeza.

- Era de esperarse, sí -estaba de a cuerdo en ello- salto... ¿salto?, ¿con Pampa? nunca se me ocurrió -admití, pensativa. Sonreí y volví a mirarlo- supongo que por eso está tan en forma -bromeé, y miré rápidamente a todos los caballos- eres una persona ejemplar... -susurré- quiero decir, un dueño muy responsable -me expliqué.

Me reí también, la verdad es que era bastante difícil de imaginar ver a Pampa en salto, sin embargo, lo hacía muy bien. —Lo sé, es difícil de imaginarte a Pampa saltando, pero la primera vez que lo hicimos fue para acompañar a una amiga— me encogí de hombros, restándole importancia al asunto. —Creo que es lo mínimo que podemos hacer por ellos, después de todo nos brindan todo tipo de apoyo...— me quedé observando a Sombra con los ojos entrecerrados, pensativo, y luego volví "al mundo real". Me reí un poco. —Ya, de verdad, con tanto halago para mí y para mis caballos acabarás logrando que me sonroje— murmuré bromeando.

Reí con ganas, ladeando la cabeza y apoyándome por fuera del box.
- Ni creas... -sonreí- que sólo digo lo que pienso, pero si molesto puedo intentar cerrar la boca... -bromeé. Suspiré, entrecerrado los ojos- como extrañaba este lugar... -susurré, sonriendo ampliable.

Me reí también un poco, en voz baja. —Lo imagino, yo estoy todo el día instalado aquí y con eso no me conformo... Lo importante es que ahora estás de nuevo aquí. Y espero verte seguido, es más, espero verte todos los días viniendo a visitar a Pampa— aclaré, bromeando nuevamente mientras esbozaba una sonrisa burlesca.

Hice una mueca en respuesta, aún bromeando.
- Me vas a ver aquí todos los días para visitar a Pampa y, no sólo eso, sino también para llenarte de halagos hasta que te veas tan rojo ¡como un tomate! -reí un poco y miré a Sombre, creí 'reconocerla', tal vez la hija de Wild y Soy Africano, de los pocos caballos con los cuales Pampa se había logrado relacionar, hasta donde recordaba.

Negué con la cabeza efusivamente. —¡De eso nada! Nada de halagos de ahora en adelante— exigí, bromeando. Había sido un día lleno de bromas y aquello no era normal después de todo el clima tenso que se había vivido en los últimos tiempos por los "pequeños inconvenientes" que habíamos tenido con Layla. Suspiré, apoyándome en la pared del box.

Hice una especie de puchero, cruzando los brazos.
- Está bien... no más halagos -prometí, siguiendo el hilo del chiste, deshaciendo mi postura y voltiando hacia Sombre, para acariciarle el morro- ¿qué ocurre? -pregunté, mirándolo de reojo.

—Nada— contesté, enderezándome y observando como su mano se movía con suavidad acariciando a Sombra. Notaba como disfrutaba de las caricias, a pesar de que no era una yegua extremadamente sociable o confiada.
—¿Y ahora, señorita, qué le apetece hacer?— pregunté riéndome un poco.

Me alegré de que, al parecer, no fuera nada.
- Pues, no lo sé, señor -pensé un poco, riendo- me encantaría recorrer la cuidad, pero creo que lo debería hacer luego, apuesto que tienes cosas más importantes que hacer -bromeé, dejando a Sombra, era una yegua realmente preciosa.

—Eso es obvio. Cosas más interesantes como limpiar el estiércol de los boxes, claramente. Es obvio que preferiría hacer eso antes que dar un divertido paseo con usted— asentí con la cabeza, simulando que al menos la cuarta parte de lo que acababa de decir era cierto.
—Lo sé, soy mal actor. No sirvo para ésto.

Reí, acomodando mi cabello y dejando de apoyarme sobre el box de Sombra.
- No es verdad, eres más malo de lo que crees -bromeé- Bueno, si es tanto así, ¿nos vamos? -sugerí, sonriendo nuevamente.

—Primero las damas— respondí, dando un paso al costado y extendiendo mi mano señalándole el camino.
Me reí un poco mientras pensaba seriamente porqué se me ocurrían cosas tan estúpidas.

Reí y me dirigí hacia afuera de los establos, pero aminoré la marcha para poder voltear y mirarlo.
- Y, ¿dónde vamos?, ¿qué sugieres? -pregunté, riendo sólo un poco, sin saber a dónde dirigirme.

—Depende de que quieras conocer: parques, algún lugar en especial... hay muchísimas posibilidades en ésta ciudad— me reí un poco mientras pensaba posibles lugares interesantes para ir con ella.