Boxes del establo

Le tomé la mano y clavé mi mirada en sus ojos con fijeza. - Encantado, Anaís. Me llamo Ethan -respondí, era nuevo ver gente nueva por allí, ya que últimamente se veían cada vez menos jinetes o amazonas nuevos. - ¿Todavía sin caballo? -pregunté riéndome un poco.

Asentí con la cabeza.
- Sí... Lamentablemente sí. Creo que no conseguiré pronto, no hay muchos en venta. Es una lástima -exclamé de pronto, haciendo una mueca. - Todavía tengo pendiente conocer a fondo el lugar, solo vine a conocer los picaderos.

Asentí con la cabeza, la verdad es que la mayoría de los caballos habían sido comprados y quedaban pocos a la venta, pero seguro encontraba uno. - Cuestión de tiempo -aseguré. - Vas a ver que dentro de nada consigues uno bueno -le guiñé un ojo en son de broma y luego me reí un poco. - ¿Quieres que te lleve a conocer el lugar? -pregunté, y al ver su reacción me adelanté a sus palabras.

- Te puedo prestar uno de mis caballos.

El chico... Ethan, era muy generoso, sin embargo no estaba dispuesta a molestarlo de aquella manera.
- Oh, no, por favor, no te preocupes. Ya con el tiempo podré ir investigando el lugar, no te quiero poner en un compromiso -contesté tímidamente, bajando un poco la mirada. Ciertamente no siempre se encontraban personas tan amables y dispuestas a aquello.

Me reí y negué con la cabeza. - No es ni un compromiso, ni me molestas. Por algo me ofrecí -exclamé, acercándome al box de Irak y notándole con visibles ganas de salir. - Al contrario, me haces un favor, últimamente no he podido sacar lo suficiente a mis tres caballos. De ésta manera saldrán dos a la vez, así que... -me acerqué un poco a ella y le tendí mi mano. - ¿Acepta que le enseñe el lugar, señorita? -pregunté bromeando, luego solté una pequeña risita.

Sonreí un poco ante sus bromas y acabé riendo.
- Bueno, bueno. ¡Está bien! Acepto -contesté con rapidez, sonriendo ahora más ampliamente. - Ten en consideración que hace mucho no monto, tampoco me des al semental más bravo de las cuadras, ¿eh? -bromee.

- Oh, sí. Claro que lo tendré en consideración.
Aseguré, paseando mi mirada entre los caballos. Le daría a Irak a ella y yo iría en Sombra, ya que Pampa estaba un poco cansado aún.
- Te daré al segundo semental más bravo de toda la cuadra. ¿Así mejor? -pregunté sonriendo un tanto burlón. Saqué a Irak de su box y fui a por su equipo. Luego, traje el de Sombra. - Es broma. Te presento a tu nuevo compañero de paseos, Irak. Irak, ella es Anaís.

Me reí ante las bromas de Ethan, era muy gracioso.
Luego, con paso algo dubitativo me acerqué a Irak. Era un semental precioso, pero gigante. Sonreí un poco y lo acaricié, pasando mi mano por sus suaves crines y observándolo embelesada. - Es preciosísimo, Ethan -exclamé con asombro.

Sonreí ante sus palabras. ¿Por qué sería que absolutamente todas las personas me decían más o menos lo mismo? Me reí ante mis pensamientos y comencé a alistar a Sombra. - Dice que gracias -bromee, imitando a Irak. Luego, terminé de aprontar a Sombra y vi que Anaís ya tenía listo a Irak. - Anda, que rapidez. Y eso que ni siquiera te lo pedí, pero gracias -le sonreí y la miré. - ¿A dónde quieres ir?

Terminé de alistar a Irak, aunque con un poco de dificultad ya que era altísimo. Luego, le sonreí a Ethan y me quedé pensativa unos momentos. - No sé... ¿Qué sugieres? -pregunté.

- Ya sé donde llevarte. Tú solo sígueme -exclamé, guiñándole un ojo y sacando a Sombra de los boxes. Estando fuera, monté y esperé a que ella también lo hiciera. Cuando lo hizo y se puso a mi lado partimos rumbo al bosque.

- Bien, te sigo -le guiñé un ojo al igual que él había hecho unos segundos antes y lo seguí, montada en Irak, con una sonrisa fija.

Volví, casi corriendo, pues no podía esperar más por ver ami nuevo y preciosísimo semental, Linaje. Me asomé delicadamente a su box, con una sonrisa de oreja a oreja, acercando lentamente mi mano a su carita.
- Hola, bonito -le saludé, acariciándolo con cariño- ¿descansaste bien? que dices, ¿tienes ganas de salir un rato? -le pregunté en tono juguetón, sin dejar de mimarlo.

La ví acercarse y por dentro me emocioné y me alegré muchísimo , en cambio por fuera sonreí orgulloso pero contento a la vez . Relinché con alegría y asentí rápidamente a su pregunta . Tenia tantas ganas de salir ... después de mi llegada lo mejor sería salir y conocer el lugar , pensé detenidamente . Me quedé de pie firme pero entusiasmado esperando a que ella hiciera algo para sacarme de allí .

Reí suavemente y abrí la puerta del box, con cuidado le puse el bozal y lo até fuera.
- Voy a ponerte el equipo, ¿está bien? -le dije mientras sujetaba la montura y la ponía con cuidado sobre su lomo. Ajusté un poco la cincha luego de acomodar la pechera, y acomodé los estribos, luego le puse los protectores y a lo último la cabezada- listo, bonito -lo acaricié, entusiasmada y le ofrecí una zanahoria- vamos a ver que tanto sabes -bromé y nos dirigimos a los picaderos exteriores.

Cuando ví que me equipaba pensé profúndamente . Reusé un poco cuando me fué a equipar , pero al final cedí , relinché orgulloso como si ella me diera pena . Era graciosa y divertida asique le seguia siempre la corriente . Sonreí ante su broma y la seguí con un paso elegante y enérgico hacia la pista .

Volvimos a la Hípica con Anaís. Al llegar, bajé de Sombra y lo primero que hice fue darle una ducha tibia ya que estaba un poco mojada todavía. Le quité el exceso de agua y la cepillé, limpié sus cascos y luego la dejé en el box con una manta encima para que se protegiera del frío. Hice lo mismo con Irak cuando Ana se bajó, dejándolo en su box. Ambos estaban bastante cansados, sin embargo todavía los notaba con energías. - Son incansables -esbocé una sonrisa- ¿precioso paseo, eh?

Sonreí mientras observaba como cuidaba de sus caballos.

- Precioso. Y es enserio, eh. Gracias por el paseo Ethan -sonreí y me apoyé en uno de los boxes- la pasé muy bien -dije finalmente, observando a los demás caballos y deteniéndome en Pampa. Me parecía haberlo visto con Ethan. - ¿Él también es tuyo? -pregunté.

Entré en los boxes buscando a Marismeño con la mirada. Entonces vi a dos personas más, que supuse que eran jinetes. A el chico lo había visto más veces, pero no lo conocía y la chica era la primera vez que la veía. Me acerqué a ellos con una enorme sonrisa.

-¡Hola! Soy anita, encantada-dije simpática.

Asentí con la cabeza. - Sí, se llama Pampa. No es necesario que me digas lo hermoso que es, créeme que lo sé -dije bromista, a pesar de que era enserio. Luego de unos pocos segundos vi entrar a una chica, la cual conocía únicamente de vista. Le sonreí.
- ¡Hola! Me llamo Ethan, encantado -respondí tendiéndole la mano.

Observé a Pampa y me acerqué a él con lentitud, acariciándole el morro.

- Sí, es precioso -halagué viendo al semental, luego de un rato vi llegar a una chica, por lo que me voltee y la observé- Hola. Yo soy Anaís, es un gusto -dije luego de que Ethan se presentara.

-Encantada Ethan y Anaís, dije tendiédole la mano a los dos, uno después del otro.-¡Que caballo más bonito!-dije acariciándo a Pampa

Le sonreí a Ana y observé a Pampa. No dudaba que con tanta señorita diciéndole piropos acabara con el ego por las nubes.
- Vaya, gracias de su parte, supongo que es lo que diría si pudiera hablar -me reí un poco y luego observé a Anaís.

Llegué canturreando de nuevo una alegre canción, con un ánimo más arriba de lo usual. Eso provocaba que una sonrisa alegre estuviera todo el tiempo presente, que no se redujo al ver a Ethan.
-Hola Ethan, hola Anita- saludé a los que ya conocía. Me acerqué a la chica que no había visto antes.
-Hola. Soy Layla, un gusto-le estreché la mano y me pasé de largo, dejando atrás al círculo de chicos para entrar al box de Afri. Me puse de cuclillas y comencé a masajearle las patas, hacía mucho que no lo sacaba.

Vi que otra chica entraba a los establos, por lo que le sonreí.

- Hola. Me llamo Anaís, encantada -le estreché la mano y luego dejé que se fuera, observando su trayectoria y al caballo que estaba en el box donde había ingresado. La conclusión que había sacado era que allí había animales hermosos.