La Gran Pradera

La idea de que lo pegara en mi box me entusiasmó, tendría una razón más para recordar a Katy permanentemente.
Además, me recordaría a el magnífico día que habíamos pasado hoy. Ante su siguiente pregunta, golpee dos veces el suelo con mi pata delantera; quería quedarme un poco más. De igual manera, si estaba cansada o prefería irse no tendría problemas ya que había sido más que suficiente. Aquél día había sido increíble en todo sentido.

(Me encantaría <3)

Sonreí y me tumbé en la hierba, cerrando los ojos.
- Si me duermo, me despiertas -bromeé, entreabriendo los ojos para ver al precioso semental castaño. Le ofrecí otra golosina mientras estuvo cerca- la última del día -dije entre risitas- luego zanahoria o manzana, es algo más sano -recordé, acariciándolo cuando se acercó.

Tomé la golosina con entusiasmo, saboreándola más aún al saber que era la última.

Puse los ojos en blanco en cuanto dijo que era más sano. Mentira. Parecía que le había copiado la frase tal cual a Eric. Sin embargo, acabé riéndome. Acerqué mi morro hacia ella y la olfatee, con el claro propósito de hacerle cosquillas. Comencé a reírme un poco.

Solté unas risitas agudas y sin aire, que terminaron en sonoras carcajadas.
- Ok, ok ¡ya basta, por favor! -suplicaba a Hick, poniéndome de pié, sin parar de reír. Se cayó otra golosina de mi bolsillo, por lo que cerré mejor la bolsita. Miré al semental de reojo y le sonreí ampliamente- bueno, no será la última, supongo -bromeé y le ofrecí aquel dulce.

Me reí también, finalmente cedí y retrocedí un paso para darle aire.

Volvi a reír de manera un tanto burlona y acepté la golosina con gusto. ¿Entoncecs, aquella era la forma de sacarle golosinas? ¿Cosquillas? Bien, seguramente lo recordaría para un futuro. Estuve un rato más con ella y luego relinché, como avisando que iba a dar una vuelta por al prado. Galopé un poco, de manera elegante y suave. Me acerqué al galope a unos cuantos troncos bastante altos que había visto antes; no me iba a quedar con las ganas de saltarlos. Lo hice con facilidad, puesto que medían menos de un metro.
Dí una pequeña vuelta más y luego volví con Katy, piaffando un poco al llegar a su lado.

Mi cara se parecía un poco a esto -> O____________________________________O ; luego de ver todo lo que hizo, desde sus pimeros movimientos al galope, sus saltos perfectos y limpios y aquél piaffe, o lo que fuere al final (xD).
Clavé la mirada en el caballo, un tanto boquiabierta, le dediqué una media sonrisa cuando volví a la realidad.
- Yo también quiero hacer eso... -bromeé, salvando la distancia que me separaba de él con unos pasos.

Relinché ante su comentario y asentí con la cabeza.

- ¡Hazlo! -exclamé, con gesto animado- no creo que te cueste tanto saltar unos troncos o mover las piernas de ésta manera -me reí un poco, volviendo a hacer un piaffé. Luego, caí en la cuenta de que no entendería nada de lo que dije.
Relinché algo molesto por ésto y sacudí mi cabeza con vehemencia debido a las moscas.

Reí, creyendo comprender algo, al menos parte de lo que intentaba decirme.
- A ver quién lo hace mejor -bromeé, obviando que no podría mejorar aquellos preciosas ejecuciones. Me puse cerca de los troncos, allí tomé carrera y comencé a saltarlos, intenté volver 'imitando' el piaffé, lo que me probocó que riera aún más fuerte, me sentía ridícula pero seguro ahría reír a Hick de esta manera.

Sacudí mi cabeza riéndome, la verdad es que había sido bastante malo.

Igualmente, le sonreí y relinché. Hice una especie de reverencia, estirando mis dos patas delanteras y colocando mi cabeza en medio de ellas. Para mí, siempre todo lo que hiciera sería perfecto, por lo tanto, había ganado, lo había hecho mejor.

- Con un poco de práctica superarás a cualquier caballo que se te ponga en medio -bromee.

Devolví aquella reverencia con cortesía y luego, una vez que se puse derecho, salté a su cuello para abrazarlo.
- cuando te moleste demasiado cariño, me empujas y listo -anuncié sin soltarlo.

¿Acaso existiría algún caballo capáz de rechazar los cariños y mimos de Katy? Lo dudaba, realmente. La abracé también con mi cuello, como solía hacerlo. Mientras la abrazaba, aproveché para jugar con su pelo de manera pícara. Una vez más se me pasó por la cabeza la gran suerte que tenía al haber conseguido una dueña como ella, por lo que la abracé con más fuerza. Al darme cuenta que quizás la estuviera apretando demasiado contra mí, dejé mi cabeza floja, dándole espacio.

- Lo siento -me disculpé, algo apenado.

Me quedé un poco corta de aire, pero sólo un poco y no lo solté. Se me vinieron a la mente muchas cosas en ese momento, no sabía cómo ni por qué, pero no logré soltar a aquel caballo, que se había ganado tanto mi confianza ocmo mi corazón.

- Te quiero -dije despacito, en un susurro.

En momentos como aquellos me habría gustado demasiado que ella me escuchara y entendiera, puesto que no encontraba una forma de expresar cuánto me había encariñado con ella en tan poco tiempo. Cerré mis ojos, disfrutando de aquél abrazo.

No tuve noción de cuánto duró el abrazo, pero deshacerlo me cotó bastante. Dejé una de mis manos sobre su cuello, la deslicé hasta su frente, acariciándola con ternura. Lé tomé la cabeza con ambas manos y me acerqué par besarle la frente, como lo hacía con mi otro niño mimado (Linaje :3) y le dediqué una sonrisa, la de siempre.
- Qué loco, pero hermoso día -le dije en un tono bromista, quedándome cerca de él.

- Vaya que sí -exclamé, pensando en todas las cosas que habían pasado.

En un día Eric me había vendido. En un día me había reencontrado con Ethan. Y en un día, había conseguido una hermosa dueña que me cuidaba de forma espectacular. Sonreí para mis adentros; por algo pasaban las cosas y ahora lograba verlo con claridad. Estaba claro que extrañaría a Eric, después de todo habían sido años a su lado, sin embargo me vendría a visitar seguido y aquello me alegraba.

Dí unas vueltecitas alrededor de Katy, viendo que iba a hacer.

Reí levemente.
- ¿Qué podemos hacer ahora? -pregunté en voz alta, sin dejar de ver al bello caballo que me acompañaba, sonriendo sin poder evitarlo. Suspiré, echándome alpisoa pensar- mientras saqué otra golosina y levanté la mano hacia donde estaba Hick- ¿quieres? -pregunté riendo, mirando de reojo al semental.

Me quedé pensativo; sin saber bien que decir o hacer.
- Mmmm... no sé... -me quedé observándola unos momentos y luego miré al cielo, pensativo- usted dirá, señorita -bromee, mirándola. Vi que sacó una golosina, por lo que pegué un saltito en mi lugar con entusiasmo; se habían vuelto algo como una adicción.
La tomé con alegría, relinchando agradecido.

Reí y guardé la bolsita.
- Más tarde habrá más -prometí, recostándome en la hierba- sigo pensando, ¿eh? -anuncié entrer isitas- ya me duele el cerebro -hice una mueca, bromando. Cerré los ojos unos segundos y agarré mi guitarra al abrirlos y ponerme de pié- ¿quieres bailar? -dije en un tonojueguetón, acomodándome en el piso y empezando a tocar y cantar la primera cación que se me ocurrió, algo movida.

Me reí también. Mientras pensaba, aproveché para pastar un poco.

Escuché su pregunta. ¿Bailar? Recordé lo que había hecho hoy Linaje, por lo que sonreí y asentí con la cabeza, siguiendola. En cuanto comenzó a tocar moví mis patas siguiendo más o menos el ritmo de la música, haciendo como una especie de piaffé, levantando y flexionando bien mis patas. - No me pidas que lo haga mejor, no sabes cuánto me cuesta -me quejé bromeando, entre risitas.

Seguí tocando, pero dejé de cantar para reirme un poco.
- ¡Lo haces de maravilla, no pares! -le dije entre risas. Me paré y comencé a bailar con él mientras seguí entonando aquella canción, entre risitas ahogadas.

Me reí también, relinchando, sin embargo hice caso a su petición y no paré.

Me moví con un trote elegante, levantando mis patas y haciendo diagonales de vez en cuando. Dí unas vueltas a su alrededor, cruzando mis patas y manteniendo mi cabeza y cuello apuntando siempre hacia el centro, donde estaba Katy.

Sonreí, haciendo finalmente una pequeña levada en una de las partes más "movidas" de la canción.

Finalmenté la canción terminó y dejé la guitarra para poder aplaudirle, gritando y saltando. Me senté en el piso, riendo y tosiendo a la vez.
- Wow, eres un excelente bailarín, tienes que enseñarme -le pedí, tratando de respirar bien.

Acabé soltando una carcajada al parar.

Era increíble que me agitara más bailando una canción que estando en un circuito de salto o en un concurso de doma. Curioso. Le dí un empujoncito muy leve a mi preciosa dueña, como animándola a que recuperara el aliento.

- Tienes una voz preciosa -adulé, con una sonrisa.

Suspiré y lo miré con ojos llenos de amor
- Ojalá pudiese entender lo que me dices... -susurré- te quiero, Hick -finalicé la frase con unas caricias.

Hice una mueca, realmente era frustrante hablar y que no te entendieran, sin embargo acababas acostumbrándote.

- Yo también, Katy -le respondí, esbozando una sonrisita torcida- eres la mejor dueña que podría haberme tocado, creo que nunca podré terminar de agradecerte todo lo que haces por mí... -hice una pausa, acercándome unos pasos a ella.
- Sé que no entiendes lo que te digo, pero también sé que entiendes cuánto te quiero.