El Diablo Negro:
Emití un sonido de queja, el estúpido caballo me había vuelto a golpear, pero antes de que yo pudiera reaccionar éste se había ido para algún lado, no sabía a donde por causa de la noche, posiblemente en este momento serían las 2 de la mañana, uno de los momentos más oscuros. Escuché a alguien que me llamaba, era el lider, giré la cabeza hacia donde provenia la voz, era el, estaba lastimado de todos lados. Tomé atentamente cada palabra que salía de su boca, dándome a entender que fuera posible que muriese y yo quedara al mando .. No me había imaginado jamás la muerte de mi lider, menos acabado por unos caballitos cursis. Asentí con la cabeza y me volteé hacia las yeguas, aproveché mi color al igual que muchos más y aparecí detrás de ellas, era realmente dificil tener que lidiar con dos yeguas a la vez, tenía varios golpes y mucha sangre corriendo por mi cuerpo, esto dificultaba mi forma de caminar. -Vamos- Les susurré empujándolas suavemente, ya que no podía hacer más hasta recargar energías. Al haber unas cuantas yeguas ya acorraladas la mayoría de los caballos estaban vigilándolas y sería casi imposible escaparse. Las guié hacia ellos y luego me aparté, yendo a buscar más.
Wild:
-No, Afri, escucha, estaré bien, necesito que te vallas ya. No piensan hacernos daño, a los machos sí, ya verás, pronto estaré contigo, te lo pido.. Porfavor- Le susurré acariciando su morro. Giré mi cuello hacia las yeguas ya secuestradas, Tormenta, Ginger y muchas más, creí ver a Montse también, pero eso me resultaba muy raro, me preocupé por ellas, quería sacarlas ya, pero si iba me atraparían los demás, esto empezaba a parecerce al Poli Ladron, pero mucho más complicado y peligroso.