- Ah... de a cuerdo... -al menos no dolían, algo era algo. Esperé junto a Bev una vez que lo alcancé, sumida en mis pensamientos. suspiré y apoyé levemente mi cabeza sobre su cuello, asegurándome que no hubiese ninguna herida antes de tocarlo. No podía creer que Ares hubiese hecho tanto daño a mi amigo, pero por otro lado lo veía completamente capaz. A partir de ahora quería obligarme a no pensar en él, con el único motivo egoísta de que, de esa manera, no sintiera ese punzante dolor en el pecho pensando que se había ido, por el bien de muchos, para prevenir ciertas situaciones. En parte era verdad, pero en parte no. No creía que a él eso le resultara gratificante, tampoco lo era para mí. Tenía tantas dudas, y quería aclararlas cuanto antes, pero sería mejor esperar. Por suerte, así como rebosaba de preguntas, había logrado aclarar algo particularmente importante para mí: lo que sentía por Bev. Aunque hacía tiempo lo sabía y lo ocultaba, me convencía a mí misma de que no era nada.
Clup Hipico