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Para los amantes de los caballos o ponis, que pueden ser desde amazonas o ginetes hasta caballos y ponis


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Reencuentro [Caballos-Humanos] -ABIERTO-

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Layla (epi)

Layla (epi)

Llegar al bendito claro fue una bendición, las piernas me dolían por la falta de costumbre de montar y aún más por la falta de silla, además de que los mareos habían hecho acto de presencia otra vez. El doctor había dicho que eran una cosa completamente normal en una etapa tan temprana, pero para mí jamás sería normal tener náuseas tan seguido. Desmonté de Afri y lo dejé descansar un par de minutos al ver que Bev también se detenía un poco a reposar, pero no lo culpaba por nada. Se le veía tan cansado y magullado que seguramente llevar a Ethan acabaría dañándole al doble. Suspiré y estiré un poco las piernas antes de buscar a mi prometido con la mirada, encontrándolo y sonriendo como acto involuntario. Fui caminando despacio, esperando que los árboles dejaran de bailar entre sí de un momento a otro, pero cuando estaba ya cerca de Eth el suelo seguía terco en querer moverse. Lo abracé de lado, disimulando todo hasta que por fin pude ver las cosas derechas antes de hablar. -¿Por qué crees que estén así?- ¿había caminado derecha? Esperaba que sí. En cualquier caso podría decir que no había desayunado y ya: estar en ayunas a mediodía y montar seguramente marearía a cualquiera. Claro que me daría una tunda, pero peor sería si le decía que estaba embarazada. Y aún quería guardarle la sorpresa. -Quiero decir, Maris se ve tan bien, pero Bev...- parecía que alguien o algo se había aprovechado del más pequeño, que aunque no débil, de todos. Los ponis eran conocidos y reconocidos por su resistencia ante todo, pero aún así era el más dañado de los cuatro y no lograba encontrarle una explicación medianamente coherente. Esperaba que todas las dudas se resolvieran más adelante, cuando por fin llegáramos a donde los sementales nos conducían, pero con todo, tenía miedo. ¿Qué nos esperaba?

27Reencuentro [Caballos-Humanos] -ABIERTO- - Página 2 Empty Re: Reencuentro [Caballos-Humanos] -ABIERTO- Miér Abr 18, 2012 12:57 am

Soy Africano Z

Soy Africano Z

El encontrar a Lay allí pudo aliviarme más que cualquier otra cosa en el mundo, sentí que una enorme carga se me quitaba de encima. Le devolví el abrazo con fuerza, demasiado feliz por verla, incluso la preocupación que me estuvo fastidiando todo ese tiempo desapareció durante unos escasos segundos. Cierto era que apenas estaba herido, pero si fatigado por todo lo sucedido. Saqué fuerzas de donde no había y me dispuse a seguir a todos camino a buscar a la yeguas. Notaba a Lay un poco distinta, algo extraña, pero le resté importancia, concentrándome en llegar lo antes posible y en que mi querida amiga se mantuviese siempre sobre mi lomo, podía darme cuenta, aunque no era mucho, que hacía bastante tiempo no montaba. Esperé pacientemente una vez que llegamos al prado, gracias a la presencia de Layla podía hacerlo.

28Reencuentro [Caballos-Humanos] -ABIERTO- - Página 2 Empty Re: Reencuentro [Caballos-Humanos] -ABIERTO- Miér Abr 18, 2012 1:23 am

Ethan (Ukyo)

Ethan (Ukyo)

Al ver al poni caer rendido sólo pude reprimir una mueca, suspirando y negando suavemente con la cabeza. Fuese cual fuese la razón, estaba mal, muy mal. Me quedé a su lado, estático, sin despegar mi mirada de él. Lamentaba muchísimo el tener que montarlo, más allá de que hubiese pedido mi ayuda en un primer momento, no se justificaba. Me giré, buscando a Lay con la mirada y viéndola venir hacia mí, recibiendo su abrazo no sin algo de sorpresa. Pasé mi mano por su espalda, dedicándole una sonrisa. Sólo ella lograba alegrarme en situaciones así, era un hecho. -No tengo idea. Llevo pensándolo desde que salimos del club- me quejé en voz baja, no encontraba ninguna respuesta que me resultase coherente a todo aquello, más aún viendo el estado de Bev. -Lo sé- respondí, encogiéndome ligeramente de hombros. No, no podía hacerme una idea de qué le habría pasado. -No creo que el montarlo mucho ayude- ceñudo como estaba pasee la mirada por el resto de los sementales, deteniéndome en Maris. Afortunadamente él sí estaba bien. -No, definitivamente no puedo seguir en Bev- me negaba rotundamente a seguir montando al poni, viendo lo magullado, herido y cansado que estaba, solamente serviría para que las cosas terminaran peor. De todos modos, con la presencia de las tres chicas quizás no me necesitaran. Al menos no demasiado. -Sólo servirá para agotarlo más- aseguré, observando todavía a Bevanlee, el cual descansaba tendido en la fresca hierba del claro. Además, las heridas de sus patas no lucían nada bien, por lo que considerando su tamaño y mi peso, era una locura.

29Reencuentro [Caballos-Humanos] -ABIERTO- - Página 2 Empty Re: Reencuentro [Caballos-Humanos] -ABIERTO- Miér Abr 18, 2012 2:57 am

Layla (epi)

Layla (epi)

No, montarlo no ayudaba. Pero ahora que habíamos llegado al claro podría ir, no sé, ¿en Maris? Afri no estaba tan herido, pero sí podría cansarse fácilmente estando débil como ahora. -¿Y cómo irías, entonces?- sí, sin duda alguna la pregunta del millón. Estaba cansándome de hacerle preguntas que sabía que no tenían respuesta concreta por su parte, pero aún así las hacía gracias a la vana esperanza de que él supiera la respuesta, esperanza que se cayó y desmoronó al ver que no llegábamos a nada en concreto. Venía siendo momento ya de dejar de especular y ver el motivo real de todo eso, pero a cada momento me volvía más insegura sobre si realmente fuera seguro para mí montar o no. No quería arriesgarme, pero, cielos, era tan difícil mantenerlo ocultado. Sentí mi corazón acelerarse ante la simple y sencilla idea de poner en riesgo la vida de mi hijo, y sentí dos fuerzas chocar dentro de mí: la fuerza del cariño que le tenía a todos los caballos en general sumada a la curiosidad del por qué estaba Bevanlee tan herido al igual que el resto de los caballos contra el amor que ya le tenía a mi bebé, hijo de Ethan también. Me mordí el labio con fuerza, haciendo que miraba hacia otra parte para que Eth no viera la confusión reflejada en mi rostro, mirando a todos lados y a ninguno en realidad. Finalmente decidí ir, aunque cuidando mucho el detalle de no traquetear mucho a lomos de Afri. Esperaba que él me comprendiera, después de todo los caballos eran mucho más sensibles que un humano, especialmente en cosas como ésta. -Sí, el pobre está agotado- accedí, retomando la conversación con su comentario sobre Bevanlee. Me sentía diferente, nueva, distinta, con un subir y bajar de emociones que a ratos me tenían triste y otros alegre, y ni Ethan podía remediar los momentos en que me sentía desesperada. Como este, por ejemplo, donde estaba ceñuda y enfadada sin saber por qué.

30Reencuentro [Caballos-Humanos] -ABIERTO- - Página 2 Empty Re: Reencuentro [Caballos-Humanos] -ABIERTO- Miér Abr 18, 2012 3:31 am

Ethan (Ukyo)

Ethan (Ukyo)

-No tengo idea- muchas preguntas, pocas respuestas. Era raro el no poder responder correctamente siquiera una de las miles de preguntas que Lay me había formulado, pero sencillamente no tenía forma de contestar. No tenía de de qué les podría haber sucedido a los sementales, tampoco lograba averiguar qué habría pasado con las yeguas. Observé a los demás equinos en el claro. Con todo el alboroto de Bev había perdido la preocupación por Pampa y Sombra, la cual no tardó en volver a mí en cuestión de pocos segundos. Mi mente hizo finalmente clic, por lo que esbocé una sonrisa y busqué con la mirada a mi caballo, encontrándolo finalmente. Unos arbustos me tapaban la visión del semental en cuestión, por lo que supe que si lo hubiese visto desde un primer momento, me habría ahorrado dar tantas vueltas. -Pampa- al fin una respuesta coherente y valedera. Me separé de Lay sólo para ver en qué estado estaba él, ya que cabía la posibilidad de que estuviese peor que Bev, pese a que era poco probable. Al llegar a su lado lo primero que hice fue abrazarlo. Siempre intentaba dejar de lado los sentimentalismos innecesarios, pero aquél realmente era necesario: muy necesario. Todo lo que lo había extrañado no tenía nombre, todo lo que me había preocupado porque estuviese bien. Finalmente me separé, observado cara a cara a mi caballo, riéndome suavemente. -Hola, muchacho- lo saludé finalmente, acariciando su frente con una mano mientras que me apresuraba a revisar su estado. Bien, no tenía heridas, únicamente algún que otro rasguño pero eran muy superficiales, por lo que sentí que me podía quitar toda la preocupación de los hombros, al menos todo lo que tuviese que ver con él, pues todavía seguía dudando por Sombra. -No sabes lo que me alegra verte, hoy más que nunca- me reí, ya que los nervios del momento se habían apoderado de mí, más que nada por la emoción y tranquilidad de comprobar que se encontraba bien. Luego de estar unos escasos momentos lo llamé, esperando sinceramente que me siguiese, volviendo hacia Lay y Bev. -Bien, creo que está solucionado, al menos por el momento- le dediqué una amplia sonrisa a la chica, agachándome hasta el poni y quitándole la brida, para que en parte descansase un poco más cómodo y no tuviese que cargar con la incómoda y en este caso innecesaria molestia del bocado.

31Reencuentro [Caballos-Humanos] -ABIERTO- - Página 2 Empty Re: Reencuentro [Caballos-Humanos] -ABIERTO- Miér Abr 18, 2012 3:37 am

Pampa

Pampa

¿Ethan? Ethan... ¡Ethan! Le devolví el abrazo con entusiasmo. Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que pasamos tiempo juntos... en esa ocasión en el prado, junto a Sombra, Lay, y los dos ponis. Uno de ellos estaba allí y se encontraba terriblemente herido. Hice una mueca al verlo. Seguí a mi querido amigo y dueño sin dudarlo, a paso rápido hasta donde estaba el poni, junto a Layla y Soy Africano. Me quedé junto a Eth en todo momento, sabía lo que haría ahora, así que esperé allí, algo entusiasmado de hecho.

32Reencuentro [Caballos-Humanos] -ABIERTO- - Página 2 Empty Re: Reencuentro [Caballos-Humanos] -ABIERTO- Miér Abr 18, 2012 4:29 am

Ethan (Ukyo)

Ethan (Ukyo)

Limpié un poco el bocado con el agua del pequeño lago que se encontraba en aquél precioso claro. De no haber sido por la situación, seguramente todos podríamos haber disfrutando de su belleza, pero en aquellos momentos donde no sabíamos si la vida de nuestros caballos corría peligro, sí era complicado concentrarse en otra cosa. Por más sencillo que pareciese, incluso prestar especial atención a la verde vegetación que nos rodeaba se había convertido en todo un reto. Dejé la brida en mi mano, observando a Pampa fijamente. Oh, vaya que me alegraba de tenerlo nuevamente a mi lado, aunque hasta que no volviésemos al club, la zona en la que todos estaríamos realmente seguros no podría tranquilizarme completamente. La impaciencia me mataba, las ganas de saber qué había sucedido. Nada me habría gustado más que lograr oír una explicación coherente y que encajara con toda la situación, viniese de quién viniese. Lo peor era que en aquellos momentos era imposible conseguirla, sólo restaba esperar. Suspiré y volví a dirigirle una mirada a todo el lugar, deteniéndome finalmente en Lay. Con lo rápido que habíamos partido tampoco había tenido la oportunidad de observarla de cerca, de prestar atención a sus preciosas facciones. Acaricié con mi mano derecha el cuello de Pampa, mientras que mi mirada seguía tranquila y cómodamente posada en Layla. -¿Qué pasa?- me aventuré a preguntar. Algo pasaba, no quería asegurar que algo iba mal, pues no sabía qué tan cierto era aquello. En realidad, no tenía idea de si en realidad algo sucedía, pero el rostro de Lay decía más de lo que quería o pretendía en realidad. Sus ojos me decían que algo la preocupaba, cosa que atribuí al tema de los caballos, ¿realmente era eso? Bueno, era lo único que me imaginaba. Quizás sencillamente todo aquél alboroto me estaba volviendo loco y no tenía idea de qué decía, quizás sencillamente ella estuviese preocupada por sus caballos, como todos lo estábamos. Aún así, mi genuino interés por ella me llevó a realizar aquella pregunta, a intentar despejar las dudas que avasallaban mi mente constantemente.

33Reencuentro [Caballos-Humanos] -ABIERTO- - Página 2 Empty Re: Reencuentro [Caballos-Humanos] -ABIERTO- Miér Abr 18, 2012 6:48 pm

eimy

eimy

Una vez que llegamos al claro, y hubo un rencuentro de caballos y humanos,por ejemplo ethan y pampa,me decidí a desmontar a torn,el pobre debía estar cansado.-¿como te sientes chico?- le dije dulcemente,mientras le acariciaba el cuello.Me era difícil no pensar en cammeron o en las de mas yeguas,incluso me torturaba la mente pensar que deje a azha y a su compañero equino en la playa.-tranquilízate eimy- dije por lo bajo,con la intención de que nadie me escuchara.
Fijé mi mirada en ethan a el pobre se lo veía preocupado y algo confuso.Me distrajo de ese pensamiento el dolor que sentía en mi brazo izquierdo,aún seguía sangrando.Me acerque al agua del claro.Allí limpie mi brazo.
Luego mire a torn,-chhst,chhst- lo llamé,quizas quería beber un poco de agua....

34Reencuentro [Caballos-Humanos] -ABIERTO- - Página 2 Empty Re: Reencuentro [Caballos-Humanos] -ABIERTO- Miér Abr 18, 2012 7:45 pm

Anita

Anita

Una vez llegamos a un claro del bosque, todos nos paramos a descansar. Quizá no por nosotros, sino por los sementales. Todos estaban exhaustos, heridos y magullados. Al parecer, de los cuatro sementales que habían ido a buscarnos, el que mejor estaba era Maris. La incógnita de qué había pasado aún continuaba sin respuesta, algo que me confundía. Desmonté a Maris y le di una gran dosis de caricias y mimos, todos los que no le había dado durante todo este tiempo en el que no lo había visto. -¿Estás bien?-inquirí, mirándole a los ojos. -No sabes cuánto te he echado de menos...-le susurré, apoyando levemente mi cabeza en su cuello. En aquel claro estaban todos los demás caballos que habían desaparecido, con alguna que otra herida también, pero no tantas ni tan graves como las del poni negro. Hice una mueca al verlo tendido en el suelo, con tantas heridas que parecían haber dejado de sangrar hacía poco tiempo. Estaba segura de que no sería capaz de seguir cargando en su lomo a Ethan, por mucho que se esforzase. Busqué con la mirada a Totilas, el cual, debería estar allí, con los demás. ¿Dónde estaba? Ni idea. Me separé de Maris para buscarlo mejor entre todos los sementales, hasta dar con él. Esbocé una gran sonrisa que no reflejaba ni la mitad de felicidad que sentía en aquel momento. Ahora estaba nuevamente junto a mis dos caballos desaparecidos, allí sólo faltaba Sea, el cual dejé en la pradera, junto a Talou. Y a la vez, también me faltaba a mi lado Jake. Hacía unos minutos que lo había visto y ya necesitaba volver a verlo. Solté un leve suspiro y me concentré ahora en observar a Totilas, para ver si tenía alguna herida más profunda e importante de lo normal. Parecía estar bien, sin apenas rasguño alguno. Me acerqué a él y le rodeé con mis brazos, feliz de volver a verlo. -Hola, pequeño, a ti también te he echado de menos.-le dije, acariciando su morro con cariño. Ahora, estaba tranquila, pues sabía que ambos equinos estaban bien. No me lo hubiese perdonado en caso de que les hubiera sucedido algo, sin duda. Lo importante ahora era saber dónde estaban las yeguas desaparecidas, pues parecía eso lo que ellos querían mostrarnos. Caminé nuevamente hacia el lugar en el que se encontraba Maris, llamando a Totilas para que me siguiera. -¿Tienen sed?-inquirí, paseando mi mirada entre ambos equinos y el pequeño lago que allí había.

Layla (epi)

Layla (epi)

Oh, cariño, pasa que serás padre. Y no sé cuándo ni cómo demonios te lo voy a decir. -Las yeguas- expliqué, esperando que se me diera algo el mentir. -Si Bev está como está...¿cómo estará Montse?- sí, aquello me ponía nerviosa, pero quizás no tanto. Bueno, Ethan también se había preocupado por sus caballos muchísimo, así que no veía el por qué no se creyera mi pobre explicación. Pobre, sí, pero necesaria. Por algún estúpido motivo u otro aún quería mantener todo en secreto, incluso si no había una razón específica, pero por ahora era obvio que no se lo diría. Estar en medio de la búsqueda de un montón de equinos perdidos desde hace una semana y soltar la sopa de repente no iba a resultar en nada bonito. "Oh, me preocupa mucho Montse. Pero Eth, ¡estoy embarazada!"...no. Definitivamente no. Y viendo el largo trayecto que nos quedaba por ir a caballo menos, seguramente no me dejaría ir y se las arreglaría para mandarme a mi casa. Veía perfectamente el por qué, pero era lo suficientemente terca como para insistir y dar lata en la misma cosa, así que me quedé en silencio, esperando discretamente su reacción a ver si realmente me creía o no. Me sentía mal al mentirle y ocultárselo todo, por qué negarlo, pero simplemente quería esperar a que fuera el mejor momento para decírselo. No ahora.

Ethan (Ukyo)

Ethan (Ukyo)

Ojalá pudiese creerle, ojalá. El tema en cuestión no terminaba de convencerme, sin embargo, no tenía derecho a reclamar nada. No al menos hasta estar seguro de que se trataba de otra cosa además de las yeguas. Asentí con la cabeza quedamente, desviando la mirada en cuestión de pocos segundos. Todo aquello era incómodo. Incómodo porque me molestaba dudar de ella, ¿qué sentido tenía? Después de todo, no tenía razón alguna para hacerlo. -Bien. Seguramente esté bien- aseguré, sin desviar la mirada de la mullida hierba que descansaba bajo nuestros pies. Debían estar bien, ella y todas las demás. Todavía guardaba una pequeña esperanza de que ninguna hubiese resultado herida, al menos no tanto como el pobre Bev. -¿Segura de qué sólo se trata de eso?- levanté ahora sí la mirada, clavándola en sus ojos con una fijeza peculiar, como intentando reconocer en sus ojos una señal de que todo aquello era cierto, o de que no lo era. Me acerqué a Pampa y le coloqué la brida con cuidado mientras aguardaba una respuesta, ya que el descanso se había aplazado bastante y quería estar preparado a la hora de partir. El ser terco como una mula solamente me había preocuparme más, tratando de despejar las mil y una hipótesis que aparecían en mi mente sin causa alguna. O al menos, sin ninguna razón justificada.

Marismeño

Marismeño

Al pararnos a descansar estiré mí ya adolorido cuello. Afortunadamente me encontraba bastante entero, pese a las múltiples heridas que adornaban mis patas no me sentía tan mal. Al menos no tan mal como los demás. Le dediqué una sonrisa mínima a Anita, realmente estaba contento de verla. Contentísimo. Sin embargo, mi mente vagaba ya muy lejos de ahí, pese a que me habría gustado poder concentrarme de lleno en los mimos de mi dueña, me era imposible. La abracé, ejerciendo apenas presión con mi cabeza, resguardándole en el espacio libre que quedaba entre mi cuello y mi pecho. -Estoy bien. ¿Tú lo estás?- me habría encantado recibir una respuesta, vaya que sí. Asentí suavemente con la cabeza para hacerle saber que me encontraba bien. Hacía tanto que no la veía que una oleada de culpabilidad me recorrió de cabo a rabo, todavía recordaba mi estúpida decisión de alejarme un tiempo de todos, ahora daría todo lo que estuviese a mi alcance por tener a Ginger y a Tormenta cerca, sin mencionar que no pensaba volver a alejarme de mi dueña. -Y yo- le dediqué una sonrisa ahora más visible, dándole un toquecito que desbordaba cariño con mi morro. Era la dueña ideal, me comprendía mejor que nadie y se preocupaba como pocos por mi salud. Al verla dirigirse hacia Totilas me quedé en mi lugar, quieto, observando la escena. Apenas y tenía relación con el otro caballo de Anita, habíamos cruzado alguna que otra palabra, aunque no podía negar que los celos me carcomían cada vez que recordaba su animada charla con Tormenta en mis momentos de ausencia. Gruñí por lo bajo, espantando algunas moscas y desviando la mirada bruscamente del semental. No era momento para hacerle frente ni buscar problemas, pero sí era un hecho que me debía una buena charla. Ante su pregunta me acerqué, ciertamente no tenía sed, pero era un buen momento para aprovechar a beber un poco. Me acerqué y disfruté de la refrescante agua del lago.

Layla (epi)

Layla (epi)

Ugh.. Tan terca era yo como lo era él, al parecer. Y el sentir su mirada sobre mí no ayudaba mucho, tampoco. Y la bipolaridad típica del bendito embarazo, tampoco. Y la tensión de ocultarle algo de tamaña importancia a Ethan, tampoco. Ah, querido, puedes adivinarlo tú solito. ¿Podría o no podría? Quizás sí, quizás no. Si era no, resultaría una fatídica carga hasta que pudiera decírselo sin que resultara inapropiado, pero viendo la situación del momento no veía aquella oportunidad tan preciada mínimamente cerca. -Segura- me obligué a mí misma a levantar la mirada y sostenérsela el tiempo que pude, notando que me costaba mucho trabajo escrutar su mirada con la misma intensidad que él sin sonreír como boba. Me mordí el labio por dentro, intentando no chillarle todo a Ethan al menos el tiempo que tuviera que verlo así, de frente, sin ninguna barrera que pudiera serme útil en mi defensa. Percibí con el rabillo del ojo que Afri se acercaba, quizás para preguntarme también si todo iba bien o sólo porque me extrañaba. Cualquiera que fuera el motivo se lo agradecí en el alma, y desvié la mirada hacia él para acariciarlo después. -Tú lo sabes. ¿A que sí?- susurré, en una voz tan baja que sólo una mosca que se metiera en medio podría escuchar con claridad mis palabras. -Tú sabes lo que pasó- mencioné en voz más alta ya, sin temor a que mis palabras fueran escuchadas por oídos poco aptos ahora. -Si sólo pudieras hablar, chico- ah, sí, si pudiera. Diría tantas cosas, sin duda. Me devané los sesos buscando alguna palabra que resultara apropiada para las circunstancias, añadiéndole algo de angustia a la tensión del momento para dejar bien claro, sin lugar a dudas, que sólo me preocupaba por Montse y por nadie más. -Si vinieron a buscarnos es porque pasó algo realmente malo- murmuré. Muy bien. Ahora sólo restaba esperar que el bendito Bevanlee se levantara y se dignara a seguir adelante antes que en la mente de Ethan pudieran nacer más sospechas sobre lo que me podría estar pasando en realidad.

Bevanlee

Bevanlee

Una vez que me creí listo para seguir adelante sin caerme en el camino me levanté, me sacudí y miré a mi alrededor, notando que Ethan ya tenía otro caballo. No era la yegua negra que había visto aquel otro día, pero por lo menos tenía la pequeña seguridad de que ya no tendría que soportar su peso en mis espaldas. Resoplé de alivio, bufando después y acercándome al par de tórtolos que charlaban sobre algo con sumo interés. Algo estaba raro en la chica. Su comportamiento, sus ojos, todo. No lograba percibir el qué exactamente, pero bueno, me importaba poco menos que un bledo ante la preocupación que aún guardaba con Montse. Relinché y empujé de nuevo al chico, Ethan, atravesando el claro y partiendo después a trote a través del sendero del bosque, ahora más amplio por el vasto número de pares de cascos que lo habían cruzado. No conté cuántos sementales eran, pero sí fueron los suficientes quienes cruzaron para dejar un camino claramente marcado, lo que me alegró muchito. Mantuve un ritmo lento, fácil de seguir para todos, especialmente viendo lo cansados que estábaamos los cuatro.

Ethan (Ukyo)

Ethan (Ukyo)

-Bien- me limité a desviar la mirada y clavarla en la vegetación que nos rodeaba. ¿En qué estaba pensando al dudar sobre ella? No tenía razones, nunca me había mentido y estaba seguro de que podía confiar en ella siempre, más allá de todas las circunstancias. Acaricié a Pampa, dedicándole una amplia sonrisa en un pobre intento de alejar todas las ideas que circulaban por mi mente, confundiéndome quizás más que antes. Atiné a vislumbrar la figura de Afri acercándose a Lay, por lo que dirigí mi mirada hacia ellos, ensanchando un poco más mi sonrisa. Me hacía bien verla feliz, dejando de lado la preocupación, me alegraba muchísimo porque el semental negro estuviese bien, pues le había tomado cariño pese a no haberlo montado nunca. Dudaba que el sentimiento fuese mutuo, pues todavía tenía grabada en mi mente su mirada de reprobación cada vez que me acercaba a Lay en el pasado, ahora afortunadamente había parecido aceptarme. O al menos, tolerar que compartiese una cercana relación con su dueña y compañera. Desvié mi mirada, clavándola por décima vez en los últimos diez minutos en el poni. Me preocupaba enormemente el verlo tan mal. Pasados unos minutos él volvió a levantarse, a lo que hice una mueca y me ahorré las preguntas. La típica frase: “¿estás bien?” sobraba, pues no, no lo estaba.
-Positivismo ante todo, cariño- le recordé a la chica al oír sus palabras, pues ciertamente no me ayudaba a tranquilizarme que me dijese aquello. Quería pensar que nada había pasado, sin embargo me era difícil, más aún al oír aquél tono de pesimismo notable en su voz. Al notar la impaciencia del poni por partir nuevamente asentí con la cabeza, montando a Pampa no sin algo de dificultad. La alzada de ambos no variaba demasiado, pese a que mi caballo era un tanto más alto que el poni, no imaginaba si midiese un metro ochenta o similar, me habría tardado un buen rato tratando de montar por falta de costumbre. Sostuve las riendas, cediéndole mucha para que fuese cómodo. Partimos detrás de Bev, siguiendo su ritmo sin demasiada dificultad. Hacía ya bastante no montaba, hecho que se notaba.

Layla (epi)

Layla (epi)

Positivismo...ya casi ni podía recordar con claridad lo que significaba. Miré a Bev y su modo tan peculiar de decir que ya era hora de partir y monté en Afri, yendo última, siguiendo el mismo orden que habíamos tomado al partir del club. Noté que el sendero por el que nos guiaba el poni negro ahora estaba más marcado, como si fuera una manada de desesperados la que había cruzado la espesura del bosque sin molestarse en no dejar algún señuelo tras de ellos. Bueno, significaba que en realidad habían tenido mucha prisa en conseguir algo de ayuda, y habían hecho bien en ir a la hípica y pedírnosla a nosotros, aunque la verdad fuera dicha poco o nada sabíamos mas que confiábamos en el instinto de nuestros caballos para saber lo que estaba bien y lo que estaba mal. Casi todo estaba mal, al menos desde nuestro punto de vista, pues poco de positivo se le podía sacar a todo aquel embrollo. Y más aún en nuestras condiciones actuales.

Bevanlee

Bevanlee

Tardamos alrededor de un cuarto de hora en llegar al claro donde los salvajes nos habían obligado a separarnos de nuestras queridas yeguas, y realmente ya no soportaba las ansias ni un momento más. En cuanto vi con claridad que la gran mayoría estaba en perfectas condiciones, reunidas en un pequeño rincón, mi corazón dio un vuelco. ¡Estaban bien! Ares había tenido razón. No les habían hecho nada malo. Vi a un ser blanquecino, como el fantasma que nos había guiado, trotar alegremente alrededor mientras apartaba a los machos de las yeguas y llevaba a éstas al grupito del centro. Busqué con desesperación a Montse, notando que mi cuerpo reaccionaba antes que mi mente corriendo como bólido hacia el sitio donde logré ver a una poni blanca, aterrada y asustada, pero perfectamente bien. -¡MONTSE!- grité, estampándome contra la yegua y abrazándola tan fuerte como pude. ¿Qué pensaría ella? ¿Qué pensaría...Ares? ¿Nos habría seguido? ¡Qué importaba por ahora! Lo único que sentía en esos momentos era alivio, un alivio indescriptible de tenerla ahí, a mi lado, otra vez, sabiendo que estaba sana y salva. Siquiera mínimamente herida como me la había imaginado tantas veces.

Soy Africano Z

Soy Africano Z

El tener a Lay allí había logrado calmarme un poco, me dio suficiente paciencia como para no correr desesperado en busca de la yeguas. En cuanto las divisé, busqué rápidamente a Wild y Sombra, el resto de las yeguas también parecían estar bien. Mis ojos se quedaron sobre la purasangre torda, como si hubiese pasado una eternidad desde la última vez que la había visto. Al tener a Layla sobre mi lomo me contuve como pude para no correr hacia ella, esperé con paciencia. Notaba algo realmente extraño respecto a mi dueña, pero no podía hacer mucho, le resté importancia inconscientemente, pues lo único que deseaba era ir con Wild.

Ares

Ares

Ah, bien. Yo había hecho que ellos lograran llegar hasta allí. Yo los había sacado del bosque, incluso yo los había llevado hasta el asqueroso club, y cuánto me arrepentía. El miserable de Bevanlee siquiera había tenido una cuota de respeto hacia mí, el que les había salvado la vida, ni más ni menos. Ahora sí que habría disfrutado de aplastar su débil y asqueroso cráneo con uno de mis cascos, ejerciendo apenas una cuota diminuta de fuerza para acabar con la vida del miserable poni. Argh, idiota, estúpido. ¿Por qué no lo había matado cuando había tenido la oportunidad? Me habría ahorrado tantos disgustos que comencé a castigarme mentalmente por haber sido compasivo. Nunca más lo sería, nunca. Me obligué a prometérmelo a mí mismo, pues al fin había descubierto que absolutamente todos los caballos del club eran igualmente idiotas y ridículos. Pero aquél semental sencillamente me sacaba de mis casillas. Observé desde mi escondite entre los espesos árboles del bosque la conmovedora escena del reencuentro los tortolitos, por lo que no pude reprimir un bufido de pura furia. Ay, rezaba para no cruzarme con el idiota de Bevanlee, pues podía asegurar plenamente que me divertiría muchísimo acabando con su patética vida. El aire se volvió espeso, mis ideas se mezclaron y en mi interior creció una llamarada punzante alimentada puramente por todo aquél odio, el cual crecía y crecía cada vez más a cada instante que pasaba.

Montserrat

Montserrat

Junto a las demás yeguas me sentía un poco más segura, pero tenía un enorme temor por dentro, que se centraba en el estado de Bev, y la mis dudas sobre Ares, si se encontraba allí también, tal y como Circe y Karsten... si realmente fuera de esa manera, tenía que encontrarlo y hablar con él. A pesar de todo, lo extrañaba montones, era mi amigo después de todo.
Oí una voz muy familiar, pero creí que era sólo mi imaginación, hasta que levanté la mirada para encontrarme con el poni negro que tanto quería y preocupaba, abrazándome. No noté a nada ni nadie más. Le devolví el abrazo una vez que pude reaccionar. ¿Realmente estaba allí? sí, así era, pero pude notar las heridas que lo cubrían, por lo que hice una mueca, sin soltarlo.
- Bev... ¿estás bien? -mi sonaba algo alegre, inevitablemente, pero también había en él un tono de preocupación. Yo estaba en perfectas condiciones, más ahora que estaba con Bevanlee, pero él tenía herido todo el cuerpo.



Última edición por Montserrat el Jue Abr 19, 2012 4:15 am, editado 1 vez

eimy

eimy

En fin partimos.Llamé a torn,este se acercó-tranquilo chico,te has comportado muy bien-le dije dulcemente.
Luego lo monté,y empezamos a seguir al pony negro.En el camino pensaba miles y miles de cosas,de como estaría cammeron,en donde estaría,hasta la estúpida idea de que estaría preniada.
Luego mis cientos de pensamientos fueron interrumpidos por un relincho.Luego noté que era el de tornesch-que pasa chico tranquilo,lo estas haciendo muy bien-le dije susurrandole al oído,era de entender que el semental estuviera cansado.Me concentré en el sendero,mi mirada se dirigió hacía el piso para observar las marcas de cascos que habían dejado suponía las yeguas en la tierra húmeda.Todavía se podía apreciar ese olor a bosque.Que me agradaba bastante.Me distraje de mis pensamientos al ver que torn redujo su trote corto a un paro repentino.Mire hacía adelante-oh por dios-dijé casi en un grito,eran las yeguas.
Desde allí se podía divisar a cammeron.
Yo,estaba montando a pelo,sujeté fuertemente las crines de torn y lo taconee fuertemente,indicandole que debía partir al galope.Torn obedeció,nos acercamos rapidamente a las yeguas.le indiqué a torn que se detuviese,este hizo caso sin ningun problema me sorprendía la obediencia del semental,considerando que nunca lo había montado.
-muy bien chico- le dije suavemente,luego lo desmonté y me acerque a cammeron lentamente para ver su reacción



Última edición por eimy el Jue Abr 19, 2012 5:28 am, editado 1 vez

Bevanlee

Bevanlee

¿Bien? Estaba vivo, y eso ya era ganancia. -Me lastime un poquito en el bosque- no tendría caso decir que su queridisimo y buenisimo amigo Ares habia tenido serias intenciones de matarme demasiadas veces, asi que sencillamente no se lo mencione. No deshice el abrazo al ver que ella seguia, pero con todo si alcane a escuchar el claro bufido de desaprobacion del fantasma. Nos habia visto. Ahora sí me aparte, mirando a Montse a los ojos con una seriedad inusitada en mi. -Creo que hay un amigo que quiere verte- comente sin sonreir. Oriente mis orejas hacia la direccion de donde habia logrado percibir el bufido de Ares, sin tener el orgullo necesario ahora para dedicarle una mirada. Estaba demasiado enojado, y lo unico que podia hacer por ahora era alejarme y dejarlos charlar a solas, esperando que a la poni no le pasara nada a manos de el. ¿Tenía por qué? Si, por ser ella mi amiga

Cammeron

Cammeron

En un abrir y cerrar de ojos, estaba en aquel lugar, reunida con las demás yeguas y caballos. Antes, noté como un caballo con una ligera transparencia me llevaba allí, pero ni cuenta me dí de aquello.
Ví a muchos jinetes y amazonas, saludandose y reencontrándose con sus respectivos caballos y/o yeguas. Me sorprendió ya que, no encontraba a Lucero, ni a Ankira. Me preocupaban, ambos.
Moví mis orejas hacia un costado y ví a una amazona montada en un caballo que aún no conocía, pero que creía que había visto con el grupo, antes de que fueramos secuestradas.
Se acercó y yo dí un paso a atrás. Y otro. Y luego otro. Relinché con fuerza y levanté mis patas delanteras. Una desconocida se acercaba a mí, como si fueramos amigas de toda la vida.
Me calmé y dejé de relinchar, sin embargo, cada paso que daba aquella amazona, lo daba yo, en reversa, hacia atrás.

eimy

eimy

Era de entender,Yo había comprado a cammeron ya que la había visto un par de veces en las pistas de entrenamiento o en el prado,pero la había visto a cierta distancia nunca la había montado ni había tenido real contacto con ella.Solo había arreglado el precio con galoguey y bueno todos los papeles de propiedad.Y luego camm desaparece con todos los caballos.
Quizás debí haber pensado mas mi decisión de venir aquí a rescatarla.¿que rayos esperaba? que la yegua me diera toda su confianza y todo su cariño de la nada.En fin yo era así.
Cada paso que yo daba,cammeron lo daba en reversa a mi.-tranquila,chica no te haré daño- le dije suavemente mientras cogía un pedazito de zanahoria que sorprendentemente tenía en mi bolsillo.

Tornesch

Tornesch

Ya habíamos llegado, aunque no sabía si alegrarme o entristecerme por ello. ¿Dónde estaba Shaw? Verla me alegraba y me aterraba de sobremanera al mismo tiempo, porque pese a todo la seguía queriendo aunque ya no estaba completamente seguro si ella sentía lo mismo hacia mí. ¿Realmente se habría enfadado? ¿Tanto como había dicho el fantasma? En realidad no había ningún motivo para creerle a Ares, pero tampoco había razones para pensar que me estaba mintiendo. Nos acercamos lentamente y sentí a la chica que me montaba bajar de mi lomo, lo que me dio la libertad de ir y venir por donde quisiera, al menos mientras agrupaban a todas las yeguas. ¿Dónde estaba Shaw? Después de buscarla un rato con la mirada logré verla, estaba platicando con la árabe Mishaal. Cielos. En su faz no se veía algo que reflejara alegría realmente, y casi lo mismo se podía decir de su amiga negra. Verla me heló de pies a cabeza, sin saber si era miedo o emoción de verla otra vez. ¿Me acercaba? ¿La ignoraba? ¿Dejaba que ella viniera? Si venía era muy probable que me reclamara todo en la cara. Tendría que ir yo, pero no sabía cómo acercarme. ¿Hacerme el inocente y dejar que me soltara toda la sopa de un tirón? ¿O ir apenado, como un chucho acobardado con el rabo entre las patas? Fingir se me daba pésimo, y no estaba lo suficientemente relajado como para aparentar inocencia, pero no tenía las agallas para acercármele con miedo. Mi orgullo me lo impedía. Genial. Sin darme cuenta mis patas comenzaron a avanzar por sí solas, deteniéndose una vez que mi mente se dio cuenta de ello. Iba claramente hacia donde estaba la hanover, con su amiga tan querida. Vacilé sobre si quedarme ahí o seguir avanzando, dejando que mis patas reaccionaran antes que mi mente. En poco tiempo ya estaba prácticamente a un par de metros por detrás de ella, habiendo rodeado el pequeño claro que servía de punto de reunión a las capturadas y viéndola desde atrás. Mishaal podría verme claramente si la luz estaba en mi contra y si lograba despistarse y verme en movimiento. Bueno, ya estaba ahí, y no iba a durar eternamente cavilando sobre si hablarle o no. Terminaría haciéndolo, de todos modos. -¿Shaw?- susurré, titubeante, sin saber exactamente qué tono de voz usar y sacando el más sincero: uno asustado, como me sentía en realidad. Me quedé de una sola pieza esperando su respuesta, o su reacción, o lo que fuera.

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