aún me quedaba mucha energía, estaba ansioso, pero tranquilo a la vez. Layla me felicitó con unas caricias y una golosina que comí felizmente. Se bajó de mi lomo y armó otro circuito completamente distinto, con vallas a diferentes alturas, para practicar las medias paradas, controlar las velocidades y las vueltas: todo un entrenamiento intensivo.
Partimos al galope hacia el primero obstáculo, que era un Oxer. Lo salté sin dificultad, Layla iba controlando la velocidad en cada tramo. Apenas aterricé me pidió más galope y, casi llegando al tendido tuve en frente la segunda valla, luego de hacer casi una media vuelta vuelta en la que había que ganar tiempo. Salté el segundo oxer con mayor impulso, a causa de la velocidad y el tamaño, que era mayor que el anterior. Para llegar al 3° oxer hicimos lo mismo que de la 1° a la 2°, aumentando la veocidad y controlándola una vez recuperada la línea recta, en la que llegábamos al salto luego de 2 o 3 gaopes. Llegamos sin problemas, la altura era la misma. Pasamos por una pequeña ría que salté sin la más mínima dificultad, doblando en seco hacia el 4° osbtáculo, una vertical, seguida de un oxer, es decir un corral doble. Al llegar la línea de salto aumenté la zancada para llegar con más fuerza al Oxer, cuya altura aumentaba respecto a los demás obstáculos. Dimos toda una vuelta hacia el 6°, acelerando considerablemente. La distancia era mayor en aquel oxer por lo que fui alargando la zancada e impulsándome y volando sobre las vallas con agilidad y destreza, algo justo en la distancia puesto que llegué muy acelerado, pero sin derrivar nada. Al 7° obstáculo había una gran distancia, Layla me pidió acelerar pero me contuvo más esta vez, aunque era una vertical su altura era algo mayor a 1'20cm. Lo salté sin problemas, llegado justo y perfecto, bien prolijo. En la resepción me descontrolé un poco, acelerando. Layla fue retándome con la rienda eterna del momento hasta que llegamos a la línea del 8° salto, que se trataba de otro corral, triple esta vez: una cruzada de 80cm. una vertical de 1m. y u oxer de 1'20cm. Fue tranquilo, seguro y limpio, no presentó dificultad. El 10° salto se encontraba a poca distancia y era una ría, mucho más difícil que la primera. Me concentre en mi galope, manteniendo un ritmo constante hasta el final, bastante rápido. Al llegar me impulsé controlando mi fuerza, salió naturalmente, y volamos junto a Layla de forma prolija y limpia, aterrizamos y la 11° y último obstáculo esperaba a unos pocos metros. Volámos por sobre el oxer de forma segura y orgullosa. Terminamos el recorrido entre relinchos y felicitaciones. Layla me dejó descanzar, me aflojó la cincha y me sacó el cabezal, sabida que me comportaría. Me dió unas golosinas y nos fuimos al prado a tomar un descanso.