A eso de la madrugada, me desperté, algo inquieta y decidí caminar un poco; me aseguré de no despertar a Gináh al salir. Despacio y en silencio di vueltas por los boxes, asomándome a la gran mayoría, hasta que tuve el de Hickstead en frente, ¿estaría enfadado por haberme ausentado un tiempo? La yegua parecía estar bien, el también claramente, pero no era eso lo que me estaba preocupando en ese momento, tal vez me guardara algo de rencor. Me arriesgué a entrar, haciendo poco ruido, pues no estaba segura si estaba dormido ya o no.
- ¿Hick? -susurré con un tono suave y cariñoso, sin poder evitar sonreír al ver a aquel preciosismo semental castaño. Lo había echado mucho de menos y me sentía algo culpable por haber dejado pasar un tiempo sin venir, al menos, a avisarles que estaría ocupada y no podría venir seguido. Me puse de cuclillas a su lado, a una distancia un poco considerable.
- ¿Hick? -susurré con un tono suave y cariñoso, sin poder evitar sonreír al ver a aquel preciosismo semental castaño. Lo había echado mucho de menos y me sentía algo culpable por haber dejado pasar un tiempo sin venir, al menos, a avisarles que estaría ocupada y no podría venir seguido. Me puse de cuclillas a su lado, a una distancia un poco considerable.