Clup Hipico
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Para los amantes de los caballos o ponis, que pueden ser desde amazonas o ginetes hasta caballos y ponis


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Con La Manada Salvaje -APARTADO ABIERTO-

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Seabiscuit*

Seabiscuit*

(Gale):

Desvió la mirada. El decirle dónde estaban no había sido un error, había sido una metida de pata monumental. Diablos, qué error acababa de cometer. Entrecerró lo ojos, bajando la mirada y clavándola en la fría hierba en cuanto Shawna comenzó a hablar. Tenía razón. Habían llegado a un punto en el que Gale sentía que siquiera podían mantener su palabra, la palabra que supuestamente valía oro, no valía nada en aquellos momentos. Habían usado aquella pantomima de que estarían a salvo en el club, siendo que ahora estaban en el bosque, seguramente perdidos, tratando de volver. Suspiró y se levantó de forma súbita, alejándose un par de pasos. Ni siquiera podía mirarla a los ojos, la culpa lo carcomía de una manera insoportable. - Damos asco -murmuró para sí mismo. Y él se daba asco a sí mismo. Más que todos los demás, más que el líder y su mano derecha, más que Farouk con su constante malhumor o cualquiera de los demás caballos que se hubiesen prestado para esa horrible tarea. Él se daba asco a sí mismo, porque era como si se traicionase. Sí, era eso, ni más ni menos que una traición propia, a su naturaleza, a su manera de ser y de ver las cosas- lo siento, Shaw, perdóname -se volteó y en sus ojos se logró percibir una desesperación incluso mayor a la de ella. Estaba perdido, desconcertado. Se odiaba, odiaba aquella vida, odiaba todo lo que tenía que hacer diariamente y lo peor, era que odiaba no tener el valor de simplemente irse, al club por ejemplo. Le parecía imposible. Temía, ciertamente, a lo que pudiese sucederle en cuanto pisase el club. Con humanos, con otros caballos... No. Se quejó por lo bajo, bajando su mirada y clavándola en la húmeda tierra- de verdad lo siento, yo... no quería... -¿de qué servía disculparse ahora? Las cosas estaban hechas, no había vuelta atrás. Se le escapó un sollozo, mientras negaba suavemente con la cabeza. No podía creer hasta que punto había llegado. Como si fuese poco, demostraba lo decepcionado de sí mismo que estaba frente a ella. Había llegado ya al límite y sentía que no podía más. Tenía que buscar una salida lo antes posible.

Shawna

Shawna

Shawna:

Me quedé expectante, aguardando una respuesta, una reacción, por más mínima que fuese. No obtuve nada a cambio, simplemente él se levantó y se alejó. Y lo entendía. Entendía el porqué de aquello, no era rabia, al menos no era rabia contra mí. Era consigo mismo, era rabia, vergüenza, culpa, por hacer lo que hacía sin quererlo realmente. Suspiré, levantándome de mi lugar y observándolo. Lo escuchaba balbucear algo, sin embargo mi oído no era capaz de entender con claridad cuáles eran sus palabras. No tenía idea de qué hacer, pues pese a todo sabía que necesitaba un tiempo a solas, por más mínimo que fuese, tenía la necesidad de pensar las cosas. Sonreí nuevamente, poco, pero sonrisa al fin. Me acerqué a beber un poco más de agua, girándome y depositando mi mirada en el semental, que seguía de espaldas. Y habló. Aquellas palabras me causaron ternura y cierta lástima a la vez. Pobre Gale, fue lo único que atiné a pensar en el momento. -No importa, Gale- le aseguré, dedicándole ahora sí una sonrisa aceptable para infundirle al menos una falsa sensación de tranquilidad. Sí importaba, claro que sí, ¿pero de qué servía echárselo en cara al pobre en aquellos momentos? Avancé un par de pasos, cuando una nueva disculpa brotó de la boca del semental. Negué con la cabeza y sentí la necesidad de acercarse a él y darle un abrazo, por lo que lo hizo. Rodée su cuello con suavidad y ligereza, apenas rozándolo, pero dándole a entender que no tenía porqué culparse. Las cosas habían sucedido sin que él lo quisiese en verdad, y ahora lo que importaba era el presente. -No te culpes- le exigí, dándole un empujoncito amistoso con mi morro. A fin de cuentas, se podía decir que llegaba a considerarlo mi amigo allí. Un amigo que había logrado conocer en situaciones poco adecuadas para que una buena relación surgiese, pero que a fin de cuentas, lo había hecho. Y considerando que hacía apenas un día como mucho que nos conocíamos, era difícil confiar en él. Pero por varias razones, podía estar casi segura de que era diferente. -Ahora, sonríe y deja atrás esa postura tan triste, que aunque no lo creas no me gusta verte así- le dí un empujón ahora con mi grupa, desestabilizándolo un poco, para luego comenzar a caminar y alejarme del lago. -Venga, ven, que quiero una carrera contigo- lo llamé, obligándome a mí misma a sonreír. Si yo no lo hacía, ¿quién lo haría?

Circe

Circe

-Su nombre también es muy bonito, milord Dark- me reí, decidiendo dejar de una buena vez aquella estúpida postura supuestamente educada, que ya había logrado confundirlo al menos un poco, como se lograba ver en el brillo de sus ojos. Noté que le dirigía miradas furtivas a la apaloosa, su acompañante, así que lo mejor sería sacarlo de ahí. Pronto. A cualquier otro lugar, cerca de ahí, pero lejos de ella, de ellas, las yeguas ligeramente más astutas y sensibles que podrían detectar mi presencia y mi naturaleza muy fácilmente, demasiado rápido para mi gusto. Solté un dulce suspiro que no indicaba aburrimiento, sino una melancolía muy extraña. Ansias. -Verá. Soy una pobre yegua errante que no sabe ni por dónde va. He llegado aquí ayer, y los he visto llegar a ti y a tu manada. Apuesto a que un ser tan noble como usted no negaría el presentarme los alrededores de éstos lares, ¿o sí?- gorgojeé, dedicándole una sonrisa que se ofrecerían un par de buenos amigos muy cercanos, cargada de confianza. -Podría asegurar que conoce muy bien usted las tierras por donde estamos, ¿o me equivoco?- sacudí mi cola con un gesto alegre, casi infantil, y curioso, reforzando mis palabras. Ninguna de mis acciones contrariaba mi supuesta inocencia, aunque ciertos movimientos reforzaban aquellas frases que salían de mi boca con un tono suave, cautivador, un leve susurro como la quietud de la noche; entretejiendo una red de encantos y hechizos destinados para convertir a aquel semental negro en una especie de títere... siendo yo la titiritera. Lo que sabía hacer mejor. Ser manipuladora. Sensual. Letal.

Dark Night

Dark Night

-Gracias, Circe.-agradecí, dejando ya a un lado aquella formalidad y educación con la que conversábamos. Aquella yegua se mostraba bastante amable, algo a lo que no estaba demasiado acostumbrado, pues la mayoría de los equinos que conocía eran serios y solitarios. Tanta amabilidad acababa dándome asco. Hice una mueca, negando ligeramente con la cabeza. Circe se mostraba bastante abierta a conversar de lo que fuese, y parecía bastante curiosa. Estaba algo desconcertado ante su comportamiento. Era amable, pero por otro lado parecía ocultar algo, además de lo extraña que me resultaba. No parecía una yegua normal y corriente como cualquier otra. Ella era diferente. Sus palabras consiguieron sacarme de aquellos pensamientos en los que me encontraba sumergido en aquellos instantes. -Vaya, no todos los días una yegua se pierde sola por estos lugares y vive para contarlo...-comenté, algo asombrado al oír su historia. -Con mucho gusto te mostraré todo el lugar. Parecía adquirir confianza a una gran velocidad, aunque no conociese de nada al ser con el que conversaba. Totalmente al contrario de mí. Asentí levemente ante lo siguiente que dijo. -No te equivocas, éste es mi hogar, lo conozco a la perfección.-aseguré, levantando mi cuello, con aires orgullosos, esbozando una sonrisa satisfecha. -¿Por dónde prefieres ir primero?-inquirí, mirándola a los ojos. La belleza de aquella yegua parecía irreal. Era excesiva. Solté un gruñido por lo bajo, obligándome a concentrarme. Yo no era así; tan amable y noble. No. Pero aquella yegua parecía ponerlo todo bocabajo. Negué ligeramente con la cabeza, obligándome a ser yo mismo, otra vez. Miré a Cammeron. ¿Ella nos acompañaría? Ni idea. Me acerqué algo más a la yegua apaloosa, sin restarle atención a Circe. -Eh, ¿qué te parece si te quedas aquí y descansas un poco mientras yo le enseño el lugar a Circe? Mañana será un día agotador, será mejor que recargues las pilas esta noche.- le aseguré, tratando de que Cam cediese y siguiera mi consejo.

Circe

Circe

-Supongo que tuve suerte, entonces- comento, con una breve sonrisa. Esperé a que terminara de convencer a la pobre yegua que pastaba, totalmente perdida en sus pensamientos, lo que era bueno para mí. Para él no, se quedaría sin testigos que aseguraran mi presencia sobrenatural una vez que me hubiera marchado, y quizás las cosas le fueran muy mal ante mi ausencia, pero ¿qué se le iba a hacer? No era que me preocupara mucho aquel semental. Simplemente lo veía como un muñeco fácilmente manipulable, que si bien no cedería a la primera caería tarde que temprano, ante mis encantos, mis palabras, ante todo. Mantuve una sonrisa discreta hasta que dio la señal de marcha, y me mantuve trotando alegremente a su lado, con movimientos suaves y refinados, casi flotando. Sólo me faltarían un par de alas para volar, tan ligero era mi paso en mi trote, elegante y natural. Si bien mis movimientos convencerían al susodicho de Dark de que yo no era algo normal, podría reforzar en él la idea de que yo era perfecta. Muy bella. Y arrastrarlo aún más, hundirlo, ateniéndome a esa pequeña esperanza de que cayera que se iba agrandando conforme el corazón del macho iba cediendo, nublándole la mente y la razón bajo mis encantos; formando una nube de sopor y confusión ante mi naturaleza surrealista que se iba arraigando fuertemente en sus pensamientos. -¿Son muy grandes estos lugares?- pregunté, basándome en el dato notorio de aquellas praderas que parecían no conocer fin, con su límite escondido muy bien por la oscuridad de la noche.

Ghali(lunicc)

Ghali(lunicc)

wow un giro xD bueno natu, al menos ya no necesitamos lo del puma jaja
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Anwar:
En ese momento, sentí algo, una especie de escalofrió, o quizás...descarga eléctrica, no lo sabia, solo estaba seguro de que algo extraño sucedía, mi instinto me lo indicaba, al girarme, vi algo increíble, una yegua, de gran belleza, que parecía...hecha de luz de luna, transparente, etérea...- Un fantasma...- Susurre, entre asombrado y facinado... al mirar de reojo a Ghali, comprobé que ella también estaba estupefacta.
Ghali:
No podía ser, era imposible, increíble...no daba crédito a lo que mis ojos veían. Pero sin embargo, allí estaba, una aparición, un fantasma, un espíritu, lo que fuera, y estaba tratando de engatusar a uno de los sementales! No tenia idea cuales eran sus intenciones, pero, aunque yo no caía en sus encantos, no parecía suceder lo mismo con los demás. Ciertamente era bella y elegante, y como no sabia que planeaba, también imagine que seria peligrosa. Trate de mantener la compostura y busque a Wild con la mirada, seguro también ella lo había notado...

Montserrat

Montserrat

Montserrat;

No tenía mayores alternativas que respetar y acatar las órdenes de la manada si es que quería un trato, no excepcional, pero al menos bueno. Me mantuve calmada, al menos por fuera, pero ciertamente estaba preocupadísima por Bev, había sufrido graves heridas y no pude siquiera despedirme de él. En parte también era por el echo de haber roto mi promesa, aunque por su parte no la había cumplido de igual manera, pero no podía culparlo de nada, después de todo él sabía lo que se nos venía y poco caso le hice.
- Bev.. -me sentía terrible, pero intentaba mostrar una expresión indiferente, no quería que me vieran como una débil y sentimental poni. Miré de reojo al caballo que me escoltaba, solté un suspiro y decidí hablarle, pues había sido lo suficientemente amable como para no hacer nada fuera de lugar, a parte de secuestrarme junto con las demás yeguas, claro.
- Al menos me gustaría saber el nombre de mi querido escolta... -lo miré algo serio y fría, ocultando un manto de tristeza y preocupación. ¿Qué sería de Bev en estos momentos? un terrible escalofrío me recorrió el cuerpo.

Dracco:

Me mantuve pegado a la pequeña poni blanca, aunque luego de alejarnos del grupo de machos había cambiado su comportamiento a algo mucho más sumiso, no dejé volar mi atención por cualquier lado. De todas maneras no tenía forma de volver sin perderse o salir medianamente herida intentando escapar. La oí murmurar cosas a las que resté importancia, hasta que se decidió a hablar con coherencia.
- Mi querida poni, mi nombre es Dracco y es un placer -respondí con una sonrisa torcida, algo traviesa, pero amable- ¿podría decirme su nombre, de ser tan amable? -pregunté, sin que me importara demasiado realmente.

Montserrat:

Estaba a punto de responderle, cuándo sentí una presencia familiar, una sensación extraña. Uno de los fantasmas del campamento, estaba casi segura del todo. Una oleada de recuerdos vinieron a mi mente alborotadamente, en conjunto con un tétrico escalofrío que me recorrió toda la columna.
- Ares -dije su nombre en seco. Me había olvidado por un tiempo de él, aunque lo había mencionado bastante a Bev, el extraño vacío que sentí al alejarme del fantasma se fue llenando poco a poco cuando mi viejo amigo volvió a aparecer en mi vida, pero jamás podría llenarlo por completo. Había tomado mucho cariño al pobre alma de aquél caballo, fuese o no real, se había convertido en mi amigo y como tal jamás lo olvidaría ni le perdería el cariño. La pregunta del millón ahora era, ¿estaría él aquí también? quería verlo, comprobar que me recordara a mí y cada valioso momento que compartimos durante el campamento de Halloween. Miré a Dracco nuevamente, como intentando olvidarme de todo eso.
- Montserrat. Me llamo Montserrat -fue lo único que dije, apartando nuevamente la mirada de él.

Karsten

Karsten

-Qué milagro, ¿no te doy miedo ya?- bufé, con apenas un atisbo de sonrisa asomándose en mi faz, demasiado seria, comos siempre lo era. Y no tenía ni la más mínima intención de cambiarla. -Vámonos allá- murmuré, señalando con mi hocico una zona alejada del resto del claro central, que después descendía en una ladera escarpada. Si alguien preguntaba, íbamos ahí para aprender cómo bajar y escalar las empinadas, aunque la verdad era que quería hablar con ella. Avanzamos un par de metros hasta que estuvimos alejados del resto, donde podría hacerle mis preguntas con total libertad. -¿Cómo dejaste que te capturaran?- pregunté. Lo único que había logrado ver era a ellas llegando al prado con los machos, sin haber visto muy bien lo que había pasado antes. Ni siquiera había podido escucharlo. Y quería una respuesta, pues lo que había pasado repercutía directamente en Wild, la única yegua ahí que me importaba.

Wild

Wild

Sacto lunii xDD
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Wild:

-Supongo que no... Serán las alegrías de verte de nuevo- Respondí y asentí con la cabeza.
Karsten estaba tal cual a como era antes, el mismo ánimo, movimientos, vista, todo. Y aún, sin importar la muerte de.. ¿Catoki? Sí.. Creo que así se llamaba, me sentía alegre. Caminé detrás de el y moví mi cabeza hacia un costado -Ehh?.. Vinimos todas juntas, después de todo, creo que es mejor estar aquí a que estar sin tus amigos en el establo.. Además de claro, nos obligaron.. - Lo observé a los ojos como solía hacerlo antes, aunque esta vez mi mirada no inspiraba temor, ni tristeza, ni nada negativo si no que era una mirada pícara y alegre.. Rara de aparecer en esta situación.

El Demonio Negro:

Una pequeña sonrisa de lado se dibujó en mi rostro -Bien... Lo escuché por todos lados, Tormenta- Suspiré, y puse mi cabeza de lado -Bien, gracias y vamos.- Le gruñí y me apuré a ir hacia una parte del bosque con muchos pastos, moví mis orejas y esperé a que ella viniera -Bien, supongo que hay que ver que hay que comer... ¿Cierto? No creo que quieras morir intoxicada..-



Última edición por Wild el Miér Abr 11, 2012 2:18 am, editado 1 vez

85Con La Manada Salvaje -APARTADO ABIERTO- - Página 4 Empty Re: Con La Manada Salvaje -APARTADO ABIERTO- Miér Abr 11, 2012 1:12 am

Cammeron

Cammeron

Cammeron
Seguí pastando tranquilamente, como si nada más interesante que hacer fuera eso. Repentinamente sentí que algo comenzaba a darme escalofríos, algo extraño sucedía. No era normal, pero sentí como si no fuera la primera vez que me sucedía. Le resté importancia y me volteé y aquel escalofrío se hiso más intenso y vi a una hermosa yegua con un pelaje blanquecino, que parecía plateado al rayo de la luz de la luna; sus crines eran largas y su cola también, del mismo color de su pelaje, blancas como la nieve. Parecía algo irreal, como si fuera un dulce sueño, como si fuera un chocolate caliente y dulce a su vez, pero... Que sabía extraño... Esa yegua no era como las yeguas comúnes y corrientes de hoy en día. Algo, había algo. Tenía demasiada belleza y noté una ligera transparencia, pero, supongo que era mi imaginación Sí... Eso debe ser, mi imaginación pensé, irónica. La pregunta es... ¿De dónde salió? Cuando pasamos por la cascada estaba segura de que no había nadie en los alrededores, salvo Dark y yo... pensé ahora como si estuviera tratando de resolver un rompecabezas que, al parecer, era muy difícil o que, simplemente, no tenía una respuesta real.
Un momento... ¿Real?
Dejé mi mente en blanco por unos segundos, mientras miraba a la bella yegua que tenía frente a mis ojos. ¿Y si... Esa yegua no es real...? pregunté, algo atontada. Era imposible que aquella yegua no fuera real, era imposible... Pero sí su belleza, era algo... Impresionante. Eso definitivamente no era real. Tuve un mal presentimiento al ver por un instante una mirada algo... Escalofriante tal vez, que se dirigió a Dark. Escuché con atención la conversación de ambos.
Circe... Bonito nombre pensé sonriendo algo extrañada.
Dí un paso al escuchar que Dark le mostraría el territorio a Circe y me puse al lado del semental azabache; -Yo... Yo voy también- Dije con una voz ciertamente indecisa. Circe, no era que no me cayera bien, es más parecía una yegua realmente amable y discreta y me caía bien. Pero había algo de ella que hacía que estuviera alerta, en todo momento. Algo, algo desconosido había. Preguntas se formaban en mi mente, una por una, lentamente. Formando una clase de pilar. Algo raro ¿un pilar de preguntas? ¿A quién se le formaría eso en la mente...? A fin de cuentas, sólo eran preguntas... Preguntas que podían ser respondidas... Por una sola respuesta, que es desconosida claro.
-Yo voy también... Aprovecharé la oportunidad. Yo tampoco conozco el territorio y prefiero ir adaptándome- Dije con una sonrisita dibujada en mi rostro.
-Por cierto, un gran placer conocerte, Circe- Dije, mientras hacía una pequeña reverencia; -. Yo me llamo Cammeron- Dije mientras sonreía. -Menos mal que encontraste a Dark- Dije con una voz discreta, pero ciertamente dudosa; -, menos mal que no te sucedió nada en el camino hasta aquí- Dije, terminando la frase. Aquella frase era como un "Sí... Es raro que hayas sobrevivido, he escuchado que hay toda clase de animales, en especial carnívoros, y que hallas sobrevivido sin ningún problema". Sí. Definitivamente era eso. Eso era lo que pensaba. Por ahora, preferiría no quedarme sola, por si acaso sucedía algo, fuera Dark, Circe o yo.

86Con La Manada Salvaje -APARTADO ABIERTO- - Página 4 Empty Re: Con La Manada Salvaje -APARTADO ABIERTO- Miér Abr 11, 2012 3:39 am

Karsten

Karsten

-¿Pero por qué demonios lo hiciste? Quiero decir, son felices en tu estúpido establo, ¿no? ¿Por qué habrían de salir de ahí y venir directo a éste estúpido bosque?- estúpido establo, estúpido bosque, estúpidas yeguas. ¿Por qué habían venido? No lograba encontrarle ninguna explicación coherente. Noté su mirada e incliné la mía para sostenérsela, con cierto brillo de reproche en ella. Estaba enfadado, no tanto por no haber intervenido cuando habría podido hacerlo, sino por la falta de sensatez que habían tenido al venir derechas hacia los problemas. -¿De quién fue la genial idea?- pregunté, con un pesado sarcasmo abundando en mi voz, seca, fría, pero amable con Wild. Había sido una de las pocas que se habían molestado en preguntar qué iba mal conmigo aquella tarde en la acampada, y su sinceridad había sido la llave para abrirle el baúl que contenía mis más negros recuerdos sobre mi pasado, lo que me tenía ahora aquí, con ella, intentando ayudarle.

87Con La Manada Salvaje -APARTADO ABIERTO- - Página 4 Empty Re: Con La Manada Salvaje -APARTADO ABIERTO- Miér Abr 11, 2012 3:46 am

Wild

Wild

Wild:
Agaché mi cabeza ligeramente mientras escuchaba sus reproches -Era.. un paseo- Susurré intentando sostener mi mirada, ya que sus ojos expresaban ... Bueno, simplemente enojo.
Y tenía razón, debía estar seguramente muy enfadado conmigo y con un montón más por la estupidez que habíamos cometido.
-Fui yo- Lamenté al instante haberlo dicho, ya que ahora se enojaría aún más conmigo -Lo siento..- Susurré bajando la mirada -Soy una estúpida, lo sé..- Y bien que lo era, completa.

88Con La Manada Salvaje -APARTADO ABIERTO- - Página 4 Empty Re: Con La Manada Salvaje -APARTADO ABIERTO- Miér Abr 11, 2012 5:49 am

Karsten

Karsten

-Tendrías que haber pensado antes en lo que podría pasar. Pensé que conocías bien los peligros de excursionar por ahí, ahora que los experimentado- solté, aún enfadado con ella por haberse metido en tal lío. Sacudí la cabeza con ademán reprobador, pero la cosa ya estaba hecha, y qué se le iba a hacer. Por ahora no podía pensar en nada para sacarlas, ni a ella ni a ninguna de las otras, pero seguramente ya se me ocurriría algo. -Sí, eres estúpida. Mucho- me quejé, casi fulminándola con la mirada. Por no cuidarse, por no haber podido cuidarla yo, por no haber cuidado ella al resto de sus amiguitas tontarronas que ahora pagaban su insensatez siendo utilizadas bajo el peso de las órdenes de un enigmático líder. Y uno igual de estúpido que sus rehenes. Me aseguré ser invisible para él y borrar cualquier huella que pudiera delatar mi presencia, aunque ya sospechaba. No podía ser de mí. ¿Había alguien más? Fijando la vista no lograba ver nada, pero aquél don extrasensorial con el que estábamos dotados todos los de mi especie y nos unía me permitió saber que ahí había otro fantasma. Otra fantasma. Y nada más y nada menos que Circe. Comentarle su presencia a Wild sería un poco raro, realmente no sería de su incumbencia y además, podría asustarla. -¿De verdad no te doy miedo? La última vez que nos vimos, temblabas a muerte- comenté, con una sonrisa seca.

89Con La Manada Salvaje -APARTADO ABIERTO- - Página 4 Empty Re: Con La Manada Salvaje -APARTADO ABIERTO- Miér Abr 11, 2012 6:04 am

Circe

Circe

¡Pero qué maldita! ¿Qué no lograba entender indirectas? ¿Qué acaso la palabra rechazo no existía en su pequeño y tonto cerebro? Dark había dejado bien en claro que sería un paseo para dos, como eran mis planes, y ésa idiota se atrevía a burlarlos. Pero no. Eso no pasaría. No estando yo ahí, con mis intenciones muy claras en mi mente: dormir al semental en algún lugar lejano y perder a la estúpida yegua en algún lugar lejano, donde la pudieran encontrar los demás y pensaran que se perdió por su propio pie al ver dormido a su vigía. Una explicación muy razonable para el cerebro tan pequeño de ésos brutos. Sonreí con amabilidad, como si estuviera encantada de hacer nuevos amigos. -Muy bien. Entonces tendrá usted dos cabezas que velar, milord. Lamento la molestia- me disculpé con una sonrisa sencilla, con un brillo natural en mis ojos. No, natural no, jamás lo sería. Siempre tendría aquel toque seductor, como el par de luceros que conducían a la perdición que eran en verdad. -Sí, aunque bueno, casi no lo encuentro- me quejé, sacudiendo elegantemente la cabeza. Miré de reojo la herida sobre mi espalda, que había adoptado la textura de una herida que llevaba apenas un par de horas sanando. -Me la hice hoy en la mañana. Aún duele- suspiré resignada, fingiendo al trotar un ardor en el lomo. Un dolor que si bien sí tuve antes, ya no existía: el dolor carnal había dejado de ser importante para mí desde mi muerte. Ahora el único dolor que me importaba era el de venganza, un dolor que Atila había alimentado a la perfección. Un dolor que ahora desahogaba volviendo loco bajo mis encantos al frisón negro que marcaba el paso, indicándonos a dónde ir. -Mejor que encontremos un refugio para pasar la noche- comenté con total inocencia, sin revelar en ningún momento mis verdaderas intenciones. La apaloosa bien pronto se había dado cuenta de mi naturaleza, pero aún dudaba, así que tomé ésa pequeñísima duda como una oportunidad a mi favor, y dejé atrás todos los encantos que había tenido para con Dark, actuando como una yegua normal. Claro, no tan estúpida como ella, pero resguardando bien mi identidad.

90Con La Manada Salvaje -APARTADO ABIERTO- - Página 4 Empty Re: Con La Manada Salvaje -APARTADO ABIERTO- Miér Abr 11, 2012 11:56 am

Ghali(lunicc)

Ghali(lunicc)

Ghali:
Cuando encontré a Wild me aparte de Anwar y despacio me acerque a ella - Wild...lo conoces? - Pregunte, sin saber si mostrarme preocupada, curiosa o asombrada, la verdad la situación era extrañisima...
Anwar:
Logre salir del estado en el que me encontraba y vi que Ghali se alejaba, iba hacia Wild, que estaba hablando con...¿otro fantasma? Al parecer nos invadían, me pregunte que querrían, por que estarían aquí, y hasta pensé en las yeguas, su día había sido una locura detrás de otra. Avanse unos pasos hacia Ghali, aunque no demasiados para poder vigilar mejor...

91Con La Manada Salvaje -APARTADO ABIERTO- - Página 4 Empty Re: Con La Manada Salvaje -APARTADO ABIERTO- Miér Abr 11, 2012 7:19 pm

Karsten

Karsten

-Ah, sí, creo que sí me conoce- repliqué, sin darle mucha importancia, a la yegua árabe. Cuando se acercó aquel macho con aires de superioridad innegables y un ademán de autoritarismo excesivo, no pude evitar hacer nada sino enojarme. Él las había secuestrado. Y a Wild también. Me acerqué a él con un paso firme, seguro, sabiendo perfectamente en dónde me metía. Podía leerle los ojos, sabía que estaba asustado y acobardado por nuestra presencia, incluyendo a Circe...y a Ares, al parecer, guiando a los machos mimados al club otra vez. Hum. Si él iba a colaborar a favor de ellos, yo también, e incluso podría hacer que la hermosa fantasmita de por ahí ayudara igual. -¿Qué? ¿Mi más querido líder tiene miedo? ¿No se suponía que tenías el control de todo, tú, perro?- solté una carcajada, fría, tétrica, mirándolo con fijeza. -Tú- señalé a la yegua árabe, amiga de Wild, con mi morro, para después mover mi cabeza hacia un punto detrás de la purasangre. -Detrás de ésa- indiqué, dedicándole al jefe mi atención después. Di otro paso hacia el frente, sin dejar de sonreír, divirtiéndome realmente con todo eso. -Pobre chucho acobardado. Anda, si tan macho eres, defiéndete, defiende a tus yeguas, ¿o es que no puedes ya?- cuando estuve lo suficientemente cerca como para mandarlo a volar de un solo golpe, incliné la cabeza hacia adelante y la ladeé, mirándolo con detenimiento. -Puedo llevármelas yo, ¿sí sabías eso?- clavé sobre él mi mirada fría como el hielo, sin parar de sonreír.

92Con La Manada Salvaje -APARTADO ABIERTO- - Página 4 Empty Re: Con La Manada Salvaje -APARTADO ABIERTO- Miér Abr 11, 2012 10:16 pm

Wild

Wild

Wild:
Apreté mis ojos escuchando como me retaba nuevamente, sí, estaba cmpletamente enojado conmigo y tenía varias razones de sobra. Cuando preguntó si en verdad no le tenía miedo negué con la cabeza -No sé.. Depende la situación, depende tu humor- Depende tu mirada, tus gestos y todo lo demás que me demuestre que estás o no enfadado conmigo, o alegre, o con ganas de matarme.
Escuché a Ghali y solo me atreví a observarla por el ravillo del ojo -Ah..- Karsten respondió por mi. Lo volví a observar y a bajar la cabeza, detrás de Ghali venía el lider, Anwar. Valla lío se formaría aquí. "Detrás de ésa" Perfecto, ahora ni merecía que me llamara por mi nombre.. O quizá solo me estubiese yo armando un pequeño lio en mi pequeña cabeza. Observé a Ghali nuevamente y escuché las palabras de Karsten, su sonrisa, como la quitó, su vista, a Anwar, como Karsten había destacado, con miedo.

93Con La Manada Salvaje -APARTADO ABIERTO- - Página 4 Empty Re: Con La Manada Salvaje -APARTADO ABIERTO- Miér Abr 11, 2012 11:11 pm

Cammeron

Cammeron

Cammeron

Esperé, en silencio y con paciencia, a la respuesta de Circe. Era claro que ella debía aceptar, por lo que mi mirada estaba posada en ella. Sonreí ante su afirmación y dije con una voz algo formal; -Muchas gracias por dejar que les acompañe. Espero no ser una molestia ni carga para ambos- Dije bajando levemente las orejas. Ciertamente cuando ella sonrió, un leve escalofrío recorrió todo y cada parte de mi cuerpo, lo que me alertó un poco y levanté las orejas prestando atención, perfectamente disimulado, a la yegua. Algo malo había. Sí. Algo. Le prestaba demasiada atención al semental azabache, siempre estaba mirándolo, a no ser que respondía a alguien, como a mí, y te dirigía la mirada.
Esto... Huele mal... pensé. Hay algo que no está bien
Asentí ante su siguiente comentario. -Supongo que sí... No queremos morir mientras dormimos sin saberlo- Dije con una voz divertida y tenebrosa, pero luego me reí algo irónica.
-¿Y de dónde vienes, Circe? ¿Vivías aquí o pasó algo y llegaste aquí?- Pregunté con el exacto brillo de curiosidad en mis ojos que miraban directamente a Circe.

Ghali(lunicc)

Ghali(lunicc)

Anwar:
Mire fijamente al caballo fantasma que se acerco a mi, tratando de leer mi mirada como si fuera un libro - No tengo miedo de ti, solo no comprendo tu existencia - Le dije enfadado, una simple brisa con ojos no iba a intimidarme - Lo lamento, pero no te las llevaras - Agregué, su mirada era fuerte, pero también la mía, y no iba a dar el brazo a torcer, llamenlo ser terco si quieren, pero no pensaba rendirme. Odioso...lo que sea. Pensé.
Ghali :
La mirada del semental helaba la sangre y asustaba, pero no de la forma en que lo hacia la tétrica sonrisa del líder, que hechizaba pero asustada a la vez, esta intimidaba, daba escalofríos, me situé junto a Wild, de nuevo, tratando de mantener la calma.

Karsten

Karsten

-Bueno, yo tampoco comprendo la existencia de descerebrados como tú, para empezar- me reí tétricamente, sacudiendo negativamente la cabeza. Los caballos testarudos como él no eran de mi agrado, y Wild estaba ahí para comprobar el fin que tenían después de ser tan renuentes. -¿Ah no? ¿Y quién me lo impide? ¿Un títere como tú? Bueno, pues no va a ser ningún problema, entonces- me reí otra vez, con más ganas, quizás aturdiendo al pobre macho. Mi gélido aliento penetró por sus fosas nasales, y el frío característico que acompañaba todas mis apariciones lo envolvió por completo, para entumecer sus músculos y volverlos rígidos e inutilizables. -Me las puedo llevar cuando quiera, a quienes quiera y a donde quiera- susurré en su oído. Con un movimiento de mi cuello, tomé impulso y clavé fuertemente mis dientes en su cuello, desgarrando carne ahí donde mis caninos entraban en contacto con su frágil piel. Frágil en comparación a mis mandíbulas de acero, que el odio se había encargado de darle forma y la fuerza necesaria para herir gravemente a mis víctimas. -Anda, defiéndete- bramé, furioso, enojado, iracundo. Enfadado por haber rebatido mis palabras y por haber secuestrado a unas yeguas totalmente inocentes; aunque si bien éso no me importaba antes, ahora sí, porque ahí estaba Wild.

Dark Night

Dark Night

No pude evitar soltar una risita por lo bajo al ver la insistencia de Cammeron. No había dudado en ningún momento que insistiera, es más, me hubiese extrañado que no lo hubiese hecho. Le dediqué una sonrisa ante su agradecimiento. -Mientras no monten mucho jaleo, no me importará tener que velar por vosotras dos.-dije algo serio, como condición. No, estaba claro que no aguantaría tontería alguna. Observé en los ojos de Cam algo de preocupación. Lo cierto es que yo también lo estaba, en parte. Me parecía extrañísimo que Circe hubiese aparecido allí, sobre todo allí, en un lugar que sólo Cam y yo conocíamos, y además, lo extraña que era me preocupaba aún más. Hice una mueca, a la vez que trataba de pensar en otra cosa. Justo en ese instante, Cam habló, algo que agradecí. -Sí, háblanos sobre ti, Circe.-pedí, mirando de reojo la herida que cruzaba todo su lomo. ¿Cómo se la había hecho? Me resultaba asombroso que estuviese viva.

Circe

Circe

-¿Que de dónde vengo? Ni yo lo recuerdo- agaché la cabeza en un tono lastimero, como si realmente me pesara hablar de mi pasado. Bah. ¿A ésos ridículos? ¿Cómo? Reprimí una sonrisa irónica y seguí hablando conforme las preguntas iban saliendo de las bocas de Dark y Cammeron. -Hablarles de mí...¿por dónde empezar?- sacudí la cabeza negativamente, sin dejar de trotar a un lado del semental. -Simplemente recuerdo un día donde nos perdimos en el bosque, mi manada y yo. Era un bosque espeso, muy profundo y oscuro, nos sentíamos como aves enjauladas en una cárcel sin salida ni puertas- recité en voz baja, dándole a mi voz la intensidad y sinceridad exacta para que mis palabras fueran perfectamente creíbles, ayudándome en mis frases para pintar en sus estúpidas mentes la supuesta escena donde había comenzado a vagar errante en el bosque. -Mi padre tuvo una idea, bueno, no, más bien nos dejó a mí y a mi madre. Ella estaba preñada y débil, así que no pudo seguir- mi voz se quebró, tan frágil y fina como el cristal, cuando hablé y pronuncié aquellas palabras. Si me pagaran por ser actriz tendría un buen dinero, seguro. -Anduve errante, buscando un lugar donde pasar la noche, aunque era de día la luz no entraba y de noche sería peor, así que busqué hasta encontrar un pequeño tronco hueco y entré. Al día siguiente seguí andando hasta que pude llegar a un claro, donde me repuse- no mencioné el momento en el que perdí a mi madre, supuse que lo entenderían. Además, le daba un toque trágico a mi historia muy bonita, y revelaba que yo tenía los sentimientos normales de alguien de carne y hueso. -Estaba muy débil, y mi piel demasiado frágil, por eso cuando tropecé y caí de vuelta en el bosque mi piel se abrió más de lo debido. Ahí- señalé de nuevo a la herida en mi lomo, dando un respingo momentáneo como si el más intenso de los ardores hubiera recorrido toda mi espina dorsal a causa de la cicatriz en mi espalda. En mis ojos se reflejaba la agonía que iba muy acorde a mi historia, nadie que me viera dudaría dos veces que yo era de carne y hueso. -Estoy buscando a mi padre, aunque no lo he logrado desde hace ya meses. Vine aquí al ver que había por lo menos algo de vida- expliqué. Con éso ya no habría lugar a dudas en las mentes de ninguno de mis dos acompañantes, así que me permití sonreír un poquito, con una pizca de falsa modestia para sazonar la autenticidad de mi larga y supuestamente trágica historia. Mantuve mi mirada al frente, esperando a alguna reacción por parte de los dos, y esperando también que Cammeron se largara de una maldita vez por todas. No la quería ahí, era un estorbo notable.

Ghali(lunicc)

Ghali(lunicc)

Anwar:
Note como sus dientes se clavaban en mi piel y relinche de furia, si al menos no estuviera lastimado de antes...Pensé. Tras un instante, le devolví el golpe, mordiéndolo con fuerza en el inicio del cuello y luego retrocediendo para esquivar cualquier contraataque, me dolían los músculos, pero no preste atención, el era fuerte, pero también yo lo era. De golpe comprendí - De acuerdo, es verdad, pero por que no simplemente te llevas a tu novia y a mi me dejas en paz - Le dije fulminándolo con la mirada y señalando a Wild con la cabeza.

Ghali:
¡Basta! - Grite, y al darme cuenta de lo que había hecho me quede de piedra, ni siquiera era problema mio, es más, en forma indirecta el fantasma nos estaba ayudando, pero...no podia, no soportaba ver correr tanta sangre, verlos pelear...Mire a Wild, estaba muda, por primera ves desde que la conosí, la vi dudar, o estar arrepentida - No es tu culpa Wild...- Dije con un hilo de vos

Wild

Wild

Wild:

Oh dios, ¿Por qué esto? Ver sangre salir por culpa de Karsten me hacía quedarme dura, aunque eso no tenía mucho sentido porque sabía que el era capaz de hacerlo, y yo no le cuestionaría. Lo que sí me mató fue el hecho de que yo tenía la culpa de todo, de habernos encontrado con la manada, de que Karsten estuviese peleando con Anwar, el líder de la manada que no tendríamos que haber conocido de no ser por la culpa de mi estupidez.
Anwar devolvió la mordida a Karsten, apreté mis ojos y agaché mis orejas -Karsten- Susurré. Al escuchar a Ghali hablarme eché las orejas hacia adelante y abrí mis ojos, reaccioné. Karsten es un fantasma, no pueden hacerle daño. Moví mi cola de lado a lado, intentando moverme aunque sea un poco.

Dark Night

Dark Night

Escuché todo lo que nos contó Circe. Era realmente terrible. Parecía que todos llevábamos detrás un triste y trágico pasado. De vez en cuando, del asombro por lo que estaba oyendo, me quedaba quieto, con las orejas unidas al cráneo y con una expresión de impotencia fácilmente visible en mi rostro. ¿Cómo su padre podía haberlas abandonado? Y después me llaman salvaje. No me imagino cómo le llamarán a él. -Qué horror.-dije cuando Circe terminó de hablar, clavando mi mirada en el suelo. -Parece que a los tres nos han abandonado alguna vez.-comenté, esbozando una leve sonrisa ladina. No conocía ni había visto nunca a ningún caballo solitario por estas tierras, por lo que su historia en parte me parecía extraña. -¿Cómo era tu padre?-inquirí con verdadera curiosidad. Continué trotando de una forma rítmica y elegante, dejando que mis cascos se hundiesen suavemente en la tierra húmeda. No sabía si salir de aquel lugar por el mismo sitio por el que entré o caminar por todo aquel inmenso prado hasta que los tres quedásemos agotados. Miré a Cammeron, que nos seguía, y posteriormente miré a Circe, sin poder impedir que mi vista recorriese toda la herida que tenía en su lomo. Tras pensarlo mucho, decidí salir del lugar por el mismo camino por el que entré; el de la cueva. En el pequeño túnel de la piscina había una gran oscuridad, sin embargo, el pelaje de Circe brillaba con la misma intensidad o incluso más que antes, cuando estábamos en el prado. Realmente aquello no era demasiado normal.

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