De paso en el paseo -EVENTO : POST CERRADO-

Me sorprendí, pero luego me alegré, mientras se dibujaba una sonrisa en mi rostro.
-¿Primero la playa y luego el bosque?- Pregunté algo ansiosa.
Me extrañé por el "se supone" pero no le dí importancia, estaba ansiosa por recorrer aquel gran lugar.
Ante la pregunta de Lucero, asentí -Si, me encanta la playa, me gusta meterme en el mar y nadar hasta quedar exausta- Dije sonriendo, aunque luego me avergonzé un poco, era como su fuera una simple potranca.
-La playa no esta muy lejos de aquí ¿o sí?- Pregunté.

Al ver que hacían planes para salir, pregunte tímidamente -Yo también puedo ir con ustedes a la playa y al bosque. Pero si les incomoda no se preocupen, estaré en mi box?- dije rasgando mi casco derecho contra el suelo, y mi cabeza inclinada.

si claro vamos a hacer una excursion a la playa y al bosque y akira claro que puedes ir con nosotros cuantos mas seamos mejor a puesto que tendreis un poco de hambre - Dije ofreciendoles unas manzanas
observe a un semental blanco vie que estaba incomodo por mi así que le ofreci algunas manzanas

-No, no está tan lejos. De potro solía ir con mis padres y quedaba más o menos cerca- prometí, mirándola y sonriendo al mismo tiempo. -Oh Ankira, pero si ya vamos de camino- me reí, fijando mi mirada sobre la yegua blanca ahora. -Claro que puedes venir- comenté con un relincho bastante alegre. El bosque me encantaba, y pese a que recordaba que era algo peligroso ir por ahí solo, iríamos en grupo y prácticamente no podría pasar nada malo. Resoplé al ver que el otro macho me ofrecía un par de manzanas, a lo que me negué educadamente sacudiendo con la cabeza. -No, gracias. Ya he comido en el box- bufé y miré hacia otra parte, hacia la derecha al frente por donde ya se lograba atisbar las altas copas de los árboles del bosque. Centré mis ojos en aquella parte específica del firmamento con añoranza, deseando ya estar ahí.

-Que bien que no esté tan lejos- Dije sonriendo más animada que antes. -Espero que no me pierda por estos alrededores- Dije mientras me reía, en son de broma. Seguí caminando siguiendo al grupo, asegurando que no nos dejasen atrás por nada del mundo.
Ví la manzana que me ofreció Totilas, pero negué amablemente con la cabeza.
-Muchas gracias, pero también he comido en el box, tengo la panza llena- Dije algo alegre.

Traté de calmarme un poco, me daba la sensación de que estaba bastante inquieta y ansiosa por llegar a la playa, para mojar un poco mi cuerpo, y luego ir al bosque, donde hay toda clase de ser vivo y cosas extrañas y misteriosas. -Espero que pronto lleguemos a la playa.

Oh genial amo la playa y el bosque, o muchas gracias Toti, la verdad es que yo no comí en mi box porque no tenia hambre pero ahora si tengo un poco-dije tomando la mazana-. Me fui trotando alegremente detrás del grupo con la pansita llena.

No se me ocurría nada para decir, así que no dije nada. Me limité a mantenerme en movimiento, moviendo mis patas siempre bajo el mismo ritmo manteniendo su cadencia natural. Sentí el viento juguetear con mis crines, meciéndolas suavemente sobre mi cuello, los dos de un blanco tan puro como la nieve que recién había caído. Parte del suelo estaba manchado de aguanieve, por lo que tuve que esquivar aquellas zonas para no caer; sin separarme jamás del pequeño grupo en el que avanzaba, yendo a la retaguardia de toda la formación que iba avanzando. Mi cola se agitaba con la brisa como bandera, ora en zigzag, ora arriba y abajo.

No había nada para decir. Había mucho silencio, sólo se escuchaba el ruido de nuestros cascos y el natural ruido de la naturaleza. Aún así seguía energética, pensando de qué podríamos hablar mientras hacíamos el camino. Finalmente rompí el silencio y miré a Lucero y luego a Ankira;
-Y... ¿Cómo son sus padres...?- Pregunté haciendo rapidas pausas, tratando de animar el ambiente.

Había mucho silencio, y vi muy alegre como el agua nieve caía suavemente sobre mi pelaje, y como la brisa movía mi crin de una forma magnifica, mas el silencio me entristecía, hasta que escuche a Cam hacer esa pregunta, entonces yo respondí- Mis padres, son los caballos mas maravillosas que allá podido pisar el planeta, ellos viven en un establo cerca del pueblo, unos señores muy amables los cuidan ahí, mas no podían encargarse de mi, porque no tienen mucho dinero que digamos así que me trajeron aquí (suspire), mas no estoy tan tristes porque siempre llevare a mis padres en mi corazón, y estoy esperando con ansias tener a mi propio amo o ama (dije alegre). Y los de ustedes?

-De corazón, los dos son geniales. Mucho- sonreí ampliamente al pensar en ellos. Aquellos que me dieron la vida y se esforzaron por conservarla. -Mi padre es negro y mi madre es torda, si a apariencia física te refieres- me reí -mi papá se dedica al salto con su dueña y mi mamá es una purasangre de carreras. Los dos viven en el club, aunque a mi padre no lo he visto últimamente- mascullé entre dientes la última frase como si me pesara decirla de todo corazón. Y, en parte, era verdad, porque extrañaba verlo, correr y saltar con él y hablar largo y tendido sobre nuestras vidas. -Son geniales- repetí con la mirada perdida en el horizonte mientras que en mi mente se rematerializaba la memoria más antigua que tenía de ellos dos juntos: mi madre tumbada sobre su box, mirándome con ternura y mi padre como si fuera el mejor regalo que hubiese recibido en Navidad, aún siendo que mi nacimiento había sido en pleno verano.

Eso es muy tierno Lucero-, y al parecer ya estamos cerca de la playa dije entusiasmada.

-Ellos también lo son- aseguré con una sonrisa radiante. Observé de reojo al resto de los caballos que iban a la delantera, logrando distinguir vagamente entre ellos a mi madre. No dije nada, pero bien la sonrisa que se dibujó de inmediato en mi rostro habló por sí sola, aunque también lo pasé por alto. -Sí, ya estamos bien cerca- secundé su idea con emoción, sonriendo con alegría. Alegría que siempre me caracterizaba y que no era rara ver en mí. -¿Qué te gusta hacer? Saltar, correr, trotar...- pregunté, simplemente para sacar algún tipo de tema al aire y pasar el rato sin aburrirnos demasiado.

Yo amo trotar y saltar, donde vivía practicaba esas disciplinas con mis padres, y a ti que te gusta hacer -dije con una sonrisa muy dulce-

-Lo mismo. Trotar, saltar y galopar. Es lo que más amo en el mundo- respondí, de nuevo con la mirada perdida en algún punto invisible del cielo, cosa que solía pasar cuando me distraía. Traducción: muy a menudo. -Aunque nunca he entrado en algún concurso de lo que puede decirse oficial- añadí, recordando que mi padre sí lo había hecho y había obtenido unos puestos bastante buenos en ellos. Al igual que mi madre. -Espero poder hacerlo algún día- y aunque para hacerlo necesitaría algún dueño o por lo menos jinete, seguía soñando con lograrlo. Algún día.

Asentí con mi cabeza. -Es muy divertido, yo también amo galopar y saltar sin cesar hasta que no pueda más. Caminar, trotar, galopar, saltar. Todo es muy divertido cuando lo haces en un lugar extenso, como un prado o la playa- Dije animada.
Dejé que avanzaran un poco y comenzé a dar unos pequeños saltitos por todas partes, simpre mirando el grupo para no perderles de vista y no perderme; soy buena escapando de lugares como pequeños bosques pero en aquel gigantesco lugar, no dudaría que me perdería muy fácilmente.
-Es divertido a pesar que no son saltos largos y altos- Dije mientras saltaba, luego me detuve y comencé a trotar, luego galopar y luego comenzar a saltar nuevamente.

-Vamos, no te preocupes, somos un montón y nos cuidaremos los unos a los otros- Dije, esperanzada.
Sacudí velozmente mi cabeza y luego me volteé hacia Ghali -Sí, estan demasiado enormes. ¡Y nosotras demasiado viejas!- Me quejé riendo y le di un toquesito con mi morro -Falta poquito- Susurré siguiendo el galope.

Es genial que nos gusten las mismas cosas, les propongo algo hay que hacer una carrera, desde donde estoy parada hasta esa gran roca de allá. Les parece?-dije entusiasmada. Mmm, esperen pero para hacerlo mas interesante, hay que apostar algo, haber yo apostare 10 terrones de azúcar, que irán a dar al ganador y ustedes, quieren apostar o tienen miedo?- dije con una mirada picara (muy inusual en mi).

Realmente no tenía miedo de apostar y de aceptar la propuesta de Ankira, pero negué con la cabeza.
-Yo no, podríamos perder de vista al grupo, disculpá- Dije desanimada al no querer separarme del grupo y no poder correr como lo hice anteriormente con Lucero.
Dejé de dar aquellos pequeños saltos y me ubiqué nuevamente en mi lugar, caminando tranquilamente.

Entrecerré los ojos con la misma picardía que habían expresado los ojos de Ankira y la miré, sonriendo de igual modo. -Yo acepto. Y sumo una manzana- reté, ensanchando mi sonrisa hasta convertirla en un brillante gesto de felicidad. -A la cuenta de tres, señorita. Comience usted- si contaba yo sabría perfectamente dónde era el inicio incluso antes de marcarlo, y no valdría. Claro que ella bien podría hacer lo mismo, pero no estaba en mi modo de ser aprovecharme de los demás o hacerlo injustamente. -La espero- añadí, sin dejar de sonreír de oreja a oreja.

-Ella...se ausentó por mucho tiempo de la hípica. Demasiado. Y ahora, me topo con que estoy a la venta nuevamente. No me afectó tanto como esperaba, de hecho- añadí lo último como confidencia, pues se suponía que separarse de algún ser querido tenía que doler, ¿no? Bueno, no había sido mi caso. Y no se podría decir que había sido algún tipo de efecto retardado o cosa por el estilo, puesto que ya llevaba unos buenos meses sin verla ni de reojo. -Sí. Son seres bastante descabellados. Creo que demasiado- me uní a sus risas, alegrándome por el pequeño momento de felicidad que podíamos compartir. Se suponía que para éso eran los amigos...y también para escuchar. Me mantuve en silencio mientras ella hablaba, sonriendo al imaginarme cómo podía llegar a ser su dueño en cuanto exageración y pulcritud en demasía. -Compadezco a sus trabajadores- ay de ellos si desarreglaban algo, entonces. O si hacían las cosas mal. Gracias al cielo ya no tenía yo por qué andar aguantando las demencias humanas, así que me limité a sonreír.

Al verlos tan contentos me rendí y sonreí algo pícara -Está bien, yo también participo, yo apuesto 2 manzanas y 2 terrones de azúcar- Dije animada poniéndome en el lugar de salida.
Al escuchar que sería Ankira la que comenzaría, por lo que me limité a prepararme para salir corriendo, una vez más.
Observé un poco más lejos de donde estábamos a dos yeguas hablando; una árabe de capa negra, un hermoso ejemplar y la otra yegua, una hermosa hannoveriana alazán, otro ejemplar hermoso. Ví a la yegua árabe algo "deprimida"? O me dió la esa ligera sensación, lo mismo la yegua hannoveriana, parecía algo enfadada, pero triste al mismo tiempo. Me limité a quedarme en el mismo lugar observándolas, esperando a que Ankira comenzara.

(Controlare a Wild por que natu esta de viaje ^^)

Wild: Sonreí al oir las apuestas e intercambie miradas con ghali - Todos se divierten, y además ya casi llegamos a la playa, esto sera genial- Dije sonriendo

Ghali: Ya lo creo que si- Respondí sonriendo y agradeciendo que todos se divertían, no podía esperar a la playa, quería sentirme libre galopando en el agua, y nadando, como hacia con Tharkky...<> pensé con nostalgia, pero volví a sonreír intentando mantenerme contenta

Wild: Note que Ghali cambiaba su exprecion durante un segundo - ¿Lo extrañas verdad? También extraño a Afri...

Ghali: Lo se, pero hay que ser optimistas, lo mejor esta por venir -Dije sonriendo, intentando convencerme a mi misma de ello.

-Seguramente encuentres un dueño en cuanto volvamos del paseo. No lo dudo. Ningún humano se lo pensará dos veces si te ve, Mishaal- me reí levemente y sacudí mi cabeza con gracia, pues ciertamente no me imaginaba a la yegua árabe siguiendo las órdenes de algún humano como un corderito manso. -...pobre de ti- bromee luego, pues esperaba que el conseguir dueño no fuera algo tan malo como pensaba ahora. Lo que había dicho mi nueva amiga ahora me había dejado pensando. También cabía la posibilidad de que alguien me comprase y luego desapareciese, los defectos ante aquella idea no dejaban de surgir y cada vez el anhelo por conseguir un nuevo compañero humano iba desapareciendo. Quizás el ser independiente sería mejor en mi caso. -Yo, antes estaba ansiosa por que alguien me comprase. Ahora, no sé que tan bueno sea éso- le confesé, haciendo una mueca y estirando un poco más mis patas al trotar.

Siguiendo a aquella yegua que no me hizo ningún caso acabé rodeado de caballos y yeguas que no conocía.
Eché las orejas hacía atrás pues estaba más nervioso de lo habitual. Lo hice instintivamente, no quería asustar a nadie.

Me intenté acercar a algun caballo, pero no conocía a ninguno. Frustrado y avergonzado, golpeé el suelo con mi csco, y bajé la cabeza, intentando no destacar.

Muy bien- dije marcando la salida con mi casco- bien 1, 2 y 3, y salí corriendo lo mas rápido que pude, hasta que por fin llegue a la roca y estaba realmente exhausta pero debía continuar pues iba segunda, me esforzaba lo mas que podía hasta que recordé un truco que me enseño mi padre, consistía en cerrar los ojos y corree en linea recta y fue lo que hice, mas olvide que ese truco solo servia en carreras donde habían espectadores, así que abrí mis ojos y ya había llegado a la meta Lucero y Cam también habían llegado entonces mire a ambos lados y dije bien podrían decirme quien gano porque no vi nada -dije algo avergonzada-.